Se les olvidaron todas las luchas de la ciudadanía y de su partido por la democracia. Se les olvidó la insurgencia electoral de 1983, se les olvidó el “verano caliente” de 1986. Se les olvidaron las mujeres y los hombres que salieron a las calles, que tomaron puentes, que se fueron a huelga de hambre. Se les olvidaron todos los intentos ciudadanos por presentar iniciativas populares, demandar referéndums, revocaciones de mandato.
Pero a las y los chihuahuenses de bien no se les, no se nos olvida.
Ellos en su mayoría recibieron un estado transitando a la democracia sin luchar por ello. Los actuales panistas sólo vinieron a disfrutar las mieles de puestos, dietas, negocios. Los priistas, abiertos o embozados, adversarios de todas las luchas por la democracia, ellos sí se acordaron de los fraudes electorales que operaron, de las imposiciones, de las artimañas autoritarias. Por eso, con la mano en la cintura y sin ningún remordimiento dieron su voto de apoyo a la más grave regresión de la democracia chihuahuense en muchos años: la reforma para blindar a su gobernadora contra la revocación del mandato, para sustraerla a las “molestias” de la democracia directa.
Deberían erigir un muro en el Congreso del Estado para inscribir en letras de cieno -y me paso de tolerante- a quienes se confabulan para derruir las instituciones democráticas arrancadas por la ciudadanía. Ese muro podría inaugurarse con los nombres de quienes votaron a favor del dictamen de tornar prácticamente imposible la solicitud ciudadana de revocación de mandato. Tanto combatieron los panistas a los priístas que terminaron pareciéndose a ellos, diría Nietzsche.
Y, sin embargo, la ciudadanía chihuahuense se mueve. Un colectivo cada vez más amplio y plural de personas y organizaciones ciudadanas está promoviendo la firma de un pronunciamiento en la defensa de la democracia chihuahuense. Las razones que esgrimen son:
Esta reforma regresiva a la Ley de Participación Ciudadana del Estado de Chihuahua;” representa un grave retroceso en el ejercicio del derecho humano a la participación ciudadana. Esta aprobación modifica de manera regresiva el mecanismo de revocación de mandato en nuestro estado.”
El dictamen aprobado por el PRIAN incrementa “…el número de firmas necesarias para solicitar una revocación de mandato del 5% al 10% de la lista nominal de electores. Esto significaría que ahora se requerirían aproximadamente 300 mil firmas, el doble de lo exigido actualmente. Esta modificación, justificada bajo el pretexto de "armonizar" el mecanismo con el nivel federal, resulta inconsistente, ya que la Constitución federal solo requiere el apoyo del 3% de la lista nominal. Adicionalmente, se introducen nuevas restricciones geográficas que exigen el respaldo del 10% de la lista nominal en al menos el 50% +1 de los municipios del estado, es decir, en 35 municipios”
Además, estas reformas incumplen con el artículo 6 de la Ley de Participación Ciudadana del Estado de Chihuahua, que establece que cualquier modificación a los instrumentos de participación política debe someterse a una consulta pública previa a su aprobación por el Poder Legislativo y se impidió que el Consejo Consultivo de Participación Ciudadana participara en la sesión donde se discutió y aprobó el antidemocrático dictamen.
Esta arbitraria reforma atropella los derechos humanos de las y los chihuahuenses, pues va directamente contra la progresividad de éstos, es una regresión en la institucionalidad democrática y coarta la libre expresión de la ciudadanía en su exigir cuentas y resultados a sus gobernantes.
Tenemos que participar y no quedarnos de brazos cruzados. Para hacerlo este colectivo de organizaciones y ciudadanas y ciudadanos en lo particular nos pide que firmemos registrando nuestra firma en el siguiente sitio: pamela@polticacolectiva.com
Si usted está de acuerdo en defender la democracia y los derechos humanos de las y los chihuahuenses,
FIRME CON FIRMEZA.