Desde los albores de la civilización humana, el tema del tiempo ha sido un concepto difícil de entender y explicar hasta para las mentes más brillantes. Todo debido a nuestra condición humana, que nos permite desarrollar una percepción muy particular sobre el tiempo. Sabemos que los días, horas, minutos y segundos avanzan conforme nos hacemos viejos, y conforme pasan los días y las noches, pero ¿Por qué el tiempo siempre va hacia adelante y no hacia atrás?
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Científicos y filósofos por igual se han visto intrigados por las cualidades del tiempo, tratando de dar respuesta a su funcionamiento en base a lo que podemos percibir. Para nosotros los seres humanos, que regimos nuestra vida en base a ciclos, el tiempo es parte de nuestra vida cotidiana y se vuelve básico para nuestra supervivencia, surge ahí nuestro interés por medirlo y comprenderlo.
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Las leyes de Newton intentan arrojar luz en el tema del tiempo
Fue en su obra titulada Principia, publicada en el año 1687, cuando el físico Isaac Newton describe sus tres leyes del movimiento, en un intento de resolver infinidad de dudas sobre el mundo en el que nos desenvolvemos. Fue gracias a esta importante contribución que el hombre pudo llegar a la luna y comprender la gravedad. Pero, ¿Qué nos dicen las leyes de Newton sobre el tiempo?
Las leyes proclamadas por Newton son; la ley de inercia, la relación entre fuerza y aceleración y la ley de acción y reacción, las cuales tienen una importante característica: Que no hacen distinción entre el pasado y el futuro.
Lo anterior podría sonar bastante confuso, pero en las palabras del físico teórico Sean Carroll, la característica más obvia del tiempo es su direccionalidad; es decir, los seres vivos podemos captar el tiempo como una flecha que va siempre hacia adelante, como él mismo lo dice; "Puedo tomar fotografías del pasado, pero no del futuro".
Sin embargo, al no poder "percibir" el pasado y el futuro, ¿Significa que no existen?
Es aquí cuando nos damos cuenta de que las leyes de la física no necesariamente implican que "el tiempo va siempre hacia adelante", pues en realidad, funcionan igual de bien al ir hacia adelante, que al ir hacia atrás.
"A partir de Newton, nuevas teorías como el electromagnetismo de Maxwell, la relatividad de Einstein, la mecánica cuántica e incluso la gravedad cuántica, no tienen distinción entre el pasado y el futuro", asevera el físico Carlo Rovelli del Centro de Física Teórica en Marsella.
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¿No hay distinción entre el pasado y el futuro?
La respuesta a esta pregunta se encuentra en el origen del universo, el evento conocido como Big Bang hace casi 14.000 millones de años. Nuestra percepción del tiempo es dictada por la expansión del universo, donde interviene un concepto conocido como entropía.
¿Qué es la entropía? Es la ley por la que se rigen procesos que consideramos irreversibles, pero no porque exista una fuerza física que obligue a las partículas a comportarse de esa manera; sino porque es lo más probable que suceda, es decir, no ocurren de manera espontánea, pero sí por el actuar de una fuerza externa.
Un ejemplo de lo anterior es la ruptura de un plato. Si vemos dicho plato como un sistema ordenado y equilibrado, su fragmentación en pedazos es un suceso natural que no sucede de manera espontánea en sentido inverso; es decir, es imposible que las piezas del plato se unan de manera natural para formar uno nuevo.
Por lo anterior , mucha gente suele comparar el término entropía con "desorden", cuando en realidad se trata de un proceso de "aleatoriedad" o incertidumbre.
De esta manera, la entropía es definida como algo que puede aumentar o permanecer igual conforme pasa el tiempo, pero que no puede bajar o disminuir. Otra forma de entenderlo es; "Todo en el universo tiende a aumentar", debido a la separación de las partículas ocurrida desde el Big Bang.
La expansión del universo es entonces la que determina el avance de la flecha temporal; "Si hay una flecha del tiempo, ¿de dónde vino en primer lugar? "La respuesta es que está incrustada en el comienzo del Universo", concluye Carlo Rovelli.
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