Tras la primera Guerra mundial, los Jázaros talmúdicos que se hacen llamar judíos iluminattis asquenazíes, en respuesta al anti judaísmo que se acumuló desde la edad media hasta el siglo XIX, donde a mando de Aristócratas católicos y Papas que les dieron fuertes golpes con las Cruzadas y hogueras para herejes, gnósticos, alquimistas, cabalistas, esoteristas; quemas de libros del Talmud y de Rabinos como el de Maimónides en plenas plazas públicas como la de París; luego de haber salido victoriosos a base de traiciones, dieron su siguiente paso hacia el Sionismo o creación de un estado judío en Palestina.
En ese plan de Teocracia judía o más bien instrumento político y militar de conquista mundial; en 1917 otro judío Ashquenazíe, el ministro Inglés James Balfour para marcar unidad publica, posicionó el apoyo de Inglaterra al plan sionista, dirigiéndose a los Gobiernos y a Sir Walter Rotschild, líder de la comunidad judía de Gran Bretaña para establecer al judaísmo como fuente de cultura religiosa oficialmente en su tierra ancestral de Israel.
Concluyeron la Revolución rusa liderada por sucios judíos bolcheviques como Lenin, Trotski y Stalin quienes fueron financiados por otros judíos banqueros de Nueva York, amos y financistas de Wall Street de apellidos Shiff, Kuhn, Loeb, y Warbourg, estos últimos ligados al grupo europeo Rotschild, familia simiente de esta gran conspiración. Hicieron abdicar del poder y asesinaron al Zar católico Nicolás II junto con su bella familia; dejaron a su paso de forma cobarde e inmisericorde el asesinato de cerca de 50 millones de rusos, quienes temblaban de terror al escuchar el pronunciamiento de “Judío”.
Impulsando igualmente el sionismo, forjaron a Hitler quien portaba genealogía materna aunque ilegítima de los Rotschild, y apoyado por estos más los poderosos Rockefeller, exaltaron su gobierno nacional-socialista como algo único en la historia de Alemania. Entre ambas partes lograron un holocausto enfocado más a los anti sionistas y fundamentalistas hebraicos que a todo judío. Luego de tomar el dominio europeo, ruso y norteamericano, siguieron paso a paso, con su sueño milenario de control planetario, instalando su arquetipo de poder paralelo a los Gobiernos de todas las Repúblicas, civilizaciones u organizaciones, bajo formas distintas y diferentes matices. Formaron Uniones Parlamentarias y tratados Internacionales con serias alianzas, concluyeron con Parlamentos mundiales a modo, como la ONU, la OMS o el BM con tanta influencia que, los países verdaderamente no pueden hacer políticas nuevas sin consultar este Gobierno invisible y recibir sus sabias indicaciones.
Estos judaístas y sus satélites como izquierdistas y masones, minan toda estructura social, engañando y burlándose a escondidas de todos los pueblos tras un telón de sonrisas, pues heredaron de sus ancestros el arte de engañar, usando un cúmulo de mentiras, distorsiones y fraudes por lo que merecen justamente ser llamados “Padres del engaño y la calumnia”, pero, ocultamente destilan odio principalmente contra las clases medias o nobles cristianas manipulando sus necesidades y disolviendo sus valores. Consolidaron todo tipo de falsas ideologías como el destructor comunismo o el neo-socialismo, también doctrinas religiosas principalmente protestantes con reformistas benéficos a sus planes subversivos. Aprovecharon la bondad de los cristianos engañandolos con su artimaña de fingir para que millares y millares se convirtieran en seminaristas católicos, pero con la consigna de aniquilar esa Iglesia. Cristo mejor que nadie conoció a este pueblo deicida llamándolo raza de víboras, asesinos e hijos del diablo, lo cual muestra que desde esos tiempos tenían los mismos instintos que ahora.