/ miércoles 18 de septiembre de 2024

Por qué fracasan el socialismo y el populismo / 4 de 4

Antes del derrumbe de la URSS con la caída del muro en 1989, hubo muchos casos de fracasos del populismo y del socialismo en todo el mundo. Estonia quizá sea uno de los mas representativos, este país perdió alrededor de una cuarta parte de su población a causa de la muerte, la deportación y el exilio durante la Segunda Guerra Mundial. Aunque los soviéticos y los nazis se esforzaban por caracterizarse unos a otros como opuestos ideológicos; la mayoría de los estonios nunca entendió la distinción. Ambos regímenes trajeron asesinato, miseria y subyugación, ambos negaban la humanidad básica del pueblo estonio. Y ambos actuaron con inquebrantable certeza de que sus horribles fechorías sentarían las bases de un brillante y hermoso futuro.

La “dictadura” y regresión se quieren hacer asimilar a la derecha, y libertad y progreso a la izquierda. Los partidos de derecha, se dice que carecen de derechos para defender sus ideas y se les tilda enseguida de extrema derecha, radicales o fascistas, mientras que los de izquierda tienen carta blanca y nunca son extremistas, según ellos, pero si son “populistas”. En realidad, el fascismo y el socialismo son idénticos.

Aunque Hitler y Stalin se caracterizaron mutuamente como opuestos ideológicos, las dictaduras de ambos dirigentes tenían más en común que el terror totalitario. Por su parte, el partido nacionalsocialista de Hitler la plataforma de su partido contenía media docena de propuestas que estaban a la altura del parte socialista de su nombre. Estas, incluían; romper la esclavitud de la ambición, nacionalización de todas las empresas que se han convertido en corporaciones, comunalización de grandes almacenes, expropiación de terrenos sin compensación, la abolición de la renta y especulación de la tierra.

En 1939 Stalin y Joachim Von Ribbentrop, por Hitler celebran el Molotov-Ribbentrop, Pacto de no agresión. Y mientras Alemania invadía a Polonia por el sur, Rusia invadía al mismo país por el norte. Después Hitler traicionaría a Stalin en su peor error táctico y Rusia venció a Alemania finalmente.

La verdad es que una vez que un socialista ocupa el poder, jamás lo abandona voluntariamente. Ahí siguen en Cuba, Venezuela o Corea del Norte, y ahí seguirían en Bolivia con Evo Morales si la OEA no hubiese denunciado el fraude electoral con el que pretendía perpetuarse en el poder. No por casualidad, Venezuela y Bolivia son los padrinos de Podemos y Más País, e importaron la dialéctica de confrontación y el oportunismo típicamente leninistas. Así, aprovecharon la brutal crisis económica para intentar ocupar el poder a hombros de la ira y la desesperación de unas masas debidamente manipuladas, tras seleccionar y señalar un chivo expiatorio al que tildar de “enemigo del pueblo”.

Hay otros ejemplos del daño que el socialismo y el populismo han hecho en países como; Suecia, Argentina, Bulgaria, Rumania y muchos más. La economía de la escasez, de la destrucción de las instituciones y las organizaciones de la sociedad civil, así como de los contrapesos como son los poderes judicial y legislativo es el peor cáncer para la sociedad.

Antes del derrumbe de la URSS con la caída del muro en 1989, hubo muchos casos de fracasos del populismo y del socialismo en todo el mundo. Estonia quizá sea uno de los mas representativos, este país perdió alrededor de una cuarta parte de su población a causa de la muerte, la deportación y el exilio durante la Segunda Guerra Mundial. Aunque los soviéticos y los nazis se esforzaban por caracterizarse unos a otros como opuestos ideológicos; la mayoría de los estonios nunca entendió la distinción. Ambos regímenes trajeron asesinato, miseria y subyugación, ambos negaban la humanidad básica del pueblo estonio. Y ambos actuaron con inquebrantable certeza de que sus horribles fechorías sentarían las bases de un brillante y hermoso futuro.

La “dictadura” y regresión se quieren hacer asimilar a la derecha, y libertad y progreso a la izquierda. Los partidos de derecha, se dice que carecen de derechos para defender sus ideas y se les tilda enseguida de extrema derecha, radicales o fascistas, mientras que los de izquierda tienen carta blanca y nunca son extremistas, según ellos, pero si son “populistas”. En realidad, el fascismo y el socialismo son idénticos.

Aunque Hitler y Stalin se caracterizaron mutuamente como opuestos ideológicos, las dictaduras de ambos dirigentes tenían más en común que el terror totalitario. Por su parte, el partido nacionalsocialista de Hitler la plataforma de su partido contenía media docena de propuestas que estaban a la altura del parte socialista de su nombre. Estas, incluían; romper la esclavitud de la ambición, nacionalización de todas las empresas que se han convertido en corporaciones, comunalización de grandes almacenes, expropiación de terrenos sin compensación, la abolición de la renta y especulación de la tierra.

En 1939 Stalin y Joachim Von Ribbentrop, por Hitler celebran el Molotov-Ribbentrop, Pacto de no agresión. Y mientras Alemania invadía a Polonia por el sur, Rusia invadía al mismo país por el norte. Después Hitler traicionaría a Stalin en su peor error táctico y Rusia venció a Alemania finalmente.

La verdad es que una vez que un socialista ocupa el poder, jamás lo abandona voluntariamente. Ahí siguen en Cuba, Venezuela o Corea del Norte, y ahí seguirían en Bolivia con Evo Morales si la OEA no hubiese denunciado el fraude electoral con el que pretendía perpetuarse en el poder. No por casualidad, Venezuela y Bolivia son los padrinos de Podemos y Más País, e importaron la dialéctica de confrontación y el oportunismo típicamente leninistas. Así, aprovecharon la brutal crisis económica para intentar ocupar el poder a hombros de la ira y la desesperación de unas masas debidamente manipuladas, tras seleccionar y señalar un chivo expiatorio al que tildar de “enemigo del pueblo”.

Hay otros ejemplos del daño que el socialismo y el populismo han hecho en países como; Suecia, Argentina, Bulgaria, Rumania y muchos más. La economía de la escasez, de la destrucción de las instituciones y las organizaciones de la sociedad civil, así como de los contrapesos como son los poderes judicial y legislativo es el peor cáncer para la sociedad.