Los caminos de la vida no son siempre los que uno sueña o desea, sin embargo, una característica del ser humano es que de alguna manera siempre está en movimiento, caminando. Así un buen día las circunstancias, el destino, la vida, se confabularon y de pronto era invitado a participar en un taller literario. ¿Qué era eso?, ¿para qué servía?, no tenía la certeza, pero había algo que me impulsaba a decir que, sí, era un camino que despertaba en mí la curiosidad por explorarlo. Fue relativamente corto el tiempo después de haberme integrado a ese taller, cuando un día se daba la noticia en los medios de comunicación de que el gran Juan Gabriel había muerto, tema que dio la oportunidad para realizar un escrito con 100 títulos de las canciones del artista, y así cumplir con la tarea semanal de aquel taller.
Al reunirnos esa tarde de aquel día jueves del mes de agosto del año 2016, en el jardín del Palacio Alvarado para tener nuestra clase del taller y revisar las tareas, donde se presentaba aquel escrito dedicado a Juan Gabriel, la maestra María Luisa Jara, coordinadora del taller, obsequió una petición que más bien tenía tintes de una orden infalible, ¡lleve ese escrito al Sol de Parral para que se lo publiquen!, para que más personas lo conozcan, desde luego la petición fue secundada por las y los compañeros del taller. Entonces había que cumplir con el encargo y al día siguiente en compañía de mi esposa acudimos a las oficinas del periódico, donde amablemente nos atendió la secretaria del director Lupita Gurrola. Se le mostró el escrito y ella al instante dijo que si lo publicaban.
Después de haberlo enviado por correo, al día siguiente algo pasó, el correo presentó algún problema, entonces al entrar de nuevo en comunicación la secretaria preguntó a mi esposa, ¿y nada más ese escrito tiene su esposo?, ella respondió, no, ahí tiene otros, entonces la secretaria agregó, dígale que siga mandando más. Y así, lo que comenzó como una circunstancia, se convirtió en una tarea de compartir un artículo semanal desde hace ya ocho años.
En ese período se ha tenido de todo un poco; la vida, los tiempos, la ocasión, han ofrecido un cúmulo de temas, que no solo han permitido compartir con los lectores información, sentimientos, emociones, pensamientos, locuras, en fin, un poco de todo, sino que también en lo personal han ofrecido la oportunidad de investigar, de conocer y de disfrutar de muy diversos temas, enriqueciendo con ello el propio acervo. En ese peregrinar el realizar cada uno de los artículos se ha convertido en una especie de necesidad personal, en la cual se comparte con los lectores, pero a la vez se tiene la posibilidad de interactuar con ellos, de retroalimentarse por medio de sus comentarios y opiniones, experimentando con ello un crecimiento que hoy mucho valoro.
En estos ocho años han ocurrido muy diversos acontecimientos, cuestiones personales de salud, una pandemia, actividad laboral en el ámbito público y privado, acontecimientos familiares y también en el espacio comunitario o el cambio de directores y de personal en el periódico, nada de eso ha constituido un obstáculo serio que impida seguir colaborando semanalmente con esta publicación. Agradecer es una forma de corresponder a la confianza, al apoyo y a la oportunidad de poder compartir e interactuar con todos y cada uno por este conducto, por eso hoy agradezco a esta casa, el Sol de Parral, a su personal, a los integrantes del taller literario, también de manera especial a los lectores, a mi familia y sobre todo a Dios, por esta oportunidad de compartir con toda humildad, durante ya ocho años, los más de 400 artículos publicados hasta la fecha. Seguimos en movimiento, caminando hasta que la vida, el destino, las circunstancias y desde luego los más importantes, los lectores dispongan otra cosa.
¡Por lo pronto hoy, a todos y cada uno, gracias infinitas!