GIJÓN. La posibilidad transformadora de la literatura y el ejercicio de resistencia de la palabra ante las nuevas tecnologías fueron los temas de la jornada de este martes en la 36ª edición de la Semana de Novela Negra de Gijón. La nicaragüense Gioconda Belli y la española Marta Sanz presentaron en el marco del certamen sus novelas distópicas El país de las mujeres y Persianas metálicas bajan de golpe, respectivamente, con las que defienden, en marcos distintos, esos valores.
El país de las mujeres (2010), de la nicaragüense Gioconda Belli fue editado por primera vez en España, bajo el sello Seix Barral, este año. “Estoy muy contenta de volver a publicar este libro, de editarlo en España, poder presentarlo aquí, sobre todo en este momento, en un país en el que las mujeres tienen un lugar importante en puestos de responsabilidad política”, señaló.
Puede interesarte: Premian a escritora mexicana en la Semana Negra de Gijón
Además, destacó, “creo que tiene una gran vigencia en el marco de una realidad muy compleja, del surgimiento y auge del pensamiento más atrasado, con una reacción al avance y al pensamiento más progresista”.
Belli, quien en noviembre próximo recibirá el XXXII Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, aseguró que cree en la capacidad visionaria de la ficción ya que es importante tener visiones de lo que puede ser, “porque de alguna manera, lo que el ser humano sueña se puede llegar a cumplir y muchas cosas que se han visto en la ficción, luego se manifiestan en la realidad y por eso creo en la posibilidad transformadora de la literatura”.
Afincada en Madrid como exiliada, luego de que el Gobierno de Nicaragua le retiró la nacionalidad “por traición a la patria”, anotó que siempre en la historia de la humanidad se ha visto que cuando se avanza viene una ola para atrás, “pero las mujeres no vamos a volver a ser lo que éramos en los años 50, tenemos una capacidad de vernos a nosotras mismas de otra manera, exigir nuestra presencia en decisiones importantes, y una prueba de nuestra importancia se confirmó en el marco de la pandemia, quedó claro que al faltar las mujeres la sociedad renquea, como que le falta una pata, por eso debemos insistir en el término de la ciudadanía”.
Para Gioconda Belli, la literatura y la poesía son canales para lograr lo anterior. “Yo soy esencialmente poeta, es la expresión más concentrada de la emoción humana y poderlo expresar es un don maravilloso, una capacidad especial del ser humano, he tenido la suerte de lograr una poesía que tiene eco, el poder abordar desde ese lenguaje el ser mujer”, puntualizó.
Halagada por recibir el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, la tercera nicaragüense que recibe ese reconocimiento después de Ernesto Cardenal y de Claribel Alegría, expresó: “es un abrazo muy fuerte para mí por parte de la cultura española, Nicaragua es un país de poetas y lo que está pasando ahora en mi país mata el espíritu de Nicaragua”, abundó.
La madrileña Marta Sanz, ganadora de diversos galardones como el Premio Herralde de Novela (2015), el Ojo Crítico de Narrativa (2001) o el XI Premio Vargas Llosa de Relatos, presentó en Gijón su última novela, Persianas metálicas bajan de golpe, un libro que escribió en la desescalada de la pandemia, con la incertidumbre del encierro y del desmantelamiento de lo público.
Refirió que es una distopía satírica, una comedia musical, una ópera bufa que usa los espejos deformantes que han surgido en la sociedad para hablar de las grietas más relevantes en el presente que se vive y que advierte del riesgo de que el lenguaje de las redes sociales y los algoritmos asuman el control absoluto de la vida cotidiana de la gente.
➡️ Suscríbete a nuestro Newsletter y recibe las notas más relevantes en tu correo
La novela, prosiguió, es “un ejercicio de resistencia” de la literatura frente a las nuevas tecnologías, que tienen un lado bueno, pero también “un lado cutre, feo, rancio, me parece muy triste el adelgazamiento de nuestra capacidad léxica, argumentativa, de nuestra memoria, cada vez estamos más acostumbrados a los mensajes literales y a no elaborar un discurso narrativo, a no ver que por detrás del mensaje hay más”.
Hizo hincapié en que las redes sociales de ninguna manera son universales y democráticas como nos quieren hacer creer y manifestó su convencimiento de que “el poder de la palabra puede imponerse a la inteligencia artificial”.