La industria forestal en México está pasando por un período de crisis en al menos los dos últimos años, provocado por una drástica caída en los precios de la madera y una fuerte contracción del mercado. Sin embargo, a futuro se estima que tendrá un desarrollo importante, dadas sus características especiales para la construcción y por su contribución a la reducción de emisiones de CO2.
Hablar del futuro de la industria de la madera, debe primero partir de la base de asegurar que el aprovechamiento de los bosques se realice de forma sustentable. Una de las opciones que cada vez es más reconocida para lograr esto, es a través de la certificación del manejo forestal responsable. Para esto, las opciones más aplicadas en México son la Norma Mexicana de Certificación Forestal y la certificación internacional a través del Forest Stewardship Council (FSC). En Chihuahua ya hay avances muy importantes en el tema de la certificación, ya que se tienen actualmente 48 ejidos y comunidades con cerca de 800,000 hectáreas de bosques certificados con estos dos esquemas.
A futuro, el mercado internacional para la madera, sobre todo de la madera certificada, se prevé que tendrá un crecimiento sin precedentes, principalmente en regiones como Asia y Europa. En Norteamérica, como sabemos la construcción con madera sigue siendo una práctica muy común, aunque aún ahí esta tendencia igualmente va a aumentar, ahora con los nuevos sistemas y productos desarrollados como los tableros llamados Corss Laminated Timber o CLT, que permiten ya construir no sólo casas, sino también edificios de gran altura, algunos ya de más de 100 metros con estructuras, cubiertas e interiores de madera.
Esta nueva forma de construir está atrayendo ya un gran interés en diferentes regiones del mundo con un gran potencial de crecimiento. Uno de los atributos que más se está tomando en consideración, es el de la reducción de emisiones en la industria de la construcción con el uso de la madera, ya que es un material considerado neutro en emisiones. Pero no es solo esta ventaja; se agregan otras más, como la reducción en los tiempos de construcción y la facilidad de llevar a la obra los materiales ya dimensionados y con las formas deseadas, listos solo para armar.
Por ejemplo, en un artículo escrito en La Vanguardia en España, por David Guerrero, refiere que Francisco Diéguez, director general del Instituto de Tecnología de la Construcción (ITEC) señala que la construcción con madera: “Es la mejor manera de construir en poco tiempo, ya que se pueden llegar a reducir los plazos de construcción hasta un 40%”. Uno de los motivos que explica ese ahorro de tiempo es la posibilidad de trabajar en cadena e ir avanzando por fases con distintas partes de la vivienda a la vez, como si se tratase de una línea de producción automovilística. Nada que ver con la obra in situ, donde no se puede empezar a construir la segunda planta hasta que no tienes hecha la primera.
Señala, además que un efecto colateral del auge de este tipo de construcción, es la inclusión de la mujer en un sector tradicionalmente ocupado por hombres en su totalidad. Con relación al impacto ambiental, en el mismo artículo señala que Xavier Llopis, director de espacios urbanos de Sorigué, expresa que “El hormigón genera siete veces más CO2 que la madera y el consumo de agua y la generación de residuos disminuye casi por completo”
Por todo esto, es de esperar un auge importante en los próximos años para la industria de la madera. Por hoy, cada empresa y productor tendrán que sortear de la mejor forma posible esta condición de contracción del mercado y bajos precios, en espera que lleguen esos tiempos mejores.
Ingeniero Agrónomo. Consultor forestal
oestradam81@hotmail.com