Cuando una persona tiene algo que decir, lo difícil no está en que lo diga, sino en evitar que lo diga con tal frecuencia, que lo convierta en “verdad” aunque no lo sea. Y para saber si aquello afirmado es la verdad, depende más bien, no del grado de veracidad, sino de la audiencia, de aquellos que la reciben, y su grado de percepción, y de aceptación de lo dicho. Y así tenemos que el dictador AMLO nos dice que sólo murieron 20 mil personas durante su administración, cuando la verdad es que murieron casi 200 mil.
Una categoría de la filosofía, desarrolla el conocimiento, y una definición es la "Verdad Absoluta", y el máximo nivel de respuesta se le atribuye a Dios. En realidad, “la verdad” es un concepto abstracto de difícil definición. El término procede del latín veritas y está asociado con la conformidad de lo que se dice con lo que se piensa, lo que se ve, o lo que se siente.
Quizá algo adecuado es una de las definiciones de verdad del diccionario: “Propiedad que tiene una cosa de mantenerse siempre la misma, sin mutación alguna”. Sin embargo la realidad es una ilusión que cada quien decodifica según sus patrones mentales que le dicen que “eso es eso” y que “aquello es aquello”, aun cuando otra persona viendo lo mismo, lo interprete de diferente forma. La realidad, lo que percibimos como el mundo externo, lo de ahí fuera, no es más que una proyección “holográfica” de ondas electromagnéticas, energía y pensamiento (ver el libro de Michael Talbot, El Universo Holográfico).
Aunque ni todo lo que vemos, ni todo lo que sentimos ni todo lo que escuchamos es necesariamente la realidad (como lo demuestro en alguno de mis cursos), los "hechos alternativos o verdades alternativas" del gobierno de AMLO y de Trump, podemos afirmar que son totalmente falsos, utilizados para justificar las contradicciones entre lo que sostienen sus secretarios de prensa y los hechos constatados por los medios de comunicación día a día, todo esto para obtener un poder absoluto. Únicamente lo que él declare como verdad, lo será.
"Hechos alternativos", es el concepto con el que el gobierno de México y el de Trump quiere neutralizar a la prensa y ha logrado que la mayoría ignorante (racista) de los Estados Unidos y de México empiecen a ver a dicho sujeto como un semi dios. Él es la verdad absoluta, el todo poderoso. Y en nuestro país el tal AMLO fue declarado “dios” por el padre Solalinde y mantiene imbecilizados a los más “sabios y buenos”
Los llamados hechos alternativos no son hechos. Son falsedades.
Sin embargo, todo lo que se publique que no sea del agrado de algunos termina siendo tildado de noticias falsas, como calificó Trump a casi todos los medios de comunicación hace ya unas semanas. Lo peligroso aquí es que acude a esa lucha con una novedosa concepción que prácticamente permite que todo sea verdad…pero sólo “su verdad”.
Los medios son los guardianes del desempeño de cualquier gobierno. Esto es, en los países que se consideran “libres”. Las dictaduras y los gobiernos corruptos obligan, bajo amenazas, a que la prensa publique lo que ellos quieren. En muchos otros casos compran con millonarios contratos los medios a controlar. En otros casos son sujetos a las creencias de algunos miembros de su personal que se sienten con el poder de no respetar la libertad de expresión.