Hay una gran distancia entre las decisiones populares, aquellas que ponderan las necesidades de la mayoría y aquellas populistas. Aquí en Parral está de moda el populismo. Aquellas acciones de apariencia, pero nunca de fondo.
Al gobierno independiente le gusta llamar la atención, más precisamente a Alfredo Lozoya. El presidente municipal tiene una marcada necesidad de protagonismo, pero esa cualidad claramente tiene consecuencias prácticas muy visibles.
En este escenario nubiloso y pálido queda claro, los alcances que tiene la simulación y la necesidad de reflectores antes que los estudios serios y las decisiones prácticas.
Tenemos un presidente que prefirió realizar fumigaciones en avioneta, acción sin ningún sentido, y grabar un spot para redes sociales y subir la nota a medios estatales, que darse a la seria tarea de buscar más camas para atención a pacientes con COVID, o buscar respiradores para el municipio más allá que por medio de Twitt a Elon Musk.
Hoy vemos con claridad que las decisiones alejadas de la razón y la ciencia y simplemente esperando ocupar un espacio en medios de comunicación tiene implicaciones graves, muy peligrosas. Hoy somos uno de los municipios con mayores contagios de COVID-19 en el Estado y las cosas se salen de control.
Por más que traten de culpar a los ciudadanos y la irresponsabilidad, creo que la principal causa es la de tener autoridades sin una ruta clara. Aquí en Parral es el caso, tenemos a un presidente municipal que ocupa más tiempo en cuestiones políticas, que en concretar acciones claras para el combate de los problemas que nos aquejan.
Vemos a la autoridad más interesada en quitar el último centavo a los negocios y los negociantes locales, que en brindar opciones factibles para mantener el funcionamiento económico y buscar impulsar la economía local.
Esta administración engaña a la gente diciéndoles que vienen descuentos importantes para salir adelante todos juntos de la problemática, pero en realidad son descuentos insignificantes en una crisis de grandes proporciones. Pero lo que mantiene a flote todo este montaje es el discurso populista y aprovecharse de la ignorancia, distancia u ocupación de la gente en otros problemas.
Es una lástima que en la crisis más importante de los últimos años tenemos a la autoridad más deficiente de las últimas décadas.
Vivimos con claridad los estragos de una pandemia, pero sufrimos las consecuencias de una mala decisión y de un gobierno populista que no tiene ningún empacho en sangrar a su pueblo y lucrar con su buena fe. Son tiempos del gobierno populista independiente, ese que nada hizo y nada resolvió.