"Rebelde y promotor del arte como un acto social, el editor, artista plástico, conceptual y experimental Felipe Ehrenberg (Ciudad de México 27 de junio de 1943-Cuernavaca 15 de mayo de 2017), es recordado como “uno de los principales autores y creadores, que marcaron pautas en el arte contemporáneo mexicano del siglo XX, al ser, de alguna forma la punta de lanza de lo que ahora se conoce como arte colaborativo”, afirma en entrevista con El Sol de México, el artista Eloy Tarcisio, amigo y conocedor de la obra del maestro.
A 80 años del natalicio de este artista, el Museo de Culturas Populares (MNCP), conmemora su vida y su obra, con la exposición Felipe Ehrenberg es popular, en la que se exhiben 153 obras, tanto de su autoría como de artistas influenciados por él.
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“Fue un artista que buscó vivir en comunidades alejadas de la ciudad, del escaparate, del mainstream, era una especie de ‘macho cabrío’ que marcó nuevas rutas y avatares del arte contemporáneo. Trabajó con muchos artistas que viajaban al interior de la república para vincularse con estudiantes normalistas, con aquellos que de alguna manera iban a formar a los próximos habitantes de la república mexicana.
“Él siempre trató de encontrar las fórmulas de vincular a los artistas con las comunidades para poder llevar a esos recónditos lugares el arte y el trabajo, a través del mimeógrafo, la creación de publicaciones, murales, trabajando siempre de la mano con las comunidades. En ese sentido él es uno de los pioneros tanto en la educación marginada, como en la comunicación de lo que hoy se conoce como arte comunitario”, explica Eloy Tarcisio.
Sobre este interés por vincular el arte con las comunidades marginales, Tarcisio comenta que se trata de una herencia intelectual de José Vasconcelos y otros artistas, como los muralistas y los integrantes del Taller de Gráfica Popular, así como de movimientos sociales, entre ellos el movimiento estudiantil de 1968, los cuales hablaban del arte como algo necesario para el crecimiento de la sociedad mexicana. Aunque aclara que Ehrenberg, siempre se encontró uno o dos pasos adelante, por lo que fue ejemplo para nuevos artistas, educados en las décadas de los setenta y ochenta del siglo pasado.
BUSCADOR DE VÍNCULOS
Autor de grabados, collages, óleos, acrílicos, acuarelas, arte-objeto, grabado, tintas, grafitos, e impresiones gráficas, como se puede ver en la exposición, “Felipe Ehrenberg transitó su arte desde varias líneas, pero lo que le interesaba mucho eran las relaciones interpersonales, cómo nos relacionamos socialmente. Siempre quiso saber cómo conectar, a través del concepto, la obra hiperrealista, la instalación y la gráfica, lo que era nuestra vida en sociedad, cómo nos vinculamos entre los diferentes nosotros”, señala el fundador del museo X Teresa Arte Actual.
Acerca de la concepción de los espacios de exhibición -según cuenta en entrevista por separado el artista Marcos Limenes, quien trabajó con él- Felipe Ehrenberg tenía conciencia de que algunas piezas eran creadas con un fin comercial y que podían ser hechas para ser mostradas en galerías, pero también conjugaba esto con la idea de “llevar el arte a las calles”, haciendo performances y murales en el espacio urbano.
Estas concepciones eran producto de las ideas artísticas de los años setenta, promovidas por grupos como Proceso Pentágono, que él fundó, así como otros, entre ellos el Grupo Suma, Peyote e Ideología y Arte e Ideología.
Sin embargo, Limenes aclara que en el arte de maestro Ehrenberg, no hay una intención de hacer de comprensión del arte fuera completamente comprensible para toda la sociedad.
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“Él buscaba evitar el facilismo, su trabajo no era tan digerible, siempre se guardaba ese resquicio de misterio. No creo que pudiera proceder con sólo una fórmula”, comenta Limenes, quien reconoce que en el trabajo de Ehrenberg se podía leer la evolución artística del México postmuralista, al formar parte de la Generación de la Ruptura.
Su legado artístico
Limenes recalca que una de las grandes aportaciones de Ehrenberg, fue ser “el puente entre las propuestas contemporáneas y rebeldes, producto del 68 europeo y el 68 latinoamericano. Él tuvo la virtud de ser el mediador de lenguajes entre lo que se hacía aquí y allá. Pero también como vínculo generacional, entre sus contemporáneos, así como de la nueva generación de artistas mexicanos”.
Por su parte, Eloy Tarcisio, considera que el legado de Felipe Ehrenberg es “total y absoluto”, en cuanto a que “nos deja su reflexión de cómo vivir en el contexto social como artistas, su trabajo en comunidades, así como el arte efímero”, razón por la cual, considera que el mejor homenaje a su memoria, es “buscar espacios para dar a conocer aún más su obra”.