/ miércoles 7 de agosto de 2024

Fraseario | Discurso de odio y desinformación olímpica

A medida que las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) han evolucionado y se han expandido, el ejercicio de la libertad de expresión ha encontrado aliados y un espacio natural para su pleno ejercicio.

El problema es que, tal como lo advierte la UNESCO, las redes sociales también han acelerado y amplificado la difusión de desinformación y la propagación del discurso de odio.

Al respecto, el Centro para Contrarrestar el odio digital explica que, si bien en la era digital actual las redes sociales se han convertido en una parte esencial de nuestra vida diaria, usándolas para conectarnos con amigos y familiares, compartir ideas y experiencias y mantenernos actualizados, con el auge de las redes sociales también han surgido individuos o grupos maliciosos que utilizan el discurso de odio y la desinformación como arma para sus propios fines.

El caso es que, así como durante ataques terroristas, guerras, conflictos, emergencias y desastres, el ecosistema de información en línea se ve afectado por la proliferación de desinformación, la incitación al odio y otras formas de contenido dañino, hay otros eventos de amplia escala, como los Juegos Olímpicos, que son utilizados por los generadores de odio y por los productores de desinformación para promover ideologías, sembrar dudas y desconfianza, crear realidades paralelas o, en general, para crear un determinado clima de opinión entre los usuarios de las redes sociales, manipulando, tergiversando o fabricando hechos o datos (a través de textos, imágenes o audios) que provocan desestabilización en la sociedad.

Así, los Juegos Olímpicos de París 2024 han sido utilizados por individuos o grupos que, atendiendo exclusivamente a sus propios fines políticos, económicos o ideológicos, se han aprovechado “de manera olímpica” de las TIC y, sobre todo, del nivel de analfabetismo mediático e informacional que existe y persiste en proporciones considerables de los usuarios de internet y de las redes sociales.

Y así, aprovechándose de las TIC y del analfabetismo mediático e informacional de los usuarios dentro y fuera de internet, los Juegos Olímpicos de París 2024 han sido usados como catalizador del discurso de odio es sus distintas formas y de la desinformación a gran escala, ganando olímpicamente la carrera de los gustos y preferencias de una sociedad cada vez más conectada, digitalizada y emocional, y menos racional, empática y humanizada.

Así las cosas en tiempos de posverdad. Tiempos en los que los sembradores de odio y desinformantes han podido hacer de las suyas fácilmente y “de manera olímpica”, contagiando a la sociedad de odio, prejuicios, fanatismos e ignorancia.

A modo de complemento y de llamado a la corresponsabilidad, concluyo parafraseando lo dicho por la directora ejecutiva del Fondo de Población de las Naciones Unidas, Natalia Kanem: El discurso de odio y la desinformación no deben vencer, y no lo harán, pero todos debemos involucrarnos, educarnos y hablar con firmeza para contrarrestar este flagelo mundial.

A medida que las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) han evolucionado y se han expandido, el ejercicio de la libertad de expresión ha encontrado aliados y un espacio natural para su pleno ejercicio.

El problema es que, tal como lo advierte la UNESCO, las redes sociales también han acelerado y amplificado la difusión de desinformación y la propagación del discurso de odio.

Al respecto, el Centro para Contrarrestar el odio digital explica que, si bien en la era digital actual las redes sociales se han convertido en una parte esencial de nuestra vida diaria, usándolas para conectarnos con amigos y familiares, compartir ideas y experiencias y mantenernos actualizados, con el auge de las redes sociales también han surgido individuos o grupos maliciosos que utilizan el discurso de odio y la desinformación como arma para sus propios fines.

El caso es que, así como durante ataques terroristas, guerras, conflictos, emergencias y desastres, el ecosistema de información en línea se ve afectado por la proliferación de desinformación, la incitación al odio y otras formas de contenido dañino, hay otros eventos de amplia escala, como los Juegos Olímpicos, que son utilizados por los generadores de odio y por los productores de desinformación para promover ideologías, sembrar dudas y desconfianza, crear realidades paralelas o, en general, para crear un determinado clima de opinión entre los usuarios de las redes sociales, manipulando, tergiversando o fabricando hechos o datos (a través de textos, imágenes o audios) que provocan desestabilización en la sociedad.

Así, los Juegos Olímpicos de París 2024 han sido utilizados por individuos o grupos que, atendiendo exclusivamente a sus propios fines políticos, económicos o ideológicos, se han aprovechado “de manera olímpica” de las TIC y, sobre todo, del nivel de analfabetismo mediático e informacional que existe y persiste en proporciones considerables de los usuarios de internet y de las redes sociales.

Y así, aprovechándose de las TIC y del analfabetismo mediático e informacional de los usuarios dentro y fuera de internet, los Juegos Olímpicos de París 2024 han sido usados como catalizador del discurso de odio es sus distintas formas y de la desinformación a gran escala, ganando olímpicamente la carrera de los gustos y preferencias de una sociedad cada vez más conectada, digitalizada y emocional, y menos racional, empática y humanizada.

Así las cosas en tiempos de posverdad. Tiempos en los que los sembradores de odio y desinformantes han podido hacer de las suyas fácilmente y “de manera olímpica”, contagiando a la sociedad de odio, prejuicios, fanatismos e ignorancia.

A modo de complemento y de llamado a la corresponsabilidad, concluyo parafraseando lo dicho por la directora ejecutiva del Fondo de Población de las Naciones Unidas, Natalia Kanem: El discurso de odio y la desinformación no deben vencer, y no lo harán, pero todos debemos involucrarnos, educarnos y hablar con firmeza para contrarrestar este flagelo mundial.