/ jueves 22 de agosto de 2024

Punto Gélido / El gran desafío de ser bombero / (Parte I)

Desde ahí, desde el modesto Cuartel de Bomberos donde las horas transcurren lento, siempre en la espera del llamado para acudir al auxilio de las personas, Jesús Manuel se dispone a compartir algunas de sus experiencias de esta su vocación de ser bombero, se sienta en el desgastado sillón aquel que está en esa improvisada salita, sin dejar de estar siempre atento a ese radio que trae en su cintura en espera de algún llamado, de alguna emergencia, en su rostro se dibuja una satisfacción por ser tomado en cuenta para compartir lo que con tanto gusto realiza todos los días, servir a su comunidad, más allá de arriesgar incluso su propia vida.

En su haber están ya 14 años de experiencia en el Departamento de Bomberos, pero su formación inició en la Cruz Roja en el ámbito de las emergencias, como Paramédico se instruyó en la sección de rescate, donde le empezó a llamar la atención los incendios, eso lo llevó a acercarse al Departamento de Bomberos como voluntario y con el tiempo se le dio la facilidad de entrar a trabajar. Menciona que le ha tocado acudir a muchos servicios, algunos muy sencillos, pero otros muy difíciles: entre ellos hace referencia a la inundación de agosto del año 2008; rescates de personas en arroyos, en el propio río, evacuación de personas de sus domicilios. Otro evento que describe como muy agotador y peligroso son los incendios suscitados en la empresa Duraplay, situaciones difíciles dice, en las que está en peligro la vida de las personas, pero también la propia por la naturaleza misma del incidente, su actuar se basa en atender situaciones de emergencia o de contingencia, hay que enfrentarse a materiales peligrosos, incendios, rescates, cuestiones climatológicas, accidentes, hasta atender un simple llamado por la presencia de una serpiente, que no deja de tener su dosis de peligro, añade.

Con un dejo de preocupación refiere que en esto de atender una emergencia siempre está en peligro la propia vida, desde el llamado de alerta y al abordar los vehículos para transportarse, desde ahí empieza el riesgo de algún incidente. Jesús Manuel sostiene que no se puede ser bombero de la noche a la mañana, debe existir una capacitación, que además debe de ser constante, es necesario estar actualizándose incluso en la tecnología, pero, lo principal es tener por naturaleza esa vocación de servicio, el deseo de experimentar esa adrenalina cuando se auxilia a las personas que están en una situación difícil. Se toma un momento, hace un respiro profundo y menciona, desafortunadamente el actuar de nosotros está motivado por la desgracia de alguna persona.

El día a día del bombero es alistarse para entrar a cubrir el turno, de día o de noche, aquí en el Departamento no se descansa ni un sólo día del año, al llegar se hace la revisión de las unidades, de las herramientas, del equipo, se hace el aseo de las instalaciones y de las unidades. El turno es de 12 horas y siempre hay que estar listos para atender las emergencias sin importar el día, la hora, el clima, o cualquier otra circunstancia, aquí, dice, no tenemos el privilegio de dejar servicios pendientes, ¡nada de que ahorita lo hago más tarde!, bromea.

En referencia a la familia dice que conversa con ellos, pero no siempre les cuenta todo, en especial de los casos difíciles, ¡para que no se preocupen!, porque lo cierto es que una vez que sale a trabajar, no hay seguridad de regresar con bien o con vida a casa. Su familia se siente orgullosa de él, porque saben que está trabajando para servir a otro ser humano. En cuanto a la imagen del bombero ante la población, siempre hay personas inconformes, que opinan negativamente, pero la mayoría tienen una buena imagen de los bomberos, en especial los niños quienes suelen verlos como héroes, pero sostiene, con humildad, que ellos no son héroes, sino personas con conocimientos que tienen una inmensa vocación de servicio hacia sus semejantes. La gente nos necesita y a nosotros nos gusta servir.

Hoy Día del Bombero, ¡gracias por su extraordinaria labor!

