Parral, Chih.- Los dulces de leche quemada, las rayadas y las enchiladas son tres de las delicias conocidas de nuestra ciudad. Don Pablo Rodríguez, originario del estado de Jalisco, fue quien comenzó la tradición de los dulces de leche en el año 1932, quien fundó una dulcería en la avenida 20 de Noviembre, a la cual le puso por nombre “La Gota de Miel”. A partir de ese año comenzó una deliciosa tradición de los dulces. Hoy en día son conocidos en nuestro país y Estados Unidos.
Don Pablo Rodríguez, originario de Teocaltiche, Jalisco, fue una persona que estuvo buscando oportunidades de trabajo en diferentes estados de la República. Comentó una de sus bisnietas, Cristina Rodríguez Méndez, que en su andar el bisabuelo llegó a trabajar en la hacienda de los papás de Francisco I. Madero, en el estado de Coahuila. Don Pablo estuvo conviviendo con chefs contratados de Europa. Así, pues, se cree que tuvo sus conocimientos culinarios en esta hacienda; sin embargo, no se sabe si de ahí aprendió la receta de los dulces de leche quemada.
Refirió que su bisabuelo, además de saber hacer los dulces de leche quemada, tenía conocimientos de repostería y pastelería; dos de las artes de la cocina francesa. Es así que después de haber probado suerte en diferentes sitios de México, junto con su esposa María arribaron a Parral que los enamoró y en el año 1932 decidió fundar una dulcería, pero nunca imaginó que tendría un éxito extraordinario con los dulces de leche.
En aquella época, la parte baja de la finca fue la dulcería, en la parte trasera se hacían los dulces y en la planta alta vivía la familia. Del matrimonio Rodríguez nacieron cinco hijos: Bernardo, José, Simón, Benito y María.
Se sabe que no cambió de giro la dulcería hasta nuestros días. En los años treinta, don Pablo comenzó a hacer dulces con leche bronca que era llevada en burro, utilizaba leña para dar fuego a los cazos de cobre para quemar la leche.
También comentó su descendiente que en la dulcería comenzaron a vender los jamoncillos de leche, las “greñudas de nuez”, nombre que viene de greña, ya que como no se envolvían alrededor del dulce, quedaba como una greña; las cocadas, trompadas y cubiertos fueron los primeros dulces que comenzaron en ese tiempo; sin embargo, poco a poco fueron adquiriendo fama las bolas de nuez y otros dulces de leche.
Cristina Rodríguez destacó que el éxito de la dulcería se debe al trabajo familiar que no se ha perdido; están en el negocio la tercera y cuarta generación de don Pablo.
El hacer con amor las cosas también forma parte de este éxito, pero una de las cuestiones que nunca se han permitido hacer, es bajar la calidad del producto. Ellos desde siempre han mantenido la receta original.
Aún cuando los costos de producción han aumentado, ya que cada vez está más caro el gas, la nuez, la leche y los insumos que requieren para la producción, han podido mantener la calidad y cantidad.
Cuentan con 22 variedades de dulces, entre los que están los clásicos, como las bolas de nuez, las greñudas, cocadas, conchitas y mazapancitos; también han diseñado sabores de dulces para dar variedad al cliente, como los que llevan higo, chabacano, piña, arándano, almendras, mango, cacahuate y pasas.
En 2007, indicó la encargada, que ganaron el premio “Maravillas gastronómicas de México”, en donde por medio de la revista México Desconocido se llevó una encuesta y participaron más de 20 estados con platillos regionales, llevándose el primer lugar La Gota de Miel.
Este premio, subrayó la entrevistada, no sólo fue para la dulcería sino para Parral, ya que han estado presentes en la vida cotidiana de los habitantes y turistas.
Los dulces son llevados a sus tierras natales por turistas y visitantes, principalmente en vacaciones de Semana Santa, Navidad y verano.
Comentó que con el transcurrir de los años y gracias al trabajo, la constancia y receta original de su bisabuelo, los dulces son conocidos en el mundo, principalmente en la unión americana, así como clientes de México, Oaxaca, Juárez, Torreón, Jalisco, Puebla, Sinaloa, Aguascalientes, Durango, entre otros.