El pasado 2 de junio la ciudadanía nos envió a la clase política, partidos y gobiernos diversos mensajes y lecciones que nos deben tener en un profundo periodo de reflexión. Considero que uno de los principales temas a analizar es la pluralidad con la que votaron las y los mexicanos hace casi tres meses, reconociendo que hubo una amplia mayoría que apoyó nuevamente por las razones que ustedes quieran, al partido que hoy nos gobierna en el país. Hay muchas aristas por analizar, que la simple elección por unos u otros, el escenario nacional nos devela que existe mucho más que ese resultado de números fríos y contundentes.
Hablo de pluralidad, porque México es un país muy plural, incluso, de los más de 95 millones de mexicanos que podían votar, por lo menos un 45% no participó en las pasadas elecciones, y ese también es un mensaje que forma parte de la pluralidad junto al resto de los votantes que sí optaron por un partido, candidato o coalición, para que fueran su representantes en las cámaras, gobierno federal, gubernaturas, ayuntamientos, sindicaturas y congresos locales.
Si bien es cierto que, como ya mencioné Morena ganó arrolladoramente, la votación total del partido oficialista y sus aliados fue del 54% y el resto, el 46%, la ciudadanía se la dio a la oposición, por lo que, hasta por sentido común se entiende que la asignación de curules por la vía de la representación proporcional debe ser en esa misma proporción, situación que pondría al Congreso de la Unión y a México, en otro escenario, no habría mayoría calificada para nadie.
Lo anterior, nos permitiría una agenda más plural, mayor diálogo y consensos en beneficio de las y los mexicanos, y no lo que se advierte nos espera para los siguientes años, que seguramente no serán 6, sino décadas, dado que las reformas de Morena y el Presidente, traerán un retroceso a lo ya caminado y construído por años, resultado de distintas demandas legítimas de la sociedad civil, ciudadanos libres y partidos políticos, como Acción Nacional, que ha sido un verdadero aliado y punta de lanza cuando ha gobernado, para la construcción de instituciones.
Ahora resulta que Morena, el Verde y el PT, pretenden agandallar, violentando los preceptos constitucionales, arriba de un dieciocho por ciento más de curules por la vía plurinominal, al pretender pasar del 54% otorgado por el voto popular a un 72%, y con este porcentaje quedarse con la mayoría calificada para modificar sin ningún tipo de contrapeso la Constitución y cualquier ley que les estorbe para sus fines dictatoriales.
Por eso decimos desde el PAN, no a la sobrerrepresentación, que se respete el voto y la pluralidad de las y los mexicanos; y aprovecho para hacer un llamado a esa ciudadanía, la que ha marcado agenda en varios sexenios para que nuestro país atienda las mejores prácticas en los gobiernos, con mayor transparencia y una rendición de cuentas oportuna a sus gobernados; es un llamado también a quienes militan en otras fuerzas políticas y que conocen lo perjudicial de las reformas a la Constitución de López Obrador, a quienes desde sus trincheras han contribuido con México, en garantizar las libertades, la democracia y el estado de derecho; a los jóvenes y los no tan jóvenes, a quienes nos toca defender lo que nuestros abuelos y padres nos heredaron, un país libre y con una democracia creciente; a los empresarios e inversionistas que si bien, se han sumado a la exigencia de la no sobrerrepresentación, los invito a tomar medidas más determinantes que cimbre a la administración que esta por comenzar, a repensar el México para todos; el llamado también es para las iglesias y congregaciones religiosas, porque la pluralidad, es justicia social; y por supuesto a la academia, que con sus bastos conocimientos han advertido que seguir en la línea de esas reformas, la República se habrá acabado. Seguimos por México, aunque la cima se vuelva cada vez más lejana.
Lic. en Administración, Diputada del PAN por el VIII Distrito federal
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