La corrupción es un problema que se está dando en la actualidad de una manera muy triste y lamentable, pero creo está en el ser humano, en nuestra doble moral y considerando esto de que el poder corrompe, esto a mí me parece que no, es la naturaleza humana con maldad y bondad algo opacada por la primera, mi punto de vista es en razón de que ni derecha o izquierda, demócratas o republicanos, de un partido o de otro, es el interés el que maneja esto, y sale a relucir el afán de dominar a los demás, al pueblo, someterlo para mandar, aunque no haya metas o fines determinados, solo el poder de mandar, destruyendo a cuantos se opongan y ya sea políticamente o físicamente, dicen que el fin justifica los medios a emplearse, lo que se ha visto a través de la historia escrita sin distinguir color, raza, credo o creencia política, la naturaleza humana es destructiva, dominante, y en muchas ocasiones hasta irracional, solo disponer de los otros, es la meta, en cualquier tipo de poder público, económico, religioso, laboral.
Es muy repetitivo eso de pelear por los desprotegidos, los necesitados, las mayorías, pero ese argumento está desgastado, y parte de obsoleto, ya cae mal escucharlo, aunque algunos te lo griten y hasta te traten de contrario, solo porque no les sigues las cosas, y si te evitas problemas, que bien, pero los que dejan esos, nadie los resuelve, ni el tiempo, solo las necesidades propias de las personas, más en particular en nuestra historia es lo más trillado, hasta parece folclore y en los partidos denominados políticos, se ve claramente, se hace el movimiento, luego viene la división, después de otro movimiento otra división, cada uno tiene la razón y los demás estamos equivocados, aunque a la larga los resultados son enriquecimiento de un grupo, pobreza de las mayorías, y la corrupción se denomina saber trabajar la plaza, o las actividades de administrar los recursos del gobierno, las cuentas salen cortas para el servicio y grandes para los participantes, pero con cuidado, son capaces de matar a los que les destapen las patas, y hasta burlonamente les decimos crímenes de Estado.
Esto es hasta en las familias, el que quiere quedarse con lo más a costa de sus hermanos y hermanas, bajo cualquier pretexto, “que no estaban aquí, que no cuidaron a los padres, que no se preocupaban, o no decía que eran una carga los viejos”, lo que es arma para quitar o más bien robar lo que no es de esos tipos de personas, o tratar de repartirse en vida de los padres, con odio, hambre, faltos de calidad humana, y en riesgo los vecinos ante tanto coraje y odio, la ruindad en el corazón de esos y esas, tragedias que destrozaron apellidos y familias enteras.
Agregue en los artistas, que eran designadas por favores personales, y explotación mercantil, con los daños totales a sueños, moral, familia, solo por bajas pasiones, que quedaron en la oscuridad de el telebrejo de cosas, así como vicios y arreglos que a la larga dejaron recuerdos nefastos en todos, y esos sin salir a la luz, pero con la satisfacción de disponer de la vida y trabajo de los seres humanos.
Qué decir de la afamada política, que en serio, es cosa alta, la grilla es el residuo que pomposamente degustamos como inteligencia y brillo social, pero me pregunto ¿Por qué se han dado tantos cambios?, se suponía que los de tiempo tenían la verdad y la razón, eran los buenos, ¿Por qué el pueblo votó por otros?, eso de dividir al pueblo para dominarlo, se les devolvió, por pasarse de vivos, y cheque, ¿Dónde están los supuestos grandes?, con el chapulineo actual como burla, cambiar de partido de manera indistinta, con astucia, y sin ver que brilla la hipocresía, la mentira de ideologías políticas, hambre más bien.