En la antigua Grecia sobre el siglo VI a. C. existió un esclavo llamado Esopo considerado el Padre de la Fábula, donde según cuenta la historia de la filosofía uno de sus amos, Xantus, pensando en agasajar a importantes invitados, le ordenó que fuera al mercado para traer un suculento alimento para quedar bien con sus invitados, comprando sólo lengua que cocinó con deliciosos ingredientes, donde luego de consumirla saborearon como un exquisito manjar, por lo que Xantus le preguntó cómo lo había preparado.
- Me pediste lo mejor -dijo Esopo- a lo que continuó diciendo: “La lengua es el fundamento de la filosofía y de las ciencias, el órgano de la verdad y la razón. Con la lengua se instruye, se construyen las ciudades y las civilizaciones, se persuade y se dialoga. Con la lengua se canta, con la lengua se reza y se declara el amor y la paz. ¿Qué otra cosa puede haber mejor que la lengua?
Semanas después, Xantus le dijo a Esopo, que llegarían unos visitantes desagradables a los que debería atender por compromiso, pero quería manifestarles su disgusto sirviéndoles una bazofia. Éste fue al mercado y trajo el mismo tipo de lengua, que la hizo preparar con un sabor tan desagradable que repugnó a los comensales.-¿Qué porquería es esa que serviste?- le preguntó Xantus. -Lengua -contestó Esopo-.
“La lengua también es el órgano de la blasfemia y la impiedad; es la madre de todos los pleitos y discusiones. Con la lengua se calumnia, se insulta, se miente. Con la lengua se rompen las amistades y es la que da origen a las separaciones y las guerras... No hay nada peor que la lengua”. “La lengua es un arma de doble filo. ¿Cuál prefieres?
“El hombre no tiene garras, ni tiene colmillos; y, si bien no escupe fuego, tiene el don del lenguaje y una lengua que puede ser tan suave como la miel y tan afilada como un puñal”.
A 2500 años de distancia, los seres humanos seguimos siendo esclavos de un Xantus moderno, inmersos en una sociedad convulsionada, sobre todo por la lengua de los políticos embusteros y ladrones. Pueden mentir reiteradamente y corromper a las instituciones. La regla es muy simple como dijera Diego de Saavedra Fajardo: “Todas las mañas de los políticos se emplean en cubrirle el rostro a la mentira, para que parezca verdad”. A su vez el crítico escritor británico George Orwell atinaba a decir:” Todo el lenguaje político está orientado a que las mentiras parezcan verdades.
Cualquier ciudadano con mediana razón sabe que la mayoría de los políticos en campaña codiciando ganar elecciones ofrecen acabar con la pobreza, la corrupción y la delincuencia, diciéndose sabios y poseedores de la verdad.
La mentira es por naturaleza una entidad inherente a la condición humana, que usada como blindaje es una falsificación voluntaria de la realidad o verdad a medias para obtener un beneficio o librarse de una responsabilidad. Los jurados en el sistema anglosajón hacen que testigos o acusados declaren ante la biblia hablar con la verdad. Irónicamente en México desde el presidente de la república, muchos servidores públicos, protestan guardar y hacer guardar la constitución y las leyes que de ella emanan.
En los hechos es un principio protocolario demagógico del subdesarrollo como sociedad, que se expresa sin que a la fecha haya tenido consecuencia alguna legal para algún servidor público. La mentira cada vez más tiene en la política mayor masa de protagonismo en los debates y declaraciones, y aunque salga a la luz pública no ocurre nada, a pesar de estar regulado en el código penal federal en su art. 288 bis. Si las mentiras desvistieran a los políticos, estos andarían siempre desnudos.
Licenciado en Derecho. Activista social.
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