Parral, Chih.- Tomar jugos y licuados en el Mercado Hidalgo anteriormente llamado Alhóndiga Parral, es una tradición que data desde el año 1963, cuando se encontraba ubicado frente a la parroquia de San José, lo que hoy en día conocemos como Plaza de la Identidad.
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Según datos históricos de Parral, para asegurar el abasto de alimento, a precios razonables, en las poblaciones de la Nueva España, especialmente en los reales de minas, el gobierno colonial implementó diversos mecanismos ya que se subastaba carne de vaca y de carnero a un comerciante o ganadero importante durante un periodo de tiempo, se asignaba al que ofrecía mejor precio.
Las semillas, granos y harinas debían ser necesariamente registrados y almacenados en la alhóndiga, para evitar acaparamiento o provocar escasez.
Pero además de su función como mercado público, la alhóndiga revisaba las pesas y medidas en los puestos, además se vendían productos sin control como leña, carbón y huevos, así como madera, vigas, cal, sogas y loza.
El 27 de febrero de 1642, el gobernador Luis de Valdez contestó afirmativamente a la petición conjunta del alcalde mayor, Melchor Valdez, del alguacil mayor, Antonio de Quezada y de los diputados de minería y comercio, de establecer una alhóndiga para provisionar a la creciente población que residía en las minas.
La alhóndiga comenzó a funcionar inmediatamente, justo atrás del edificio de la alcaldía, mientras se construía un lugar propio, el antiguo edificio colonial fue reparado en varias ocasiones pero subsistió hasta 1881 en que empezó a construirse un nuevo local, que fue inaugurado en las fiestas patrias de 1883.
Debido a que el lugar sufrió varios incendios, como consecuencia de los enfrentamientos revolucionarios se comenzó la remodelación de lo que era la Alhóndiga de Parral, pero no fue sino hasta el 8 de septiembre de 1963 que se finaliza la construcción del nuevo local, y nace lo que hoy en día se conoce como el Mercado Hidalgo.
Este nuevo edificio en el que ya no se permitía el expendio de carbón, leña o pasturas, fue bautizado oficialmente como Mercado Hidalgo.
Fue dividido en cuatro áreas: expendios de semillas, verduras y comestibles secos, área para carnes y diversos productos de matanza, una sección de ropa y calzado, y otra para cocinas y fondas.
Para ese entonces ya existía otro mercado público que funcionaba en la Plaza Guadalupe, que daba servicio a los barrios de Guanajuato, Guadalupe y San Juan de Dios.
Debido a la proliferación de supermercados y diversos establecimientos especializados, el Mercado Hidalgo dejó de ser el principal establecimiento de artículos de primera necesidad.
Actualmente se encuentra en la calle Pablo Ochoa Méndez, está parcialmente desocupado y la venta de productos básicos es mínima, es por eso que debido al crecimiento poblacional y con ello problemas viales, parralenses insistían en que una plaza en vez de mercado ayudaría fuertemente a la imagen de la ciudad, y lo que se buscaba era aprovechar el potencial turístico de nuestra ciudad es por ello que deciden demoler dicho Mercado.
Pero no fue hasta el año 2014 que los locatarios fueron reubicados, anunciando el 1 de marzo del 2014 la demolición total del edificio, dando origen a lo que hoy en día se le conoce como “Plaza de la Identidad”.
Antes de que se efectuará su demolición, era punto de reunión entre los parralenses, incluso de visitantes que llegaban a la ciudad, o de aquellos que después de acudir a misa tradicionalmente solían darse cita en dicho establecimiento.
La propietaria del local de jugos y licuados Alborada situado en el Mercado Hidalgo, Alicia Muñoz, quien sonriente atiende a su clientes y a pesar de que ha sido años difíciles con motivo de la pandemia declaró que las personas aún acuden a tomarse un jugo o algún licuado como tradicionalmente lo hacían.
Incluso han llegado personas que cambiaron su lugar de residencia, pero crecieron en este ambiente familiar donde solían acudir todos después de asistir a misa.
Destacó que también han comenzado a preparar aguas frescas de melón, piña, horchata y jamaica debido a la demanda que ha incrementado por las fuertes temperaturas que se han estado sintiendo ya que de igual manera son solicitadas por las personas aunque también llegan a consumir agua natural y refresco.
Comentó que sus ventas varían mucho dependiendo los días, ya que entre semana las personas acuden más a comprar algún jugo o las tradicionales malteadas, pero los fines de semana disminuyen el número de consumidores.
Por su parte la vendedora de jugos y licuados en el local Naturelle, Martha, quien omitió su apellido, pero atenta a sus clientes agregó que percibe más movilidad en la mañana debido a que muchas personas antes de ir a su trabajo gustan de ingerir algún jugo.
Además, debido a que ya hay personas que cuidan su salud han solicitado el jugo verde, antigripal para fortalecer las defensas y el más vendido es el vampiro el cual lleva zanahoria, betabel y apio.