Ciertamente en el norte de México la falta de lluvias es un problema muy claro, donde estados como Chihuahua, Sonora, Sinaloa y Durango siguen experimentando niveles de sequía extrema y excepcional, a pesar de que el resto del país se vio beneficiado por intensas lluvias durante el verano. Sin embargo, la falta de agua dulce no sólo es un problema en esta región, sino que se está volviendo un problema muy grave en todo el mundo, de manera que incluso ha aumentado el nivel de los océanos al disminuir el agua superficial y subterránea en los continentes.
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Y es que un grupo de científicos que analizan la información satelital brindada por la NASA, identificó que en los últimos años, la Tierra ha experimentado una alarmante pérdida en sus reservas de agua dulce, según revela un estudio publicado en Surveys in Geophysics.
Investigadores han documentado una caída abrupta en el almacenamiento de agua terrestre a partir del año 2014, atribuyendo esta tendencia a una serie de sequías extremas y, potencialmente, al cambio climático global.
Un descenso sin precedentes
El almacenamiento terrestre de agua, que incluye aguas subterráneas, humedad del suelo y cuerpos superficiales, se redujo drásticamente en este periodo, alcanzando su mínimo en más de dos décadas.
Este fenómeno fue impulsado inicialmente por una sequía récord en el noreste de Sudamérica, acompañada de eventos similares en otros cinco continentes. Desde entonces, los niveles no han logrado recuperarse, lo que subraya la gravedad del problema.
El estudio destaca que los eventos consecutivos de El Niño entre 2014 y 2016 jugaron un papel determinante en esta caída, exacerbados por un aumento en la evapotranspiración derivado del calentamiento global. Además, se señala que el manejo humano del agua, como la extracción intensiva de aguas subterráneas, podría estar contribuyendo a una tendencia de largo plazo hacia un planeta más seco.
Impacto en el nivel del mar
La pérdida de agua dulce en tierra ha tenido consecuencias globales, como un aumento en el nivel del mar debido al desplazamiento del agua hacia los océanos. Este hallazgo resalta la conexión entre los sistemas terrestres y marinos en el ciclo del agua, un equilibrio que parece estar siendo perturbado.
Los autores del estudio advierten que si no se toman medidas para mitigar el cambio climático y manejar de manera sostenible los recursos hídricos, el planeta podría enfrentar un panorama aún más crítico.
La reducción en el almacenamiento de agua no solo afecta a los ecosistemas, sino que también pone en riesgo el abastecimiento de agua para millones de personas. Y podemos ejemplificar esto, con lo que ocurre actualmente en el estado de Chihuahua, donde el embalse principal, la presa La Boquilla, se encuentra a niveles que apenas superan el 15% (de acuerdo al Sistema Nacional de Información del Agua) , cantidad que resultan baja como para poner en riesgo a la misma estructura de la presa, además de ser totalmente insuficiente para el ciclo agrícola 2025.
Esta investigación, fue posible gracias a datos de los satélites de la NASA GRACE y GRACE-FO, los cuales dan seguimiento de los cambios en las capas de hielo y los glaciares, el agua subterránea, la cantidad de agua en grandes lagos y ríos y los cambios en el nivel del mar.
Nota original en El Heraldo de Chihuahua