Acabamos de aprobar la reforma constitucional en materia de vivienda en la Cámara de Diputados, se trata de una reforma muy importante y justa, toca una de las necesidades más sensibles para cualquier persona: el poder tener una vivienda, se trata de la dignidad para los trabajadores de este país. Seguramente muchos se preguntan o se preguntaban por qué después de trabajar tanto no pueden conseguir un techo propio dónde vivir, por qué no pueden conseguir un crédito hipotecario; desde luego que existen grandes impedimentos como los precios exorbitantes o el no poder reunir el monto inicial para el enganche, la verdad es que el sistema actual está hecho para que el mercado decida el precio y condiciones para obtener una vivienda.
La idea original del Infonavit era construir vivienda accesible para los trabajadores, el objetivo funcionó un tiempo, pero llegó la época de Zedillo y con él, la ambición desmedida, todo cambió, lo que importaba eran las ganancias. El estado mexicano dejó de construir y delegó todo en las empresas privadas, muchos millones de mexicanos fueron condenados a rentar casas por muchísimos años porque no eran sujetos de crédito, y los que lograron obtener uno sus deudas se volvieron impagables y eternas.
Hoy lo que se busca es que los millones de trabajadores que no tienen acceso a un crédito de vivienda, puedan rentar una casa y posteriormente adquirirla, que el arrendamiento no exceda un 30 por ciento del monto de su salario y que después de 10 años puedan acceder a esa vivienda, que el dinero aportado sirva para poder adquirir la casa. No es un asunto menor, es el proyecto legislativo en esta materia más ambicioso del gobierno mexicano en los últimos años, se trata de que el gobierno invierta para construir y en cierta medida absorba los intereses que le tocarían pagar a los mexicanos.
Hace más de un siglo, con la promulgación de la Constitución de 1917, el derecho a una vivienda digna fue reconocido como un triunfo de las luchas obreras. Un derecho conquistado con sangre, sudor y lágrimas, pero que fue arrebatado sin miramientos por aquellos que sólo pensaban en las ganancias. El Infonavit, que fue un pilar de justicia social se convirtió en una oficialía de partes, dejando de cumplir su deber, de construir hogares para quienes más lo necesitan.
Hoy desde la Cuarta Transformación, venimos a poner fin a esa injusticia histórica. Esta reforma al Artículo 123 de nuestra Constitución tiene un solo objetivo: garantizar que las personas trabajadoras de este país accedan a créditos económicos y suficientes para adquirir, mejorar o arrendar una vivienda digna.
No es aceptable que en pleno 2024, el 51.4 por ciento de las personas que rentan no tengan acceso a un crédito hipotecario. Eso tiene que cambiar y con esta reforma estamos sentando las bases del verdadero humanismo mexicano, es lo que nuestro pueblo ha estado exigiendo durante décadas.
Esta reforma que hoy tenemos ante nosotros cambiará para siempre la vida de millones de mexicanas y mexicanos. Esto no es sólo un asunto de números o estadísticas frías, se trata de vidas humanas, de dignidad. Se trata de la mujer que trabaja todos los días para sacar adelante a su familia y se enfrenta en muchas ocasiones con la disyuntiva de si compra la despensa o paga la renta, se trata del joven que tiene muchos sueños para independizarse y empezar a forjar su propia historia, se trata del adulto mayor que merece estar en paz y dejar de preocuparse por tener un lugar digno, se trata de que sólo por el hecho de ser mexicanas y mexicanos tengamos asegurados derechos fundamentales como la vivienda.
No me queda duda de que las reformas que se están discutiendo y aprobando en la Cámara de Diputados fueron concebidas con sensibilidad y corazón, pensando en ayudar, en cómo mejorar la vida de la gente y de eso se trata la construcción del segundo piso de la cuarta transformación.
Lic. en derecho. Diputado federal de Morena por el IV distrito