"Pedir perdón muchas veces es una decisión
arrebatada, no un sentimiento genuino”
Martin Luther King (1929 – 1968)
Sí con el Perdón, pudiéramos cambiar el pasado habría otro futuro, cada gobierno o individuo es responsable de su presente, todo es real no hay ficción. Sin embargo, la exigencia al gobierno español encabezada por el rey Felipe VI, para que formalmente se “arrepientan” por la conquista y sus crímenes no tiene paralelo alguno, a lo que el monarca dejó en claro esto que no se dará y, en cambio, apeló al respeto sostenido en la amistad a la hora de hablar de posibles discrepancias en la comunidad iberoamericana.
La famosa frase: “crímenes fueron del tiempo, no de España” convertida más tarde en adagio hispano, corresponde a un poema de Manuel José Quintana y hace referencia a la conquista de España en América, pero que pareciera que con el expresidente AMLO y hoy Sheinbaum volviera a resurgir, imprimiéndole su propia visión (a ese país del otro lado del océano Atlántico) cuando somos más cercanos a los regímenes totalitarios de Cuba, Nicaragua y Venezuela, ejemplos claros en donde debería exigirle a esos gobiernos dictatoriales que pidieran perdón a sus ciudadanos por las condiciones de pobreza, corrupción y violación de los derechos humanos.
También nos preguntamos, si no es más importante exigir el Perdón por los millones de mexicanos a quienes se les ofreció un servicio médico como el de Dinamarca; a los niños y niñas con cáncer que nunca vieron medicamentos; por las falsas promesas de la gasolina a 10 pesos el litro; a las familias de los 43 estudiantes de Ayotzinapa por no decirles que sucedió realmente; así como los millones de indígenas que iban a ser -sacados- de la pobreza y la ignorancia.
Perdón también porque nunca regresaron a los militares a los cuarteles; a los campesinos por negarles la ayuda a sus cultivos; a las madres de los miles de desaparecidos; a los familiares de los 68 migrantes muertos por un incendio en las oficinas de retención en Ciudad Juárez, sosteniendo a su director Sergio Garduño en su cargo de comisionado del INM; a los miles de pacientes a quienes acudían a la Macrofarmacia y no encontrar el simple naproxeno2.
Perdón a los millones de mexicanos que salen diariamente con zozobra a las calles donde el sexenio que feneció concluyó con 200 mil homicidios; perdón a los transportistas en las carreteras que diariamente son asaltados, lo mismo a los productores de alimentos de Michoacán.
Perdón por faltar al compromiso de que crecería la economía a un 4% anual; Perdón, por nombrar a Gatell como responsable nacional para enfrentar la pandemia, asumiendo uno de los peores manejos sanitarios a nivel mundial, con un funesto saldo de 800 mil muertes, al negarles a las farmacias privadas la venta de vacunas como sucedió en el resto del mundo. Perdón a los familiares de las víctimas de la Línea 12, que previamente las autoridades sabían de las imperfecciones de la obra. Perdón a miles de jóvenes preparados que se les negó una beca económica para prepararse en el extranjero; a los cientos de médicos que durante la pandemia tuvieron una ejemplar conducta a pesar de contratar médicos cubanos sin experiencia.
Por todo ello, nos parece inaudito que se le exija Perdón a España, cuando hace 5 siglos la península ibérica estaba constituida por varios reinos. En todo caso y más cercano en tiempo, exigirle al presidente Byden, perdón por la invasión a México en 1846 y la devolución “inmediata” de los territorios de Texas, Nuevo México, Arizona, California, Nevada, etc.
Finalmente no son pocos los políticos mexicanos que deberían pedir perdón. El señor Javier Corral, a quienes muchos chihuahuenses confiamos nuestro voto, resultó un fiasco como gobernador. Será sin duda la puntual actuación de la Fiscalía Anticorrupción, con apego al Estado de Derecho quien sea piedra angular en el procedimiento judicial, en contra de quien defraudó la esperanza de toda la comunidad.
Licenciado en Derecho. Activista social.
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