Santo Tomás, de templo a picadero: Así luce actualmente la primera capilla de Parral

A 392 años de su edificación, está en el abandono y es refugio de malvivientes que han colaborado en su deterioro al vandalizarlo con graffiti y convertirlo en basurero

Jaime Martínez / El Sol de Parral

  · miércoles 15 de mayo de 2024

Foto: Archivo / El Sol de Parral

Edificado apenas un año después de la fundación del Real de Minas de San Joseph del Parral, hoy Hidalgo del Parral, el templo de Santo Tomás paso de ser un recinto sagrado, al abandono total utilizado como refugio y nido de malvivientes que lo han convertido en un “picadero”. A pesar de que el inmueble se mantiene en pie luce un marcado deterioro al ser vandalizado con graffiti en su interior, así como utilizado como basurero.

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¿Cuándo se construyó este templo?

Este histórico y emblemático templo data de 1632, apenas un año después de que se fundara Parral en el año de 1631 y a pesar de ser considerado como un monumento histórico y parte del patrimonio cultural y arquitectónico de la ciudad, así como estar incluido entre los protegidos por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), se encuentran en el total abandono y olvido.

El templo de Santo Tomás de Villanueva, que es su nombre original, es un ejemplo emblemático de la riqueza cultural de Parral y este año cumple 392 años de su edificación, como el más antiguo de la Capital del Mundo, el cual fue edificado a iniciativa de doña Ana de Biezma, hermana del fundador de la ciudad, el alférez don Juan Rangel de Biezma.

Foto: Archivo / El Sol de Parral

La construcción del templo fue en los anexos de las casas y cuadrillas que formaron la gran hacienda de “Sacar Plata” del fundador Juan Rangel de Biezma y se localiza a un costado de lo que es hoy en día es el asilo de San Vicente, muy cerca del Periférico Sur Luis Donaldo Colosio.

Del esplendor al deterioro

En la actualidad, el estar en el olvido es causa de que su deterioro avance día con día y es que es muy visible que el lugar es visitado principalmente por malvivientes que lo han convertido en un “picadero” y es que al asistir se puede observar entre la basura, envases de bebidas embriagantes y utensilios para consumir drogas, entre otros muchos objetos.

Además, se aprecia el interior del lugar bastante vandalizado por el arte urbano del graffiti, con diferentes mensajes y leyendas, pero también sus paredes se encuentran quemadas y ahumadas por fogatas que se encienden, como si el lugar fuera refugio de personas que ahí pernoctan, ya que inclusive existen restos de comida y prendas de vestir.

Foto: Archivo / El Sol de Parral

A principios de la actual década y con la finalidad de proteger el templo, se levantó una barda con block de concreto en la puerta principal, para cerrar el acceso a las personas que lo utilizaban como refugio, pero dicha barda fue derribada y ahora cualquier persona puede ingresar al templo.

Hay que recordar que en su momento y cuando el templo se encontraba en buenas condiciones esta joya arquitectónica era muy visitada por quienes se interesaban en conocer su historia y es que contaba con dos campanas que estaban en la torre y dieciocho cuadros de diferentes santos, así como doce espejos, cuatro hechuras de bulto, tres ornamentos nuevos de damasco, una capilla, un alba y un almito, un cáliz y patena, vinagreras y salvillas, todo de plata, un misal nuevo, dos campanillas y manteles de altar.

Así mismo el recinto sagrado fue testigo de ceremonias solemnes como bodas, bautizos, confirmaciones, confesiones, funerales, ceremonias para proclamar nuevos sacerdotes y otras muchas actividades cotidianas de la iglesia católica.

Foto: Archivo / El Sol de Parral

En 1959, tras ser derribada, se inició de nuevo su construcción tal como se conoce actualmente; se convirtió en la sede de la Diócesis en 1992. Foto: Javier Cruz / El Sol de Parral

El templo a través del tiempo tuvo varios dueños y el primero fue Juan Rangel de Biezma, quien se vio obligado a vender su hacienda, incluida la capilla a Don Juan de Salaices. También estuvo en manos de Don Antonio de Salaices, el capitán Juan de Salaices, Juan José Almanza, Juan José Elorriaga y el famoso minero Don Pedro Alvarado.

Los descendientes de Alvarado lo conservaron, pero en tiempos de la revolución fue profanado y a partir de ahí empezó a quedar en el abandono como hasta nuestros días en que prácticamente se encuentra en ruinas víctima del vandalismo, al encontrarse en un lugar prácticamente despoblado y en la periferia de la ciudad.

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La indiferencia de no hacer nada por reconstruirlo y el no apreciar el contar con esta histórica joya arquitectónica que data de 1632, como el primer templo construido en Parral, seguramente con el paso del tiempo su deterioro habrá de continuar hasta quedar totalmente en ruinas y desaparecer.

Foto: Archivo / El Sol de Parral