A principios del siglo XX, Hidalgo del Parral experimentó un breve pero memorable episodio con la llegada de su tranvía eléctrico. Este proyecto se concibió como una solución para mejorar la movilidad urbana, reduciendo la dependencia de transportes más lentos, como los carruajes tirados por caballos. En mayo de 1904, Don Juan N. Baca y Arturo J. Mc. Quatters presentaron una solicitud ante el gobierno estatal para obtener la concesión y construir una línea férrea que recorriera la ciudad.
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Inicios del nuevo transporte
A pesar de los primeros obstáculos debido a la estrechez de las calles y puentes, en noviembre de 1904 finalmente se obtuvo el permiso necesario, aunque con ciertas restricciones. Por ejemplo, no se permitiría el transporte de minerales por algunas de las calles más concurridas. Con la aprobación en mano, la empresa Ferrocarril Urbano de Hidalgo del Parral S.A. fue constituida en junio de 1906, con un capital inicial de 45 mil pesos.
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El proyecto avanzó rápidamente, y para el 1 de septiembre de 1907, el tranvía eléctrico estaba en pleno funcionamiento. La línea construida tenía una longitud de 4.4 kilómetros y recorría importantes zonas de la ciudad. Además, los choferes del tranvía debían portar saco y corbata, lo que añadía un toque de elegancia a este novedoso medio de transporte. La velocidad máxima permitida era de 15 kilómetros por hora, garantizando la seguridad de los pasajeros.
Recorrido del tranvía por Parral
El recorrido del tranvía comenzaba en la Plaza San Juan de Dios, transitando por calles emblemáticas como Mercaderes, Colegio y Plaza Hidalgo, entre otras. A lo largo de su trayecto, conectaba varios puntos clave de Parral, facilitando la movilidad de sus habitantes. Las tarifas para utilizar este servicio eran muy accesibles, con un costo de 12 centavos en primera clase y 6 centavos en segunda, permitiendo que muchas personas pudieran disfrutar de este nuevo medio de transporte.
Una breve historia de tres años
Sin embargo, no todo fue sencillo para el tranvía eléctrico de Parral. Apenas tres años después de su inauguración, el 7 de abril de 1910, el servicio fue suspendido debido a problemas técnicos. Las disputas con los proveedores de electricidad y otras complicaciones técnicas provocaron que este avance urbano no pudiera sostenerse por más tiempo. A pesar de los intentos por resolver estas dificultades, el tranvía dejó de operar definitivamente.
La historia del tranvía en Parral también estuvo marcada por los turbulentos acontecimientos de la Revolución Mexicana. En 1912, durante la toma de la ciudad por las fuerzas revolucionarias de Pascual Orozco, los vagones, rieles y líneas eléctricas del tranvía fueron destruidos. Esto acabó de manera definitiva con esta breve era de transporte moderno en Parral, dejando una huella imborrable en la memoria de sus habitantes.
A pesar de su corta vida, el tranvía eléctrico de Parral es recordado a través de la historia de Parral. Este medio de transporte representó un salto hacia la modernidad en una época en que las ciudades buscaban mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos. Aunque las circunstancias históricas impidieron su continuidad, su legado sigue siendo motivo de conversación.
Hoy en día, el tranvía eléctrico de Parral es visto como un símbolo de progreso frustrado, un avance que llegó demasiado temprano para una ciudad que aún no estaba lista para sostenerlo. Sin embargo, su recuerdo perdura como una muestra del potencial que tuvo la ciudad para adaptarse a los cambios y mejorar la vida de sus habitantes, aunque solo fuera por un breve periodo.