Conocí al ingeniero Samuel Kalisch hace muchos años, décadas, ya cuando era una joven que trabajaba como secretaria de la Secretaría General del Comité Directivo Estatal del PAN. El ingeniero siempre se distinguió por ser un hombre lleno de energía, amable y afable, pero muy preciso y concreto en sus solicitudes, sin adornos ni reborujos sobre sus pretensiones, incluso puedo decir que me sorprendía la sinceridad y claridad con la que hablaba, convencido que la fuerza de las ideas era suficiente para la consecución de los objetivos.
Durante muchos años dejé de verlo, sin embargo, al igual que muchos chihuahuenses conocía su trayectoria: un hombre filántropo de a de veras, fundador de Fechac, una fundación que se adelantó a los tiempos de la ciencia política y en un modelo de gobernanza - en un plano horizontal y conjunta las acciones de gobierno – sociedad – empresarios.
No es cualquier cosa lo que se logró con la Fundación del Empresariado Chihuahuense, un esquema que ha tratado de ser replicado una y mil veces por distintos actores y latitudes y no ha sido posible; esto se debe a que ni más ni menos, ante una enorme tragedia como la que ocurrió en la tromba de 1990, el empresariado liderado por el ingeniero Kalisch decidió donar ponerse un auto impuesto que permitiera que, en un esquema de coordinación, se apoyara a los más necesitados.
Fechac es una de las instituciones y medios más eficaces para que la solidaridad, la subsidiariedad, la responsabilidad social y hasta por qué no decirlo la hipoteca social se materialicen con los que más sufren, más necesitan y más excluidos están bajo altos niveles de calidad y eficiencia.
Quiso el ingeniero Kalisch incursionar como precandidato a gobernador, en ese ímpetu de servicio a Chihuahua que siempre le caracterizó. No fue el elegido por la militancia del PAN, creo que quizás como la parábola de los talentos, cada uno debemos usarlos en donde más podamos multiplicarlos. Sin duda en los ámbitos familiar, educativo, social y empresarial cumplió más que con creces.
Las décadas pasaron y durante mi breve paso por la UACh, me interesaba poder sacar adelante un voluntariado social, que hiciera realidad la responsabilidad social universitaria en la práctica con los y las más necesitadas de la sociedad a cargo de la máxima casa de estudios de la entidad y para ese ambicioso proyecto, necesitábamos un referente cuya fuerza moral, ascendencia en la comunidad así como ser un referente inspirador y de exitoso egresado UACh, no podía más que recaer en una persona de su calidad como el Inge.
Aceptó el ingeniero, en menos de un año, fueron esfuerzos de formación y no llegamos a cristalizarlo, sin embargo quedará por siempre en mi mente su ejemplo amor a la humanidad, sus deseos de servicio, su auténtica humildad que se caracterizó por su desdén por los honores, premios y consideras especiales, simplemente no eran sus valores ni estilo. Su creencia de la dignidad e igualdad humana SÍ estaba en la práctica.
Chihuahua, familia y amistades extrañaremos a un gran referente y extraordinaria persona. Descanse en paz, segura estoy que así es.