En el plano global, la tendencia clara es hacia el enverdecimiento de las economías y esto implica por fuerza la creación de valor sostenible; el sector empresarial se involucra cada vez con más responsabilidad en la sostenibilidad y el sector financiero no se quiere quedar atrás… cuando presenté el tema de los Principios de Ecuador, mencionaba que la creación de una cadena de valor requiere que los inversores, clientes y partes involucradas o interesadas, cuestionen y profundizen más, no solo en el aspecto económico que prevaleció por mucho tiempo, sino más allá y más orientados hacia la responsabilidad social, ambiental y empresarial, analizando los impactos de sus actividades en estas tres aristas y bajo esta tendencia, fue que el pasado mayo el Consejo Mexicano de Normas de Información Financiera y Sostenibilidad publicó las dos primeras normas de información de sostenibilidad (NIS), mismas que establecen las bases para el desarrollo de las NIS particulares y su aplicación en la preparación de la información de sostenibilidad de una entidad y sus requisitos de calidad así como los indicadores básicos de sostenibilidad los cuales representan las métricas de aplicación universal y estándar que permiten conocer a una entidad con mayor claridad, su estatus de sostenibilidad.
Estas normas tienen un punto de convergencia con las Normas Internacionales de Revelación de Información de Sostenibilidad (IFRS S por sus siglas en inglés), mismas que se crearon para estandarizar la divulgación de sostenibilidad en los mercados globales ya que las finanzas y la sostenibilidad están íntimamente relacionadas porque la sostenibilidad tiene un impacto directo y significativo en la rentabilidad, el riesgo y la reputación de una empresa, lo que a su vez puede repercutir en su desempeño empresarial, financiero y la valoración por parte de sus inversores.
Estas tendencias nos indican que queda, cada vez más claro, contundente y evidente, que el cambio ambiental global y la triple crisis planetaria representan riesgos directos a las actividades económicas y productivas de los países y que no están separadas o van por caminos distintos, sino que comparten una misma vía y que es necesario que esa vía se vuelva hacia la integralidad y la sostenibilidad en sus diversas formas y estrategias.
Estas normas entrarán en vigor en enero del 2025 y representan la base para que las entidades financieras puedan enfrentar, de una manera más resiliente, los desafíos en materia de sostenibilidad y mejorar el proceso de toma de decisiones para un crecimiento verde, circular y sostenible; son una iniciativa que fortalece esta cultura de la sostenibilidad empresarial como un elemento transversal, y Edgar Morín, en su libro La vía para el futuro de la Humanidad menciona que: …Todo empieza siempre con una iniciativa, una innovación, un nuevo mensaje inconformista y marginal, que muchas veces sus contemporáneos no perciben...
Líder de sostenibilidad y medio ambiente Chihuahua Futura.