Leoncio Durán Garibay / Ingeniero Agrónomo

Desde ahí, desde el modesto Cuartel de Bomberos donde las horas transcurren lento, siempre en la espera del llamado para acudir al auxilio de las personas, Jesús Manuel se dispone a compartir algunas de sus experiencias de esta su vocación de ser bombero, se sienta en el desgastado sillón aquel que está en esa improvisada salita, sin dejar de estar siempre atento a ese radio que trae en su cintura en espera de algún llamado, de alguna emergencia, en su rostro se dibuja una satisfacción por ser tomado en cuenta para compartir lo que con tanto gusto realiza todos los días, servir a su comunidad, más allá de arriesgar incluso su propia vida.

En su haber están ya 14 años de experiencia en el Departamento de Bomberos, pero su formación inició en la Cruz Roja en el ámbito de las emergencias, como Paramédico se instruyó en la sección de rescate, donde le empezó a llamar la atención los incendios, eso lo llevó a acercarse al Departamento de Bomberos como voluntario y con el tiempo se le dio la facilidad de entrar a trabajar. Menciona que le ha tocado acudir a muchos servicios, algunos muy sencillos, pero otros muy difíciles: entre ellos hace referencia a la inundación de agosto del año 2008; rescates de personas en arroyos, en el propio río, evacuación de personas de sus domicilios. Otro evento que describe como muy agotador y peligroso son los incendios suscitados en la empresa Duraplay, situaciones difíciles dice, en las que está en peligro la vida de las personas, pero también la propia por la naturaleza misma del incidente, su actuar se basa en atender situaciones de emergencia o de contingencia, hay que enfrentarse a materiales peligrosos, incendios, rescates, cuestiones climatológicas, accidentes, hasta atender un simple llamado por la presencia de una serpiente, que no deja de tener su dosis de peligro, añade.

Con un dejo de preocupación refiere que en esto de atender una emergencia siempre está en peligro la propia vida, desde el llamado de alerta y al abordar los vehículos para transportarse, desde ahí empieza el riesgo de algún incidente. Jesús Manuel sostiene que no se puede ser bombero de la noche a la mañana, debe existir una capacitación, que además debe de ser constante, es necesario estar actualizándose incluso en la tecnología, pero, lo principal es tener por naturaleza esa vocación de servicio, el deseo de experimentar esa adrenalina cuando se auxilia a las personas que están en una situación difícil. Se toma un momento, hace un respiro profundo y menciona, desafortunadamente el actuar de nosotros está motivado por la desgracia de alguna persona.

El día a día del bombero es alistarse para entrar a cubrir el turno, de día o de noche, aquí en el Departamento no se descansa ni un sólo día del año, al llegar se hace la revisión de las unidades, de las herramientas, del equipo, se hace el aseo de las instalaciones y de las unidades. El turno es de 12 horas y siempre hay que estar listos para atender las emergencias sin importar el día, la hora, el clima, o cualquier otra circunstancia, aquí, dice, no tenemos el privilegio de dejar servicios pendientes, ¡nada de que ahorita lo hago más tarde!, bromea.

En referencia a la familia dice que conversa con ellos, pero no siempre les cuenta todo, en especial de los casos difíciles, ¡para que no se preocupen!, porque lo cierto es que una vez que sale a trabajar, no hay seguridad de regresar con bien o con vida a casa. Su familia se siente orgullosa de él, porque saben que está trabajando para servir a otro ser humano. En cuanto a la imagen del bombero ante la población, siempre hay personas inconformes, que opinan negativamente, pero la mayoría tienen una buena imagen de los bomberos, en especial los niños quienes suelen verlos como héroes, pero sostiene, con humildad, que ellos no son héroes, sino personas con conocimientos que tienen una inmensa vocación de servicio hacia sus semejantes. La gente nos necesita y a nosotros nos gusta servir.

Hoy Día del Bombero, ¡gracias por su extraordinaria labor!

Leoncio Durán Garibay / Ingeniero Agrónomo