A mediados del siglo XIX, nuestra ciudad, Hidalgo de Parral, en el sur del estado de Chihuahua y al norte de la república mexicana con un paisaje rústico, semidesértico y con un clima semihúmedo y templado, contó con una plaza de toros, que se ubicó en la calle del Pueblo Indios Yaquis, hoy Agustín Melgar.
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Con lo expresado, nuestra población en aquellos vetustos años, contó con su plaza de toros, la cual fue erguida y edificada por Leónides Salazar, misma que fue ubicada en un predio que se encontraba en el sector noroeste de la ciudad, en la antigua rúa.
Lo anterior investigado en el Archivo Histórico de Parral, en el cual en un boletín describe o dispone la información muy escueta de este inmueble taurino que se desarrolló en nuestra población a mediados del siglo XIX.
Haciendo un recuento de cómo llegó esta denominada fiesta a nuestro país, los colonizadores y conquistadores españoles trajeron los vacunos a nuestro país, se implantaron ejemplares de raza ibérica con variantes española, francesa, portuguesa o africana, además desde muy temprano llegaron reses bravas. En una de las “cartas de relación” escritas en los primeros años de la conquista por Hernán Cortés, ya menciona un festejo con su correspondiente corrida de toros.
Las lidias de toros, que algunos llaman arte, es una herencia española en toda América. Nuestra ciudad no es la excepción ya, que en el siglo XIX e inicios del siglo XX se llevaban a cabo corridas de toros con toreros de suficiente categoría, como para que el periódico El Toreo, editado en Madrid, consigna en sus páginas: “El 23 de diciembre (de 1902) Manuel Cervera Prieto salió para Parral, donde toreará las seis corridas de la feria en diez días.
Durante la investigación se encontró con dos carteles de corridas de toros, el primero a realizado un domingo 12 de septiembre de 1915, encabezando el cartel el matador mexicano, Luis León, la dupla de banderilleros, Crescencio Torres y Ricardo Areu, así como de los picadores, José Alvídrez e Ismael Peña, lidiando cuatro toros de la acreditada ganadería “Chupaderos”, con precios de entrada de palco sobre 3.00 pesos, grada de sombra 2.50, palco de sol 1.25 y grada de sol 1.00 peso.
Siendo el programa de las 11:00 a las 12:00 horas, desfile con el personal de la cuadrilla, acompañados de música por las principales calles de la ciudad, a las 14:30 horas, se presentaba afuera de la plaza de toros la banda de la 2da. Brigada Manuel Chao ya las 16:30 horas, iniciaba la lidia a muerte de los cuatro toros.
Asimismo, otro del domingo 28 de octubre de 1917, tomando parte una cuadrilla de jóvenes aficionados del gremio de panaderos, figurando el valiente, Pablo Rodríguez, con cuatro toros de la Hacienda “Sauz de Valerio”, siendo el elenco, director de lidias, Salvador Figueroa, matador Pablo Rodríguez, Benjamín Camacho y Pablo Rodríguez P. banderilleros, picadores, Susano Quiñonez y Rayo Caldera, así como lanzadores, Ramón Sepúlveda y Ambrosio Fuentes.
Con la siguiente programación, a las 15:00 horas, la banda partirá de la Plaza Principal a la Plaza de Toros, frente a la que permanecerá tocando escogidas piezas musicales ya las 16:30 horas, previo permiso de la autoridad que presida el evento, se inicia la lidia, teniendo unos costos de palco de sombra 1. 50; grado de sombra 1.
En otra información de la plaza de toros de Parral, se cuenta en el archivo con una imagen fotografiada desde el “Cerro de los Aburridos”, que muestra al fondo de lado izquierdo, la imagen de la iglesia de nuestra Señora del Rayo.
Además, en otros datos, en un plano de 1937, del que se reproduce una fracción, aún muestra la localización de la plaza de toros antigua y también indica la localización de otra plaza más reciente ubicada en la esquina de las actuales calles Primavera e Independencia.
Para concluir, a mediados del siglo XX las corridas de toros se realizaban en el “Estadio Valente Chacón Baca” y desde 1964 en el Lienzo Charro.
Como aportación cultural, en todo el país la llamada fiesta brava, ha perdido muchísimos adeptos, posiblemente porque se convirtió en un espectáculo costoso, y desde hace al menos tres décadas las corridas de toros en nuestra ciudad son cada vez más ocasionales.