Continuando con la predicción de la venida de la época de “El anticristo” que quiere decir contra Cristo y contra los Cristianos; la cual se profetiza como la gran tribulación ( Mt 24-21) y que se aprecia no muy lejana debido al incremento del nivel de pecados en los seres humanos; atraparán según el pez será el anzuelo a casi todo tipo personas. Primero a los golosos, carnales y materialistas, pasarán luego a la segunda forma de gentes o sea a los buenos cristianos simples y rectos haciéndoles ver asombrosos milagros aunque ésos serán falsos y aparentes, pero como los promulgarán en el nombre de Dios serán confundidos y engañados cómodamente.
Luego seguirá la tercera forma de personas, es decir, las más desarrolladas como son intelectuales o sacerdotes y con palabras de gran sabiduría muy ordenadas, hablando sutil y artísticamente en forma tan sugestiva que a toda la gente les parecerá ser verdad, nada podrán responderles mucho menos refutarles; sin embargo éstas personas caerán debido a la ausencia de una fe firme y conocimientos de la santa Iglesia Católica y a una real obediencia a Dios. Es decir las atraparán por falta de creencia y fidelidad plena a la Santísima trinidad.
Por último, el cuarto tipo de gentes que atacarán será contra los que tienen verdadera vida de santidad, contra éstos será la gran batalla; luego de su indeclinable posición, se les presentarán con una tiranía execrable que les harán pasar grandes tormentos. Así apreciarán quien es valiente guerrero y en ellos veremos testimonios aún más fuertes que el de San Lorenzo quien fue asado vivo por un tribunal.
Nuestra vida en este viaje por la tierra no puede estar sin pruebas, nuestro progreso se realiza entre ellas. La pérdida de la vida espiritual de estos tiempos ha provenido del anticristianismo dirigido por organizaciones y gobiernos que profesan diferentes creencias no cristianas. Ellos han mecido paciente pero férreamente la cuna a escondidas de las masas desde hace dos milenios y en las últimas fechas, su encarnizado encono anticristiano ha llegado a su culmen. Ahora preparan con todo el poder terrenal el advenimiento de ése hombre poderoso al que llamarán Emanuel y dirán que es hijo de virgen; para entonces, los hombres y mujeres serán aún más carnales, no mantendrán la ley del matrimonio, no habrá ayunos ni abstinencias. Todos serán lujuriosos, llenos de gula, sin ley ni concierto, serán avaros, pomposos, sin humildad, llenos de pereza, dados al ocio, sin diligencia de buena salud. En resumen, el estado de la vida espiritual ya estará cerca de la ruina y la destrucción, momentos que aprovechará el Tsunami anticristiano.
