Ubicado en el populoso e histórico barrio del Topo Chico, fundado en el margen izquierdo del río San Gregorio -hoy Río Parral-, se observan pintorescos los restos de lo que fue una parte del acueducto que abastecía de agua a los pobladores, edificado en los tiempos de la bonanza minera, el cual se mantiene como mudo testigo del acontecer parralense.
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Construidos como parte de una necesidad para conservar una parte del agua para abasto de la población de la época, se determinó que en algunos sectores de Parral se abrieran canales cerca del lecho del río y en otras se edificaran tramos de acueductos que permitieran salvar la incorporación de pequeños arroyos.
Barrios antiguos, como San Juan de Dios, San José y precisamente el Topo Chico, crecieron en los alrededores del afluente como una forma de poder abastecerse de agua; trataban de acercarse lo más posible a la corriente, esto provocó en su momento conflictos que obligaron a las autoridades a separar, hasta donde fuera posible, el agua para tres usos: abastecimiento a la población, para mover maquinaria y lavar el metal, pero en este último caso el agua se reincorporaba al río contaminada.
El mítico acueducto del Topo Chico
Es así como sobresalen, entre la maleza y el olvido los restos de lo que fue este acueducto que algunos afirman que data del siglo XIX, cuya estructura en estos tiempos sirve como puente peatonal que en temporada de lluvias fuertes suele crecer dejando pasar la corriente del agua río abajo.
Para los ciudadanos que viven en los alrededores del histórico acueducto, como lo es el barrio de la Chole y el Potrero, es paso obligado a pie ya sea por el lado del Topo o por los márgenes del río, viniendo por el rumbo de la deportiva La Huerta. Para nadie es ajena la vista llena de nostalgia que le da el emblemático sector un tanto olvidado.
Pilas y fuentes, otra forma de abastecerse de agua
De acuerdo a datos oficiales del Archivo Histórico de Parral, otra forma poco conocida para abastecer de agua a la población era mediante pilas y fuentes, a donde acudían los parroquianos para acarrear el agua potable a sus hogares. Se tienen documentadas al menos cuatro: en la plaza San Juan de Dios, a donde acudían los habitantes del Topo Chico; la pila de San Nicolás, donde se abastecían del barrio de Palomas; la plaza del Ensaye -hoy plazuela Morelos-, para abasto de la zona centro y la pila del barrio Del Rayo, que surtía al barrio de San Francisco.
Igualmente, se conoce de otras fuentes de agua en la calle Ojinaga y Ángel Trías, que posiblemente abastecía al barrio de las Flores, -hoy barrio de la Talleres-.
Acueducto y puente histórico
Vecinos destacan un dato importante, es que de acuerdo al Instituto Nacional de Antropología e Historia, este tipo de infraestructuras no puede ser intervenida sin un permiso. La situación provoca que se mantenga sin poder ser rescatado, incluso que fuera parte de los monumentos históricos que embellecen los rincones de Parral.
Por opinión de otros colonos del sector, quienes viven ahí desde hace más de 60 años, la estructura luce en buenas condiciones. Recuerdan el año 2008 cuando las fuertes lluvias provocaron el desborde del arroyo el Alamillo. Narran que, aunque ese sector no fue tan golpeado, sí sufrió algunos daños a causa del torrencial aguacero.
Muy cerca de este acueducto se encuentra una gran finca particular que data del año 1928 y que sobresale de entre el caserío en el Topo Chico, le da un toque muy singular, ad hoc de los pueblos mineros de la región sur del estado de Chihuahua.
Incluso las familias que viven ahí tratan, en el margen de lo permitido, mantener limpio este lugar que para las nuevas generaciones llama la atención para visitarlo y tomarse la foto que más tarde replicarán en las redes sociales.
Otros vecinos comentan que debería existir un proyecto que rescatara este sitio olvidado y promocionarlo como parte de un corredor que detone el turismo; incluso mencionan que por las noches puede ser alumbrado, como lo hacen con los templos, cerros y otras zonas históricas de Parral.