/ domingo 17 de noviembre de 2024

Del Estante | El demonio de las faltas de ortografía

En la Baja Edad Media se creía que un ser maligno tenía la culpa por los errores al hablar y escribir 

Hay veces que, por más que revisemos un texto una y otra vez hasta el cansancio y usamos los mejores autocorrectores, se nos llega a colar un error ortográfico, una coma mal puesta, una palabra que no hace mucho sentido o una omisión. Hoy, aunque busquemos pretextos, somos los únicos responsables, pero si viviéramos en la Baja Edad Media, todo habría sido más sencillo, pues ninguno de esos “horrores” serían culpa nuestra, sino de un demonio.

Así es, lectores pecadores, antes hubo un ente maligno que tentaba a las pobres criaturas de Dios a escribir e incluso a hablar mal. Así lo cuentan los antropólogos Yanko González Cangas y Pedro Araya Riquelme, en su libro El agua verde del idiota. La errata: cultura e historia, recientemente publicado por el Fondo de Cultura Económica, en el que hacen una revisión histórica del como los errores escriturales han sido parte de la historia de la humanidad.

Su nombre tenía dos formas de escribirse: “Titivullus” o “Tituvillus” —es recomendable escribir las dos para no caer en divina falta— y estaba bajo las órdenes del mismísimo Lucifer. Cuentan que solía susurrarle a los escribanos y religiosos para que se equivocaran durante la hechura de textos sagrados y en la pronunciación de oraciones dirigidas a Dios.

Pero no sólo eso, también, según recuerdan los autores del libro, también fue, sobre todo al principio, el demonio de los chismes y las conversaciones ociosas; además de “un diablo recopilador de pecados, notario de las faltas de los seres humanos para ser invocados a la hora del juicio del alma”.

Sin embargo, los antropólogos también explican que la relación entre la escritura y lo demoníaco no sólo estuvo relacionado desde el error, sino por la capacidad de moldear conciencias, por lo cual sólo era un poder que debía quedar restringido a personas con la capacidad moral.

Esto, consideran, ellos y otros estudiosos que ellos citan, es una prueba de cómo la escritura fue limitada como un cerco cultural para sectores populares y minoritarios de la población, pero que a lo largo de los siglos han encontrado formas de establecer medios para comunicar sus ideas de forma escrita, las cuales se han visto beneficiadas cada vez más por los avances tecnológicos, desde la imprenta hasta las herramientas digitales de nuestros días.

Hay veces que, por más que revisemos un texto una y otra vez hasta el cansancio y usamos los mejores autocorrectores, se nos llega a colar un error ortográfico, una coma mal puesta, una palabra que no hace mucho sentido o una omisión. Hoy, aunque busquemos pretextos, somos los únicos responsables, pero si viviéramos en la Baja Edad Media, todo habría sido más sencillo, pues ninguno de esos “horrores” serían culpa nuestra, sino de un demonio.

Así es, lectores pecadores, antes hubo un ente maligno que tentaba a las pobres criaturas de Dios a escribir e incluso a hablar mal. Así lo cuentan los antropólogos Yanko González Cangas y Pedro Araya Riquelme, en su libro El agua verde del idiota. La errata: cultura e historia, recientemente publicado por el Fondo de Cultura Económica, en el que hacen una revisión histórica del como los errores escriturales han sido parte de la historia de la humanidad.

Su nombre tenía dos formas de escribirse: “Titivullus” o “Tituvillus” —es recomendable escribir las dos para no caer en divina falta— y estaba bajo las órdenes del mismísimo Lucifer. Cuentan que solía susurrarle a los escribanos y religiosos para que se equivocaran durante la hechura de textos sagrados y en la pronunciación de oraciones dirigidas a Dios.

Pero no sólo eso, también, según recuerdan los autores del libro, también fue, sobre todo al principio, el demonio de los chismes y las conversaciones ociosas; además de “un diablo recopilador de pecados, notario de las faltas de los seres humanos para ser invocados a la hora del juicio del alma”.

Sin embargo, los antropólogos también explican que la relación entre la escritura y lo demoníaco no sólo estuvo relacionado desde el error, sino por la capacidad de moldear conciencias, por lo cual sólo era un poder que debía quedar restringido a personas con la capacidad moral.

Esto, consideran, ellos y otros estudiosos que ellos citan, es una prueba de cómo la escritura fue limitada como un cerco cultural para sectores populares y minoritarios de la población, pero que a lo largo de los siglos han encontrado formas de establecer medios para comunicar sus ideas de forma escrita, las cuales se han visto beneficiadas cada vez más por los avances tecnológicos, desde la imprenta hasta las herramientas digitales de nuestros días.

Parral

Más de mil personas han visitado los "Rincones Navideños" 2024

Como parte de la actividad "Navidad en el Palacio", los parralenses se reúnen para celebrar la tradición en la época decembrinas

Cuauhtémoc

Se repite la historia de 1990: Se seca por completo la Laguna de Bustillos

Este cuerpo de agua muestra un aspecto desolador, pues solo quedan pequeños charcos de aguas negras

Chihuahua

Reconoce gobernadora legado cultural de la OFECh en su 40 aniversario

Maru Campos sorprendió con visita a integrantes de la filarmónica, y los felicita, por poner en alto a Chihuahua

Cuauhtémoc

Alerta en Cuauhtémoc por violencia; localizan cuerpo en Campo Menonita 25

Luego de la muerte de 3 integrantes de un grupo delincuencial, entre ellos uno de los líderes, el municipio se mantiene en alerta debido al aumento de la violencia

Parral

Buen Fin en Parral: pantallas y motocicletas lideran las compras; muebles quedan rezagados

Las pantallas planas, celulares y motocicletas son los productos más comprados durante el Buen Fin en Parral, mientras que los muebles y colchones registran menor demanda

Parral

Avanza el proyecto Marca Parral con capacitación de cinco cooperativas textileras

El objetivo es reactivar la economía local expandiendo las posibilidades de comercio, a nivel estatal, nacional e incluso internacional