/ jueves 8 de agosto de 2024

Punto Gélido / Feliz cumpleaños para el amigo

El tiempo es como el agua que corre libre por el cauce del río, cada mañana despierta en un nuevo lugar, serpentea frente a un nuevo paisaje, disfruta del canto de las ranas, del canto de los pájaros, del silencio del viento, de los rayos del sol, de las sombras que sucumben ante la aurora de la mañana, de las flores que danzan a la vera, de las montañas salpicadas de nubes, del paisaje que apacible observa y espera el paso del tiempo, el paso del agua que corre libre.

El secreto no está en llegar al mar, sino en eso, en disfrutar el paso por cada uno de esos lugares, en la valentía para superar los obstáculos, en la inteligencia para saber caminar, si bien, despacio, pero constante, dejando huella, vida, dejando en cada lugar, en cada instante un pedacito de esa esencia que es única, hermosa y a la vez finita. El secreto, no está en ser tormenta o en ser calma, sino a pesar del tiempo y las circunstancias, saber conservar una forma, una identidad, saber conservar ese pequeño misterio que te hace único.

Y ahí está el amigo, que es como el agua que trasciende en los laberintos del tiempo, y que un buen día las circunstancias, el destino o los caprichos incomprensibles de la vida, hicieron que coincidieran en uno de esos laberintos escabrosos de la vida. No hay palabras, no hay razones, no hay una aparente explicación lógica, es solo eso, una afinidad que se da, nace como esa semilla que nadie sembró, pero que un buen día germina y se convierte en esa planta frondosa que algunos llaman amistad, y crece con el riego constante de la convivencia, del apoyo, del encuentro en las causas comunes y el desencuentro en las causas diversas, pero que al final no deja de florecer.

La vida te pinta diversos escenarios, como el agua que corre y que pasa por diferentes paisajes todos los días, y en ese vivir, en ese recorrido siempre es bueno contar con la presencia y el apoyo de un amigo, así libre, sin condición o un interés confuso, la amistad simplemente está ahí, como la luna que danza por el bosque cada noche, o como los rayos del sol que calientan las arenas del desierto, no hay reglas o contratos, solo esa alegría de convivir y compartir ese peregrinar que se da en medio de esos laberintos que la vida nos regala.

El amigo cumple años y festejas con él, en la presencia o a la distancia, es igual, el festejo se siente, se experimenta, se vive; deseas que la vida le siga regalando el mejor paisaje posible y que a su paso por él, tenga la capacidad, la calma y el gusto por disfrutarlos de la mejor manera, a su estilo, a su conveniencia, a sus anchas, sin prisas ni condiciones. Y si por aquellas extrañas circunstancias de la propia vida, el paisaje no es el mejor, el deseado o el que lo haga más feliz, entonces le pides al amigo que tome el pincel en sus manos, que prepare el lienzo y las más bellas acuarelas, para que sea él quien dibuje su propio paisaje, para que sea él quien con sus propios talentos se encargue de construir su propio espacio y, sí, en ese paisaje dibujado por él sigues apareciendo como amigo, solo será la confirmación de que esa pequeña semilla de la amistad sigue floreciendo.

Feliz cumpleaños para el amigo, no importa cuantos sean, lo que realmente importa, es eso, la bendición de cumplir con los años que la vida te da, la gracia de poder pintar una flor más en el paisaje del lienzo de la vida.

Leoncio Durán Garibay / Ingeniero Agrónomo

El tiempo es como el agua que corre libre por el cauce del río, cada mañana despierta en un nuevo lugar, serpentea frente a un nuevo paisaje, disfruta del canto de las ranas, del canto de los pájaros, del silencio del viento, de los rayos del sol, de las sombras que sucumben ante la aurora de la mañana, de las flores que danzan a la vera, de las montañas salpicadas de nubes, del paisaje que apacible observa y espera el paso del tiempo, el paso del agua que corre libre.

El secreto no está en llegar al mar, sino en eso, en disfrutar el paso por cada uno de esos lugares, en la valentía para superar los obstáculos, en la inteligencia para saber caminar, si bien, despacio, pero constante, dejando huella, vida, dejando en cada lugar, en cada instante un pedacito de esa esencia que es única, hermosa y a la vez finita. El secreto, no está en ser tormenta o en ser calma, sino a pesar del tiempo y las circunstancias, saber conservar una forma, una identidad, saber conservar ese pequeño misterio que te hace único.

Y ahí está el amigo, que es como el agua que trasciende en los laberintos del tiempo, y que un buen día las circunstancias, el destino o los caprichos incomprensibles de la vida, hicieron que coincidieran en uno de esos laberintos escabrosos de la vida. No hay palabras, no hay razones, no hay una aparente explicación lógica, es solo eso, una afinidad que se da, nace como esa semilla que nadie sembró, pero que un buen día germina y se convierte en esa planta frondosa que algunos llaman amistad, y crece con el riego constante de la convivencia, del apoyo, del encuentro en las causas comunes y el desencuentro en las causas diversas, pero que al final no deja de florecer.

La vida te pinta diversos escenarios, como el agua que corre y que pasa por diferentes paisajes todos los días, y en ese vivir, en ese recorrido siempre es bueno contar con la presencia y el apoyo de un amigo, así libre, sin condición o un interés confuso, la amistad simplemente está ahí, como la luna que danza por el bosque cada noche, o como los rayos del sol que calientan las arenas del desierto, no hay reglas o contratos, solo esa alegría de convivir y compartir ese peregrinar que se da en medio de esos laberintos que la vida nos regala.

El amigo cumple años y festejas con él, en la presencia o a la distancia, es igual, el festejo se siente, se experimenta, se vive; deseas que la vida le siga regalando el mejor paisaje posible y que a su paso por él, tenga la capacidad, la calma y el gusto por disfrutarlos de la mejor manera, a su estilo, a su conveniencia, a sus anchas, sin prisas ni condiciones. Y si por aquellas extrañas circunstancias de la propia vida, el paisaje no es el mejor, el deseado o el que lo haga más feliz, entonces le pides al amigo que tome el pincel en sus manos, que prepare el lienzo y las más bellas acuarelas, para que sea él quien dibuje su propio paisaje, para que sea él quien con sus propios talentos se encargue de construir su propio espacio y, sí, en ese paisaje dibujado por él sigues apareciendo como amigo, solo será la confirmación de que esa pequeña semilla de la amistad sigue floreciendo.

Feliz cumpleaños para el amigo, no importa cuantos sean, lo que realmente importa, es eso, la bendición de cumplir con los años que la vida te da, la gracia de poder pintar una flor más en el paisaje del lienzo de la vida.

Leoncio Durán Garibay / Ingeniero Agrónomo