Hace casi 250 años, la ciudad de Parral, conocida por su rica historia y arquitectura colonial, fue testigo de la construcción de su primera cárcel, conocida como la Real Cárcel. Este establecimiento no solo es un reflejo de la evolución de la justicia en la región, sino también una parte fundamental de su legado histórico. Situada en lo que hoy es la Casa de la Cultura, la cárcel fue un pilar en la administración de justicia en la Nueva Vizcaya.
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El Palacio Municipal de Parral, un imponente edificio que ha servido como escenario de numerosos eventos históricos, originalmente albergaba la Real Cárcel. Este edificio, con sus muros cargados de historia, ha sido testigo de grandes y pequeños acontecimientos, desde reuniones de diputados de la minería hasta audiencias públicas de los gobernadores y capitanes generales de la Nueva Vizcaya. Estos líderes alzaban el Pendón Real, convocando a sus huestes para las expediciones en las montañas, hogar de los indios rebeldes al yugo de los conquistadores.
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¿Dónde se ubicó la primera cárcel?
Las Casas Reales, como se les conocía, no solo eran residencias de gobernadores y alcaldes, sino también centros administrativos que incluían diversas dependencias necesarias para el gobierno, entre ellas la primera cárcel de Parral.
Este edificio se situaba estratégicamente entre la plaza mayor y el templo principal, extendiéndose hasta lo que hoy es la calle Coronado o Plazuela Morelos. Sin embargo, en el siglo pasado, una parte de este valioso bien municipal fue intercambiado para construir una nueva cárcel pública.
Justicia en San Joseph del Parral
La justicia en aquellos tiempos era implacable. Un testimonio conservado en el Archivo Histórico del Municipio de Hidalgo del Parral narra un evento de 1776, cuando tres hombres fueron azotados por ayudar en la fuga de un indio. Pascual Hernández, José Anastasio del Castillo y Santiago Cabeza de Baca recibieron 200 azotes cada uno y fueron condenados a trabajos forzados por su participación en la fuga. Este castigo se llevó a cabo en las principales calles de Parral, bajo la atenta mirada de los vecinos y al son de tambor.
El alcalde mayor de San Bartolomé, implicado en el caso, recibió una multa de 600 pesos y una advertencia de un futuro correctivo en caso de reincidencia. La severidad de las penas y el ritual público de los castigos reflejan la rigurosa aplicación de la justicia en la época colonial. Los reos fueron finalmente trasladados al Presidio de la Princesa, donde cumplieron sus condenas trabajando a ración y sin sueldo, una muestra más de la dura realidad de la justicia en aquellos años.
Hoy en día, la Casa de la Cultura, ubicada en la avenida 20 de Noviembre frente a la Plaza Principal, es un vibrante centro cultural que alberga exposiciones de arte, una cineteca y el Teatro de Cámara Gloria Campobello. Este edificio, que una vez fue sede de la Real Cárcel, sigue siendo un testimonio vivo de la rica historia de Parral, preservando en sus muros las voces del pasado.
La evolución de la justicia en Parral, desde los tiempos de la Real Cárcel hasta la actualidad, es un reflejo del desarrollo de la ciudad y su gente. La Casa de la Cultura, con su multifacético uso a lo largo de los siglos, sigue siendo un símbolo de la resiliencia y la continuidad histórica de Parral. Este edificio no solo alberga la memoria de su pasado, sino que también inspira a las generaciones presentes y futuras a valorar y preservar su patrimonio cultural.
Con información del libro: Tres Siglos de Historia de Rubén Rocha Chávez