/ sábado 20 de julio de 2024

Entre voces / La cultura, ¿sólo para cultos?

La cultura es un término sociológico y antropológico muy interesante. Incluso se habla de subculturas, o por ejemplo una cultura urbana, multiculturalismo, etc. Pero surge una pregunta: ¿La cultura es solo para los cultos?

En el mundo actual, la cultura se ha convertido en un tema complejo y lleno de matices. Algunos la ven como un elemento indispensable para el desarrollo personal y social, mientras que otros la consideran como un privilegio reservado para una élite. En este artículo, analizaremos la idea de que la cultura es solo para cultos, explorando los argumentos a favor y en contra de esta afirmación.

¿Quiénes son los cultos? En este contexto, la palabra "cultos" no se refiere a grupos religiosos, sino a un sector de la población que se caracteriza por su alto nivel educativo, ingresos y acceso a bienes y servicios culturales. Este grupo suele estar asociado a las clases altas y medias altas, y se le atribuye un gusto refinado por el arte, la literatura, la música y otras expresiones culturales.

Las personas de bajos recursos generalmente no tienen el tiempo, el dinero o la educación necesarios para acceder a la cultura. Deben enfocar sus esfuerzos en cubrir sus necesidades básicas de supervivencia, dejando poco espacio para actividades culturales. Sin embargo en estos días de verano, la Semana de Carlos Montemayor, presentaciones de libros sobre el Centauro del norte, conciertos de calidad gratuitos: sinfónica o Susana Zabaleta, eran eventos gratuitos y poco concurridos. Muchos prefieren pagar, sacrificando varios salarios mínimos para ver y escuchar al estridente artista de corridos tumbados o narcocorridos.

Se suele asociar a las clases populares con un menor interés en actividades culturales "tradicionales" como el teatro, la ópera o los museos. Prefieren el entretenimiento masivo, como la televisión, la música popular o los deportes.

Algunos creen que la cultura es un elemento distintivo que separa a las clases altas del resto de la población. El acceso a ella se convierte en un símbolo de estatus y poder.

La cultura es un concepto amplio que abarca no solo las expresiones artísticas tradicionales, sino también las tradiciones populares, la gastronomía, las artesanías y otras manifestaciones sociales. La cultura del pueblo es tan válida y rica como la de cualquier otro grupo. En la actualidad, existen cada vez más iniciativas que buscan acercar la cultura a todos los sectores de la población. Museos gratuitos, conciertos al aire libre, talleres culturales en comunidades populares, etc., son ejemplos de cómo la cultura se está democratizando.

La idea de que la cultura es solo para cultos es una simplificación peligrosa que ignora la riqueza y diversidad de las expresiones culturales. La cultura es un derecho de todos, y no debe ser un privilegio reservado a unos pocos. Es necesario trabajar para que la cultura sea accesible a toda la población, y para que reconozcamos el valor de las diferentes manifestaciones culturales. En lugar de ver la cultura como un elemento divisorio, debemos aprovecharla como una herramienta para unirnos y construir una sociedad más justa e incluyente.

Si queremos que nuestra ciudad y región progrese, es necesario sembrar, es decir, cultivar desde la infancia en las escuelas el deseo de conocer más la historia de personajes, calles y edificios de nuestra ciudad, además de volver accesible la entrada a eventos, no utilizar los eventos chatarra, para llenar la mente de gente que queremos salga de la ignorancia y la misma marginación. La cultura es para todos, no solo para los cultos.

Leonel Larios Medina / Sacerdote católico y licenciado en comunicación social

La cultura es un término sociológico y antropológico muy interesante. Incluso se habla de subculturas, o por ejemplo una cultura urbana, multiculturalismo, etc. Pero surge una pregunta: ¿La cultura es solo para los cultos?

En el mundo actual, la cultura se ha convertido en un tema complejo y lleno de matices. Algunos la ven como un elemento indispensable para el desarrollo personal y social, mientras que otros la consideran como un privilegio reservado para una élite. En este artículo, analizaremos la idea de que la cultura es solo para cultos, explorando los argumentos a favor y en contra de esta afirmación.

¿Quiénes son los cultos? En este contexto, la palabra "cultos" no se refiere a grupos religiosos, sino a un sector de la población que se caracteriza por su alto nivel educativo, ingresos y acceso a bienes y servicios culturales. Este grupo suele estar asociado a las clases altas y medias altas, y se le atribuye un gusto refinado por el arte, la literatura, la música y otras expresiones culturales.

Las personas de bajos recursos generalmente no tienen el tiempo, el dinero o la educación necesarios para acceder a la cultura. Deben enfocar sus esfuerzos en cubrir sus necesidades básicas de supervivencia, dejando poco espacio para actividades culturales. Sin embargo en estos días de verano, la Semana de Carlos Montemayor, presentaciones de libros sobre el Centauro del norte, conciertos de calidad gratuitos: sinfónica o Susana Zabaleta, eran eventos gratuitos y poco concurridos. Muchos prefieren pagar, sacrificando varios salarios mínimos para ver y escuchar al estridente artista de corridos tumbados o narcocorridos.

Se suele asociar a las clases populares con un menor interés en actividades culturales "tradicionales" como el teatro, la ópera o los museos. Prefieren el entretenimiento masivo, como la televisión, la música popular o los deportes.

Algunos creen que la cultura es un elemento distintivo que separa a las clases altas del resto de la población. El acceso a ella se convierte en un símbolo de estatus y poder.

La cultura es un concepto amplio que abarca no solo las expresiones artísticas tradicionales, sino también las tradiciones populares, la gastronomía, las artesanías y otras manifestaciones sociales. La cultura del pueblo es tan válida y rica como la de cualquier otro grupo. En la actualidad, existen cada vez más iniciativas que buscan acercar la cultura a todos los sectores de la población. Museos gratuitos, conciertos al aire libre, talleres culturales en comunidades populares, etc., son ejemplos de cómo la cultura se está democratizando.

La idea de que la cultura es solo para cultos es una simplificación peligrosa que ignora la riqueza y diversidad de las expresiones culturales. La cultura es un derecho de todos, y no debe ser un privilegio reservado a unos pocos. Es necesario trabajar para que la cultura sea accesible a toda la población, y para que reconozcamos el valor de las diferentes manifestaciones culturales. En lugar de ver la cultura como un elemento divisorio, debemos aprovecharla como una herramienta para unirnos y construir una sociedad más justa e incluyente.

Si queremos que nuestra ciudad y región progrese, es necesario sembrar, es decir, cultivar desde la infancia en las escuelas el deseo de conocer más la historia de personajes, calles y edificios de nuestra ciudad, además de volver accesible la entrada a eventos, no utilizar los eventos chatarra, para llenar la mente de gente que queremos salga de la ignorancia y la misma marginación. La cultura es para todos, no solo para los cultos.

Leonel Larios Medina / Sacerdote católico y licenciado en comunicación social