Por Alex Batista
El expresidente López Obrador, el 31 de julio de este año, cuestionó en su mañanera: “¿De qué sirve la transparencia?”. Con estas declaraciones, AMLO alegó que la transparencia no requiere que sea independiente y que esta función puede estar a cargo de su gobierno a través de la nueva Secretaría de Anticorrupción y Buen Gobierno.
La eliminación del INAI que se concretará esta semana en el Senado de la República, nos obliga a preguntarnos: ¿Puede el gobierno de MORENA ser juez y parte en la transparencia y en la lucha contra la corrupción?
El cinismo de MORENA ha instaurado una narrativa de manipulación política que pretende someterlo todo con el supuesto objetivo de dirigir la vida del pueblo, pero sustentada en mentiras y contradicciones dependiendo su conveniencia.
Para ponerlo en contexto, en 2012 AMLO afirmó que durante su mandato buscaría “dotar de plena autonomía e independencia al Instituto Federal de Acceso a la Información Pública y a la Auditoría Superior de la Federación, con el objetivo de profesionalizar sus funciones fiscalizadoras y evaluadoras, y someterlas a un estricto régimen de rendición de cuentas”.
Por su parte, Claudia Sheinbaum en el 2018, prometió que en su administración se tendría transparencia “al infinito”.
Estas posturas resultaban convenientes mientras ambos eran opositores y no ejercían el poder. Un ejemplo de ello se dio en 2015, cuando AMLO utilizó políticamente la información revelada por el INAI sobre el costoso viaje presidencial a Londres de Enrique Peña Nieto, que ascendió a 7 millones 153 mil pesos, impulsando una fuerte campaña en contra de los privilegios de la clase política del gobierno en turno.
Pero como bien dice el filósofo de Güémez: “Todo tiempo pasado… fue anterior”. Es importante recordar que ya en el poder, el partido que prometía en sus campañas que iba a hacer “el gobierno más honesto y transparente de la historia”, se convirtió en el mayor obstáculo para el organismo autónomo encargado de garantizar la transparencia.
El INAI lleva años operando con menos comisionados de los necesarios para sesionar regularmente, debido a que MORENA en el Senado ha intentado, en distintas ocasiones, sabotear la selección de los mismos, ya que contar con un ente que los vigile siempre les ha resultado inconveniente.
MORENA ha expresado abiertamente su negativa a nombrar nuevos comisionados, argumentando: “Nosotros preferimos que no se nombre”. El plazo para hacerlo venció, incluso después de que un juez y posteriormente la Corte ordenaran que los nuevos comisionados debían ser designados antes de diciembre del año pasado. MORENA desacató dichas resoluciones judiciales.
Además, el INAI ha enfrentado una gran reducción presupuestal del 21.5% desde el inicio del gobierno de López Obrador.
El cinismo y la opacidad de MORENA alcanzaron tal nivel durante el sexenio pasado, que el INAI tuvo que impugnar al gobierno de AMLO por no entregar información pública en 82 mil 147 casos, duplicando la cantidad de casos reservados durante el gobierno de Peña Nieto.
El INAI es un avance de la joven democracia mexicana y está siendo amenazado por un régimen que busca someter a las instituciones que le resultan incómodas, permitiendo así la perpetuación de actos de corrupción sin límites.
Con la eliminación del INAI prevista para esta semana, es imprescindible reflexionar sobre las palabras del poeta romano Juvenal: Ahora, ¿Quién vigilará a los vigilantes?
@alexbatista0