He visto una especial tendencia en el gobernador en tratar de buscar responsables para cualquier problema con el que se topa; Duarte y su sequito, la federación, el presidente de la república y cualquier otro que se le cruce, cosa que no me impresiona mucho, pues en una ocasión una persona formada en política me dijo que los malos políticos tienes tres momentos en sus gestiones; el primero para culpar a los anteriores, el segundo para culpar a su equipo o sus adversarios y el tercero por culpar al tiempo por ser tan limitado.
Pero lo que no puedo concebir en ningún político es que intenten culpar a los ciudadanos de a pie, al pueblo, pues eso no hace ningún sentido. Es admisible que encuentren sus enemigos y lianas en otros políticos, pues quien anda en el baile debe soportar los pisotones, pero nunca admitiré que un político culpe al pueblo bajo ninguna circunstancia. La razón es muy sencilla, el político ha tomado la decisión de ocupar un puesto de liderazgo y el liderazgo debe asumir éxitos y victorias como completamente suyos. Mientras que el pueblo realiza las actividades que sostienen al político y sus estructuras, los políticos realizan las acciones que mantienen en buenas condiciones al pueblo.
La premisa principal en este escrito es que los problemas que hoy tenemos deben ser asumidos por las autoridades completamente como suyos. Nada de esto es culpa del pueblo, bajo ninguna circunstancia. Argumentaré por qué.
La tarea principal del gobierno era mantener a los hospitales con capacidad de atención o bien habilitar nuevos espacios. Ninguna otra, no es erradicar la enfermedad, lamentablemente nuestro gobierno ni siquiera está en condiciones de decir que buscará curas contra la enfermedad. No, toda la tarea era tener capacidad de atender casos graves, hasta ahí. Y hoy fracasaron, y fueron las autoridades quienes lo hicieron.
La ciudadanía colaboró en las acciones y decisiones del gobierno, pero estuvieron pesimamente mal planteadas. Es inútil pedir a los ciudadanos pedir lo imposible, y nadie está obligado a cumplirlo. Cuando decidieron dictar cuarentena sin casos, la gente obedeció, cuando decidieron cerrar negocios la gente obedeció, cuando decidieron vaciar parques la gente obedeció. Pero todo tiene un límite de tiempo, nadie puede permanecer encerrado más tiempo que lo que su estabilidad emocional le permita, nadie puede durar más tiempo sin trabajar que el que sus ahorros permite, nadie puede guardar a sus hijos y familias más tiempo que el que la estabilidad emocional permiten.
Las autoridades han sido frívolas, han hecho más campaña que decisiones de fondo, han buscado más los reflectores que atender problemas, desde bloques contra el gobierno hasta presidente fumigando en avioneta, los políticos no entienden que ellos son los líderes sociales y responsables de solucionar los problemas sociales. Hoy esa intentona de culpar al pueblo, simplemente habla de la poca capacidad de entender su posición.
El recurso humano y económico con el que cuentan los habilita para atender esos problemas, de los que precisamente están intentado responsabilizar a los ciudadanos, es una lástima que en tiempos tan difíciles nos haya tocado tener autoridades tan irresponsables, frívolas e ignorantes.