Durante el Imperio de Maximiliano de Habsburgo en México, el mapa político del país experimentó cambios significativos. Uno de los ajustes más destacados fue la división del estado de Chihuahua en tres departamentos: Batopilas, Huejuquilla y Chihuahua.
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Este periodo de la historia se conoce como Segundo Imperio Mexicano y fue resultado de la Segunda Intervención Francesa en nuestro país, por lo que sólo duró entre los años de 1863 y 1867, hasta el triunfo de la República encabezada por Benito Juárez. Después de este lapso, el estado de Chihuahua recuperó su integridad territorial y volvió a ser el Estado Grande.
El 3 de marzo de 1865, bajo el gobierno de Maximiliano de Habsburgo, se emitió un decreto que marcaría un hito en la división territorial del recién establecido Imperio Mexicano. Este decreto, publicado en el Diario del Imperio el 13 de marzo del mismo año, encargó la importante tarea de delimitar los nuevos departamentos a don Manuel Orozco y Berra (1816-1881). La misión de Orozco y Berra consistía en establecer una división territorial que reflejara tanto la geografía natural como las necesidades socioeconómicas de cada región.
Los 50 departamentos
Para esta división se priorizó la elección de límites naturales siempre que fuera posible, buscando así garantizar una subdivisión coherente y funcional. Además, se consideraron aspectos como la extensión superficial de cada departamento, tomando en cuenta la configuración del terreno, el clima y los recursos naturales disponibles. Este enfoque permitiría, con el tiempo, alcanzar una distribución equitativa de la población en cada región.
Al delimitar jurisdicciones de manera coherente con la geografía y las necesidades locales, se buscaba una mayor eficiencia en la gestión gubernamental y un fomento del intercambio comercial entre las distintas regiones del Imperio Mexicano.
Y es que respaldado por conservadores mexicanos descontentos con el gobierno republicano y la Constitución de 1857, Maximiliano de Habsburgo emprendió la tarea de establecer un nuevo orden político en el país.
Aunque el Imperio de Maximiliano de Habsburgo fue efímero y finalizó con su ejecución en 1867, su breve reinado dejó un legado político y administrativo que influyó en la evolución posterior de México como nación independiente. La división del estado de Chihuahua durante este período es un ejemplo de los cambios significativos que ocurrieron en la estructura política del país durante ese tiempo tumultuoso.
La historia de este período ofrece una visión fascinante de los desafíos y las transformaciones que México experimentó en su camino hacia la consolidación de su identidad nacional y su sistema político. La división de Chihuahua en tres departamentos bajo el gobierno de Maximiliano de Habsburgo es solo uno de los muchos episodios que contribuyeron a dar forma al México moderno que conocemos hoy en día.
Nota Original: El Heraldo de Chihuahua