/ viernes 30 de octubre de 2020

Realidad simplificada | Lozoya; Independiente con tufillo de partido

Los partidos políticos son una evolución de los sistemas democráticos. Pues mediante los partidos se enarbolan causas y proyectos de Estado. Un partido político es la institucionalización de las ideas de gobierno, de las rutas de acción y de la visión de Nación.

Los partidos modernos se han eclipsado por la creciente tendencia al egoísmo y a una marcada disminución en la concepción de sociedad en detrimento de los intereses personalísimos de los actores políticos. Los partidos se desfondaron porque no hay idea que resistan las exageradas necesidades de los pequeños líderes de nuestro tiempo.

Pero aun así y en ese escenario la ruta más clara es recuperar el concepto de sociedad en el continuo trabajo del fortalecimiento de la visión de organización.

Las figuras independientes, en la política mexicana moderna es una oportunidad de refrescar el entorno político obligando a las pequeñas mafias que se apoderan de las organizaciones a movilizarse y cambiar. Las candidaturas independientes bien aplicadas pueden ser benéficas para el fortalecimiento democrático.

Parral y los parralenses creyeron en un individuo que ya venía cargando con los grandes vicios de los partidos. Se formó en un partido y aprendió todas las marrullerías y las puso en práctica. Aprendió la compra de votos, la simulación de procesos de gobierno, el desvío de recursos, el manejo de la percepción social. Alfredo Lozoya es la representación de lo que anda mal en los líderes mundiales. Una persona con ambición desmedida y sin escrúpulos para manipular a quienes lo siguen.

En estos días vemos con claridad el putrefacto tufillo que le venía acompañando desde sus inicios, pues ese pequeño olor se transpira en grandes proporciones. Ha utilizado a muchos actores de la política local, ha mentido y engañado, ha defraudado y perseguido, hoy aniquila su discurso, ese que le había acompañado por cuatro años, su cantaleta de “mueran los partidos, porque estan corruptos, viva lo independiente”.

Está colocando el falso presidente independiente sus piezas uno a uno, en un partido sin ideología ni claridad. Movimiento ciudadano es el nuevo proyecto para cabalgar, dicen. Pero en realidad es una plataforma que les permite buscar maximizar sus resultados; van por las pluris y las posiciones de cajón, cosa que una figura independiente no les da.

Por con esa búsqueda de posiciones aniquila su propuesta ciudadana y su sacrificio para depurar la política tan castigada por los partidos y simplemente se convierte en un jugador más.

El discurso de Lozoya se ha vaciado, pero lo más crítico es que con el tiempo y en retrospectiva vemos que el municipio se le ha caído. Sin empleo, sumido en una de las peores crisis de salud y sin acciones decididas, como más camas, mas respiradores o pruebas, solo tristes faramallas como rocío desde avionetas o trajes para la foto, Lozoya se va en su aventura de las posiciones y deja a Parral en las peores condiciones de los últimos cincuenta años.

Lozoya se convirtió en lo que crítico, se va y deja atrás una alta traición, se lleva el cajón y la esperanza de sus seguidores.

Los partidos políticos son una evolución de los sistemas democráticos. Pues mediante los partidos se enarbolan causas y proyectos de Estado. Un partido político es la institucionalización de las ideas de gobierno, de las rutas de acción y de la visión de Nación.

Los partidos modernos se han eclipsado por la creciente tendencia al egoísmo y a una marcada disminución en la concepción de sociedad en detrimento de los intereses personalísimos de los actores políticos. Los partidos se desfondaron porque no hay idea que resistan las exageradas necesidades de los pequeños líderes de nuestro tiempo.

Pero aun así y en ese escenario la ruta más clara es recuperar el concepto de sociedad en el continuo trabajo del fortalecimiento de la visión de organización.

Las figuras independientes, en la política mexicana moderna es una oportunidad de refrescar el entorno político obligando a las pequeñas mafias que se apoderan de las organizaciones a movilizarse y cambiar. Las candidaturas independientes bien aplicadas pueden ser benéficas para el fortalecimiento democrático.

Parral y los parralenses creyeron en un individuo que ya venía cargando con los grandes vicios de los partidos. Se formó en un partido y aprendió todas las marrullerías y las puso en práctica. Aprendió la compra de votos, la simulación de procesos de gobierno, el desvío de recursos, el manejo de la percepción social. Alfredo Lozoya es la representación de lo que anda mal en los líderes mundiales. Una persona con ambición desmedida y sin escrúpulos para manipular a quienes lo siguen.

En estos días vemos con claridad el putrefacto tufillo que le venía acompañando desde sus inicios, pues ese pequeño olor se transpira en grandes proporciones. Ha utilizado a muchos actores de la política local, ha mentido y engañado, ha defraudado y perseguido, hoy aniquila su discurso, ese que le había acompañado por cuatro años, su cantaleta de “mueran los partidos, porque estan corruptos, viva lo independiente”.

Está colocando el falso presidente independiente sus piezas uno a uno, en un partido sin ideología ni claridad. Movimiento ciudadano es el nuevo proyecto para cabalgar, dicen. Pero en realidad es una plataforma que les permite buscar maximizar sus resultados; van por las pluris y las posiciones de cajón, cosa que una figura independiente no les da.

Por con esa búsqueda de posiciones aniquila su propuesta ciudadana y su sacrificio para depurar la política tan castigada por los partidos y simplemente se convierte en un jugador más.

El discurso de Lozoya se ha vaciado, pero lo más crítico es que con el tiempo y en retrospectiva vemos que el municipio se le ha caído. Sin empleo, sumido en una de las peores crisis de salud y sin acciones decididas, como más camas, mas respiradores o pruebas, solo tristes faramallas como rocío desde avionetas o trajes para la foto, Lozoya se va en su aventura de las posiciones y deja a Parral en las peores condiciones de los últimos cincuenta años.

Lozoya se convirtió en lo que crítico, se va y deja atrás una alta traición, se lleva el cajón y la esperanza de sus seguidores.