Como una clásica escena hollywoodense, Donald Trump giró su cabeza y la bala sólo le rozó su oreja derecha durante un mitin en Pensilvania.
De acuerdo a fotografías el joven de 20 años no tuvo mala puntería sino que a última hora el expresidente hizo el movimiento que le salvó la vida.
Al ser incorporado por los agentes del servicio secreto se irguió y levantó el puño gritando a sus seguidores que pelearan.
Dos días después con un parche en la oreja fue nominado por unanimidad en la convención nacional republicana como su candidato a la presidencia de los Estados Unidos de América.
Para sorpresa de los veteranos aspirantes republicanos que anhelaban la vicepresidencia eligió a J.D. Vance.
El senador de Ohio de 39 años agradeció la nominación con desmesurados halagos a quien le ofrecía la oportunidad de su vida.
Distinta era la postura de Vance hace unos años cuando criticaba duramente a Trump calificándolo como “el Hitler estadounidense” y otras linduras.
Sin embargo el hábil especulador de bienes raíces lo convirtió a su causa y lo apoyó para que lograra la senaduría por su estado.
Trump volvió a nacer después del atentado y la feligresía republicana olvidó que el mes pasado fue juzgado y encontrado culpable del caso Storm, por lo que se supone este mes debería recibir su sentencia que podría ser de hasta cuatro años en la prisión.
Ahora el mártir de la causa republicana reanuda su campaña presentándose como una víctima por defender la democracia cuando hasta la fecha no reconoce la legitimidad de la elección de Biden como presidente, la que intentó boicotear a toda costa.
Otro de los juicios pendientes de Trump fue su participación en el violento asalto al capitolio que le costó la vida a varios guardias que evitaron la arremetida en contra de los legisladores por parte de cientos de sus fanáticos seguidores.
La suprema corte de justicia tiene congelado el proceso debido a que predomina una mayoría de ministros conservadores, algunos de los cuales nominó el ahora candidato presidencial republicano.
El aura de santidad con el cual Trump pretende embaucar una vez más a la mayoría de los electores es ficticia con tan solo revisar su polémica trayectoria empresarial y política.
El neoyorkino no representa precisamente a lo mejor del espíritu norteamericano y menos a sus tradicionales valores que los han impulsado a luchar por las libertades globales, como pasa con Ucrania.
El republicano y su clon vociferan al unísono en contra de los inmigrantes acusándolos de ser la causa de todos los males que aquejan a la sociedad estadounidense.
Trump los señala falazmente como portadores de crímenes y enfermedades cuando él mismo es descendiente de inmigrantes.
Para detenerlos promete terminar su muro, el cual tendría más de 3 mil kilómetros para cubrir la frontera sur con México.
También arremete contra los productos chinos como los autos eléctricos pues los considera una competencia desleal para la industria automotriz estadounidense.
El riesgo para la OTAN es que pretenda abandonarla y con ello el apoyo a Ucrania lo que alentaría la expansión militar rusa en Europa.
Por demasiadas razones que no se pueden citar en este limitado espacio Trump y su clon J.D. Vance son una seria amenaza mundial si toman la Casa Blanca.
El par se fortalece mientras la candidatura de Biden se debilita más por lo que aumenta la incertidumbre no sólo sobre quién será el próximo presidente estadounidense sino también por el futuro de la humanidad.