Humberto Mariles Cortes fue el primer mexicano en obtener una medalla de oro al participar en los Juegos Olímpicos del año de 1948 en la disciplina de equitación, en donde junto con su caballo y su esfuerzo, logró ser el primero en conseguir la medalla de oro para México. Pese haber sido una noticia internacional y de orgullo para todo el país, no fue reconocido hasta más de 60 años después. En su natal Parral, Chihuahua, el Gobierno Municipal creó un estadio olímpico que lleva su nombre y que es de servicio para los atletas parralenses que buscan conquistar medallas en diversas competencias de talla estatal, nacional e internacional.
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Tras haber iniciado en la semana pasada los Juegos Olímpicos, Parral y su gente recuerdan a un paisano que compitió en dichos juegos, pero del año de 1948 justo después de la segunda guerra mundial. Para entrar en contexto, cabe mencionar que las Olimpiadas es un encuentro internacional de deportistas de diferentes ramas, desde clavadismo, lanzamiento de bala, golf, boxeo, tiro con arco, atletismo, natación, entre otras, donde se divide por géneros, por lo que se vuelve una competición de carácter mundial, y que ha generado expectación durante años a las personas que les gustan este tipo de eventos deportivos.
De acuerdo a la historia, los primeros juegos olímpicos se llevaron a cabo en 1896, es decir, hace 128 años, y se desarrollaron en la antigua ciudad de Atenas, Grecia, en un periodo del 6 al 15 de abril, en donde participaron 241 atletas hombres y sin ninguna mujer; dicha competencia tuvo 43 encuentros de 9 disciplinas diferentes, marcando el inicio de un encuentro deportivo que duraría cientos de años en el mundo.
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52 años más tarde, México tuvo una participación que marcó un hito en la historia posmoderna en el mundo deportivo, pues con la participación de Humberto Mariles Cortez en la disciplina de equitación en los Juegos Olímpicos se logró obtener la primera medalla de oro para el tricolor, por lo que fue de alto renombre que el mexicano recibiera dicha premiación, ya que el fue el primero que entregó la premisa al país.
Humberto Mariles: Parralense, olímpico y militar
En 1913, tres años después de que iniciara la Revolución Mexicana, nació en Hidalgo del Parral, Chihuahua, Humberto Mariles Cortez, y desde pequeño demostraba su pasión por los caballos y su talento para practicar la equitación. Mismo gusto hizo que el parralense solicitara su ingreso al Colegio Militar y al ser aceptado, comenzó a trabajar de manera más profesional su disciplina, obteniendo nuevas habilidades en conjunto con la disciplina militar que recibía de manera diaria.
Así pues, al llegarse el año de 1948 y con el los Juegos Olímpicos, Mariles optó por participar en el área de la equitación, por lo que sus esfuerzos y prácticas se doblaron para alcanzar la meta; sin embargo, aún permanecía como militar dentro de la corporación de seguridad nacional, por lo que el presidente de la República de ese entonces, Miguel Alemán Valdés, le retiró el apoyo para que acudiera a representar a México bajo el argumento de que debía de cumplir con sus deberes. Sin embargo, Mariles no desistió y en ese mismo año tuvo su participación en los Juegos Olímpicos, en donde obtuvo la medalla de Oro, siendo esta la primera que México recibiera en la historia de estas olimpiadas.
El reconocimiento de Mariles llegó 60 años después a Parral
Pese a que México se engalanó por haber recibido la primera medalla de oro en la historia, Mariles no recibió un reconocimiento fehaciente por su logro, ya que se envolvió en controversias y hasta resultó quedar en prisión tras supuestamente haber asesinado con un arma a otro hombre en la Ciudad de México, motivo por el que quizás, no tuvo un reconocimiento.
No obstante, años más tarde, para ser precisos, 63 años después, el Gobierno Municipal de Hidalgo del Parral dio valor al parralense y a su legado, y para honrarlo, creó un estadio olímpico y lo bautizó con su nombre: Humberto Mariles Cortes, en donde actualmente se desarrollan actividades deportivas y es escenario para competencias locales y estatales.
En el 2020 también se recordó al primer medallero de oro de México, pues en la calle Jesús García, el artista Joel Santacruz, quien pintó al deportista junto a su caballo que lo hizo llevar al triunfo, y dicha pintura aún permanece expuesta al público en general que transita por el espacio.
De acuerdo a Gabriel González, titular de la Dirección de Deporte en Parral, actualmente el estadio olímpico es un espacio deportivo para que las personas hagan ejercitamiento físico de manera libre desde las 9 de la mañana hasta las 11 de la noche. Además, informó que se realizan diferentes actividades de la misma índole como atletismo, y también ha sido el punto en donde se realizan justas deportivas entre instituciones educativas.
Su regreso a Parral y su crimen
Tras haber conquistado el trofeo del primer lugar y haberle dado a México la primera medalla de oro en la historia de los Juegos Olímpicos, Humberto Mariles Cortes regresó a Parral en el mismo año de su participación, y un año después, en 1949, como agradecimiento a la ciudadanía por su apoyo y solidaridad, Mariles organizó un evento de beneficencia pública en el Estadio, donde hizo una demostración ecuestre, habilidad que dominaba y que lo llevó a conquistar la medalla. El recurso que recaudó fue donado para la rehabilitación del Parque del Niño, por lo que todos los ingresos que tuvo en su demostración fueron entregados en el Santuario de Guadalupe, hoy Catedral de la Diócesis de Parral.
La vida de Mariles Cortez no fue del todo apremiante, pues en 1964 tuvo una discusión con un conductor y al no contener su ira y enojo, sacó un arma de fuego y le dio balazos al sujeto hasta dejarlo sin vida, por lo que el medallista fue detenido en París, Francia; años más tarde también se enredó en supuestos delitos de tráfico de droga, por lo que volvió a estar preso en 1972. Durante su estancia en prisión Mariles murió; familiares aseguraron que fue envenenado, sin embargo las verdaderas causas quedaron indeterminadas por lo que hasta la fecha su muerte es un misterio.
