Tal como el chipotle y el colorado, el chile pasado es orgullosamente chihuahuense, sumándose a la lista de alimentos íconos de la gastronomía del norte del país que provienen de nuestro estado. Este producto se utiliza para elaborar diversas recetas, ya sea salsas, guisados y hasta caldos.
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Sin embargo no muchos saben a partir de cuál chile fresco se elabora el chile pasado, y mucho menos, cuál es su proceso de secado, por lo que acá te explicamos un poquito más, para que te des una idea por todos los procesos que debe pasar antes de estar listo y empaquetado en las bolsas del super o del mercado.
¿Cómo es el chile pasado?
El chile pasado, un auténtico tesoro gastronómico de Chihuahua, es uno de esos ingredientes que te hacen sentir el sabor del norte en cada bocado. Este chile no solo es tradicional, sino que también tiene todo un proceso artesanal detrás que lo hace especial y digno de ser destacado en la cocina mexicana.
El chile pasado es el resultado de un proceso de secado tradicional que transforma el chile chilaca (o mirasol) en una versión deshidratada, ideal para conservar y utilizar en una variedad de platillos. Lo curioso es que este método de secado fue inventado por los primeros pobladores del norte de México, quienes lo utilizaban para preservar alimentos durante las largas temporadas de frío o sequía.
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El término "pasado" no tiene nada que ver con que el chile esté echado a perder, como podrías pensar. En realidad, hace referencia a su proceso de maduración y secado, que le da ese sabor inconfundible que encanta cautiva a miles de mexicanos.
¿Cuál es el proceso de elaboración y secado del chile pasado?
El chile pasado es uno de esos ingredientes que llevan la esencia de Chihuahua en cada bocado. Este alimento no solo es delicioso, sino que su proceso de elaboración es un verdadero arte que ha pasado de generación en generación en tierras chihuahuenses.
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El proceso de elaboración del chile pasado comienza asando los chiles a fuego lento, cuidando que la piel se tueste lo suficiente para luego desprenderla sin problemas; es importante recalcar que las venas y semillas usualmente no se retiran, permitiendo así, que todo el sabor se quede en el interior.
Una vez pelados, los chiles se dejan secar al sol durante varios días, e incluso puede durar hasta un mes, durante ese tiempo, se voltean cuidadosamente para que el secado sea uniforme. Este método tradicional de secado no sólo conserva el chile, sino que potencia su sabor ahumado, dándole ese toque tan único que caracteriza al chile pasado.
Además de su sabor inigualable, el chile pasado está cargado de nutrientes, pues rico en vitamina C, lo que lo convierte en un excelente aliado para fortalecer el sistema inmune y mejorar la apariencia de la piel. También ayuda a la absorción de hierro, ideal para quienes buscan prevenir o combatir la anemia.
¿En qué tipo de platillos puede usarse el chile pasado?
Como te explicamos anteriormente, el chile pasado es seco, por lo que para poder prepararlo necesitas hidratarlo primero, y una de las maneras más sencillas es, ya sea ponerlo a hervir, o bien, poner a calentar agua caliente y agregarla en un recipiente con el chile hasta que se haga blandito.
Una vez que tenga una textura un poco más manejable está listo para preparar decenas de platillos deliciosos, sin embargo, algunos de sus usos más comunes son para elaborar sopas, caldos, salsas, fondos, y guisados.
Nota publicada en El Heraldo de Chihuahua