/ lunes 29 de abril de 2024

Para acompañar de un café / ¿Vender el voto?

Esta financiera idea es muy de moda, así que si contamos a muchos que realicen esta operación política de alta capacidad intelectual, tenemos que la democracia tiene un valor, un precio, por lo tanto, todos valdremos poca cosa, pero así es el medio y hay que ser inteligente o miedoso para sobrevivir a las ambiciones oscuras de esas personas que viven del poder.

Pero, el precio ¿es todo?, ¿Cuánto nos costará a todos?, ¿Cuánto tendremos qué pagar por ese voto?, es decir la contraprestación desde luego, no creo que nos dejen ir gratis.

Yo pensé que era ser muy listo, el venderme, porque no es sólo es el voto, es mi situación ciudadana la que se compromete y arrastra a todos los ciudadanos, aunque finja no se nota y los costos e impuestos que se aumenten nos afectan a todos, y los problemas y necesidades no se resuelven porque las facturas y cuentas son a favor de los listos,y estas diferencias no se ajustan a mis salarios, así que me sale más caro el caldo que la albóndiga, agregando que el comercio es sólo para ganar y mi salario tampoco puede cubrir los precios, y no por sangrón, sino porque no dan los números y si me hago tarugo con mi cheve, creía que no pasaba nada, pero sí pasa, más bien pasan sobre nosotros los ciudadanos, llevando la situación social en declive, aunque no pasa nada según los flojos o los grillos, para mantener el control de la sociedad.

En este aspecto, los partidos están más partidos, y si se ofenden, pues demuestren su trabajo con hechos, no con demandas y actitudes de víctimas, ridículas, pero peligrosas, porque también llevan a la nada, ¿ya saben el sentir del pueblo?, pero el real, no encuestas de muy escasa credibilidad por todos los ciudadanos y ciudadanas, aunque el voto no tiene preferencia sexual, un síntoma de igualdad política real, siendo sincero, veo la situación color de hormiga, y aparte aguantar las críticas de los vividores del poder, además, y las burlas de esos y esas como si fueran la gran cosa, que por cierto no lo son, aunque brinquen para verse más altos, además, no encuentro un perito valuador que me diga una cantidad digna para ofertar un voto, porque hasta en eso nos pintamos los mexicanos, que dan un dinero para eso, y ni ese llega casualmente, ¡no contamos con su inteligencia!, ¿Cuántas quincenas me durará ese dinero?, ¿me esperará el abonero?, recuerde que yo también soy de los listos.

Víctor Santini Reza / Doctor en Educación