Socorro Tabares García la mujer del siglo, nació en 1923 y ha visto pasar el curso de la vida, mil historias que contar, mismas que atesora con un suspiro en lo más profundo de su memoria, procreó 10 hijos, y tiene la dicha de convivir con sus 33 nietos, 32 bisnietos y ocho tataranietos.
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En una pequeña comunidad llamada El Cairo, ubicada en el municipio de Valle de Allende, con alrededor de 10 familias cuyo sustento es el campo, y la agricultura; sin embargo, algunas personas emigran para buscar nuevas fuentes de empleo, en dicho lugar en el año de 1923 hace 100 años, nació la señora Socorro Tabares García.
Posteriormente se mudó a la comunidad de Corralejo en donde actualmente vive, en la tranquilidad que le trae el pueblo que la adoptó y donde ha realizado los más gratos sueños desde su niñez.
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Nació en una familia humilde, pero plena y sencilla, fue la única mujer entre cinco hermanos; Tenos, Francisco, Gonzalo, Sóstenes y Eduardo, cursó hasta el cuarto año de primaria, por cuestiones de la propia vida.
Tras un siglo de vida, Socorro ve pasar su vida, las dificultades de aquel entonces, el trajín de su existencia reflejada en sus hijos, uno de sus anhelos era llegar a disfrutar de su familia, pero nunca pensó que cumpliría 100 años rodeada de su descendencia, nietos, bisnietos y tataranietos.
En el álbum de fotografías guarda con cariño una de su hijo que se desempeñaba como militar, otra acompañada de su esposo cuando cumplieron su aniversario, asimismo de manera especial, custodia una de la visita de Pedro Infante, en el año de 1954.
Se desarrolló en un época en donde la tecnología era aún escasa, los medios de transporte eran convencionales y el acceso a las herramientas de comunicación existían solamente en el sueño, pues sí había era un lujo tenerlas.
Viene a la memoria uno de los acontecimientos más importantes de su vida, era un día lluvioso, bien recuerda, de esos que no se olvidan porque suceden cosas inesperadas, sorprendentes y maravillosas, pues ese día, con tan solo 23 años de edad, contrajo nupcias con José Salas Rubio, ni el caer del cielo detuvo el proyecto de vida que juntos decidieron emprender.
A lo largo de 62 años, José Salas Rubio y Socorro Tabares García construyeron juntos un proyecto de vida, aún y con las grietas de la vida, el devenir de los tiempos, lo que los motivó a unirse nunca desfalleció.
Juntos formaron una familia integrada por 10 hijos, cinco hombres y cinco mujeres Julio, Salvador, Eva, Adán, Elio, Socorro, Salvador, Leticia, Magdalena y Rosa Marta; no obstante, el ciclo de la vida no se dio como tenía que ser, ya que uno de sus hijos falleció cuando era muy pequeño, teniendo que enfrentar el dolor de enterrar su sangre.
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Todo parecía marchar bien, aun con la pena, doña Socorro Tabares y don José Salas continuaron su vida, a pesar del dolor en el recuerdo, un virus desconocido en pleno siglo veintiuno paralizó el mundo, cambió el curso y la vida de los individuos.
Con el paso de los días, los científicos lo denominaron Sars-CoV2, mejor conocido como Covid-19, millones de personas en el mundo perdieron la vida, y de nueva cuenta la muerte impactó la vida de Socorro Tabares, ya que esta enfermedad le arrebató hace dos años a otro de sus hijos, por segunda vez una espina clavó su corazón.
Sus ojos se cristalizan y entre suspiros recuerda que todo iba muy bien, hasta que su compañero de vida falleció a causa de un infarto, arrebatándole una parte de su vida, y de su historia.
"Don Che" como cariñosamente le decían, era un esposo trabajador y muy alegre, dedicado a la agricultura, lo recuerda con su tradicional sombrero, desde temprana hora se levantaba, bebía un café y salía como cada día a buscar el sustento diario para la familia, ni la lluvia, ni el frío quitaban las fuerzas.
Hoy goza de la felicidad de convivir con sus 33 nietos, 32 bisnietos y ocho tataranietos, quienes han tenido la dicha de poder aprender de ella, conocer y festejar la vida de quien ha tenido la dicha de vivir un siglo.