Septiembre es el noveno mes del año, próximo para cerrar con broche de oro y abrir nuestro corazón al año nuevo. El otoño está en puerta, junto con esta maravillosa estación, el clima es más fresco, la duración del día y la noche coinciden, los árboles cambian de vestuario y los campos se tiñen de bellos y cálidos colores.
En México, este mes se reconoce como el mes patrio, precisamente como un recordatorio
de esos héroes que nos dieron patria como: El Cura Don Miguel Hidalgo, José María Morelos y Pavón, Ignacio Allende y Josefa Ortiz de Domínguez, entre otros.
El grito de independencia es uno de los eventos más patrióticos, esperado y conmemorado en nuestro país, ya que rememora ese 15 de septiembre de 1810, cuando el Cura Hidalgo, tomó el estandarte de la virgen de Guadalupe y convocó al pueblo a salir y manifestarse en contra del yugo español. No fue un enfrentamiento fácil, conllevó once años de creación de estrategias para salir avante en las luchas, donde, sin lugar a dudas, la muerte se llevó a muchos compatriotas.
Esta es una celebración que atañe a todos los mexicanos, por lo que se conmemora desde el ámbito personal, laboral, político, educativo, social y cultural. La casa de los abuelos no puede quedar al margen de tal acontecimiento, desde fechas posteriores, cada uno de los encargados de los talleres que conforman este espacio, se dan a la tarea de organizar un bonito festival, además de la ornamentación y arreglos necesarios para que el espíritu nacionalista brille en todo su esplendor; se abren las puertas a la población en general, ofreciendo, además, una gran venta y degustación de platillos mexicanos a la concurrencia.
Ese homenaje se celebra como institución, liderado, en esta ocasión, por la Licenciada Judith Flores Sáenz, quien, junto con su maravilloso equipo de trabajo, ha estado revisando los pormenores. Ella tuvo a bien comentar, que los abuelos, somos el núcleo central de esta institución, que todo fluye con armonía, precisamente, por ese desempeño, compromiso y buen hacer de todas y cada una de las personas inscritas, porque somos importantes dentro de la individualidad, pero también en la colectividad de trabajo cotidiano.
La casa de los abuelos los espera en su locación, para platicar, convivir, intercambiar experiencias y aprender en comunidades de aprendizaje. Esta convivencia ha generado lazos fuertes y profundos de amistad, por lo que, con frecuencia, nos reunimos en otros espacios a celebrar cumpleaños y otros eventos que ameriten la celebración. Tal es el caso del día de ayer, que degustamos sabrosos y exquisitos platillos, bailamos al ritmo, son y armonía de la cantante Beti Sánchez, por supuesto que fuimos con ropa para la ocasión, vestidos con ornamentos, diademas de flores en el pelo, sombreros, predominando los colores de la enseña patria: verde, blanco y rojo.