El mes de agosto del 2006 es una fecha que quedó grabada para siempre en la memoria de los parralenses y de todo Chihuahua, al ocurrir uno de los más atroces crímenes de los que se tenga registro en el norte de México, donde la niña Barbarita perdió la vida de manera trágica, en un caso que conmocionó a la sociedad debido a la cruel naturaleza del suceso.
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Fue la tarde del 11 de agosto cuando la niña Barbarita de apenas tres años y medio de edad, fue reportada como desaparecida por su madre en la colonia San Uriel, luego de que la pequeña hubiera quedado bajo el cuidado de su abuela, mientras que su mamá acudía como cada jornada a laborar en la maquila.
Sin embargo, lo que inició como una búsqueda desesperada por el paradero de la menor, terminó como una de las más horrendas historias de asesinatos en Parral desde que se tenga registro. Dejando una profunda marca en todos quienes vivieron de cerca el aterrador caso de Barbarita.
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La búsqueda desesperada por hallar a Barbarita
Luego de darse a conocer la desaparición de la niña, una serie de pesquisas tuvieron lugar en la ciudad con el fin de localizarla lo antes posible. Al caer la tarde, se observaban caravanas de vehículos recorriendo las calles del centro mientras difundían el mensaje a toda la población.
Sus familiares, en medio de la desesperación, comenzaron a repartir folletos con la fotografía de la pequeña a los transeúntes, hasta que poco a poco, se corrió la voz y decenas de personas se sumaron a la búsqueda de Barbarita.
Periódicos locales y estaciones radiofónicas hacían eco de la situación mientras grupos de vecinos organizaban jornadas de búsqueda en las zonas aledañas a donde se le vio por última vez a la menor. No fue sino hasta el 14 de agosto del año 2006 cuando un macabro hallazgo terminaría con las esperanzas de hallar sana y salva a Barbarita.
Reportan el hallazgo de un bulto sospechoso al interior de un patio
La desaparición de Babarita había trascendido ya no solo en la ciudad sino en toda la región sur e inclusive a nivel estatal cuando una vecina reportó el hallazgo de un extraño bulto en el patio de su casa, se trataba de una bolsa de plástico negra con un aspecto sospechoso.
De inmediato, autoridades activaron un operativo especial con el fin de examinar el contenido de aquella bolsa y fue ahí cuando la desesperación dio paso al horror; pues al revisar dicho envoltorio, se encontraron con el cuerpo desmembrado de la pequeña Barbarita.
No obstante, la pesadilla estaba lejos de terminar, pues apenas unas horas más tarde, se encontraron las extremidades cercenadas de la niña sobre el techo de otra vivienda aledaña, ya no cabía duda de que los parralenses se estaban enfrentando a un caso sin precedentes y de extrema crueldad que dejaría impactados a todos los habitantes.
Gracias a los análisis de la Fiscalía, se logró confirmar que efectivamente se trataba del cuerpo de Barbarita, quien contaba con apenas tres años y medio al momento del asesinato.
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Inician las indagatorias para dar con el homicida de Barbarita
Familiares y conocidos no tardaron en alzar la voz exigiendo justicia por aquella vida inocente cuya existencia habría sido arrebatada de la peor manera posible. Entre llantos de dolor, la madre de Barbarita clamaba por una investigación competente para capturar al monstruo que se había llevado a su hija.
Las semanas pasaron y el asesino seguía suelto, hasta que, en medio de una fuerte presión social, el 20 de marzo del año 2007 fue detenido como sospechoso el joven J. J. G.G., a quien muchos señalaban como practicante de rituales satánicos mientras que otros más, afirmaban que solo se trataba de un chivo expiatorio para acallar el descontento de la sociedad.
Es de destacar que el detenido era una persona afectada de sus facultades mentales, con un comportamiento errático e inestable, por lo que su captura lejos de dar paz a la familia de Barbarita, vino a generar más dudas sobre su participación en el atroz crimen.
No obstante, en medio de una rueda de prensa organizada por la Subprocuraduría de Justicia en aquel entonces, se señalaba al presunto culpable como el asesino confeso de la niña, ya que supuestamente pretendía cocinar las partes de su cuerpo.
Se indicó además que solía practicar actos de zoofilia y que desde pequeño mostraba conductas sexuales anormales; afirmaciones que fueron desestimadas por el abogado del imputado, quien indicaba que su cliente no era apto para ser enjuiciado debido a su enfermedad mental.
Investigaciones revelan más detalles sobre el homicidio
Con el fin de dar respaldar las acusaciones en contra del presunto asesino, la Sub procuraduría narró detalladamente la manera en que ocurrió el momento del crimen.
Revelando que el asesino utilizó herramientas como martillos, cuchillos y un serrucho para segmentar el cuerpo de la niña. Posteriormente separó las extremidades una por una, todo ello sin sentir el menor remordimiento.
Entre las declaraciones integradas en el expediente figuran frases donde el presunto indica cómo le cortó las manos y el estómago, luego echó la carne en una bolsa junto con la ropa de la menor, ya que pretendía hacer un guisado con los restos.
Un detalle de peso entre la evidencia obtenida es que la bolsa donde se halló el cuerpo de la niña estaba amarrado con un tipo muy particular de nudo, y al solicitarle al detenido que hicieran un atado similar, éste lo logró sin la mayor dificultad.
El asesino fue detenido y luego puesto en libertad
El 26 de marzo de 2019, el imputado recibió una sentencia de 31 años de prisión por homicidio calificado; no obstante, tras 12 años de reclusión obtuvo su libertad en 2019, luego de ser declarado inimputable por el juez.
Por casi un año y medio el homicida estuvo libre hasta que finalmente una nueva orden de aprehensión fue emitida en su contra y el 19 de febrero de 2021, logró ser reaprehendido en el municipio de Madera.
Esta vez, un Tribunal de Segunda Instancia incrementó la pena hasta 43 años de prisión con nueve meses.
Sin embargo, aún tras su recaptura, hay quienes aún dudan de su presunta participación en la muerte de la niña, mientras que para todos quienes conocieron el caso coinciden en que se trata de uno de los más horrendos crímenes cometidos en la historia de Parral.
