Tras 10 semanas de rodaje, el director Aarón Fernández terminó su película, El hijo de su padre. En el último día de filmación, El Sol de México tuvo acceso al set que recrea la casa de una familia que está a punto de entrar en crisis.
La vida del escritor y periodista Gabriel (interpretado por Daniel Damuzi), quien ha decidido ser padre soltero de un niño de cinco años, cambia radicalmente cuando se entera que la casa que comparte con su hermana Raquel (Florencia Ríos) y su madre Esther (Zaide Silvia Gutiérrez), será puesta en venta.
Desde ese momento Gabriel entra en una crisis existencial, al recordar que la casa familiar fue construida con amor y sacrificio por su padre, a quien años atrás él vio morir en un accidente.
“La película aborda en diferentes modalidades la paternidad, no sólo porque Gabriel es papá soltero, en un modelo de familia poco común, unas veces porque murió la esposa o hay una separación de madre y padre, pero también porque Gabriel tiene ‘vivo’ a su padre, que ahora está muerto y ausente desde hace mucho tiempo”, describe el director en entrevista.
Explicó que la cinta es de personajes, “no es de acción, ni ficción, cada personaje es real, entrañable, en las escenas me gusta plasmar los momentos familiares cotidianos y sublimarlos para llegar a momentos poéticos, nos clavamos en los encuadres, la luz, el plano secuencia”.
El cineasta, quien se mueve entre el documental e historias de ficción, reconoce que “la historia de esta familia es como el documental en un estado cotidiano, libre y espontáneo, filmamos lo más cronológico posible, a fin que los actores con sus personajes vivan y gocen este proceso, como el hecho de ver el árbol de limones que poco a poco se ha ido secando, la casa que se está vaciando”.
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La historia girará en varios festivales nacionales y en el extranjero previo a llegar a las salas de cine en el 2024. “Me la estoy pasando bien, tranquilo, yo con una cámara enfrente soy el hombre más feliz del mundo, me convierto en un niño, s lo que más me gusta hacer en la vida. El cine independiente que hago es de los más difíciles, cuento con mi casa productora, con plazos de entre siete años a ocho años y hasta más para cada proyecto”.
Adelantó que ya tiene el guion de su próxima película, “espero ya no tardarme tanto en el proceso, para volver a estar frente a la cámara”, finaliza.