La deuda pública del Estado de Chihuahua siempre ha sido objeto de comparación entre gobernadores, funcionarios públicos, de elección popular y secretarios de Hacienda. Análisis y comparaciones que a muchos empresarios y a la mayoría de los chihuahuenses no les importan; lo que en realidad les preocupa es que existan condiciones que garanticen la seguridad de la población, el acceso a la educación, el mantenimiento de la infraestructura carretera y la provisión de cobertura universal en los servicios de salud. Esto, a su vez, permite de manera natural la generación de empleos, la atracción de inversiones, una mejor convivencia familiar, la recreación social y, así, tener un desarrollo social continuado y sustentable. Condiciones que medianamente se logran en algunos sexenios; en otros no, pero siempre se adquiere deuda pública.
Vale la pena leer y escuchar las declaraciones del secretario de Hacienda del Gobierno del Estado de Chihuahua, José de Jesús Granillo Vázquez, realizadas ante la Confederación Patronal Mexicana en Ciudad Juárez (Coparmex), donde detalla que el proyecto económico de este año registró un incremento en la Ley de Ingresos del 9%, que pasó de 93 mil millones de pesos a poco más de 100 MDP. Pero, sobre todo, el dato que pienso es importante resaltar, es que la deuda total del Estado pasó de 46 mil 224 millones de pesos a 39,367 MDP, lo que representa una disminución de más de 6 mil millones en deuda pública.
Es relevante que, al analizar las cifras históricas presentadas por la Secretaría de Hacienda en su documento llamado Saldo Histórico de Obligaciones Financieras de Entidades Federativas, Municipios y sus Organismos, se observe que el Estado de Chihuahua cerró el sexenio del exgobernador Javier Corral con una deuda superior a los 75 mil millones de pesos, es decir, el sexenio con más deuda pública en los últimos 32 años.
De acuerdo con los documentos antes descritos y que se anexan a esta publicación, la deuda pública del Estado de Chihuahua ha ido creciendo desde los 2 mil 071 millones de pesos en el último año del exgobernador Fernando Baeza en 1992, hasta los 75 MDP del sexenio del gobernador ineficaz Javier Corral.
Es justo comentar que la deuda adquirida progresivamente desde Don Fernando Baeza, Patricio Martínez, José Reyes Baeza y César Duarte, llegó a saldarse en 38 mil millones de pesos. Esto significa que Javier Corral, la "Criaturita", dejó dos veces más deuda que los cuatro exgobernadores juntos y no hizo absolutamente nada.
Si bien es cierto que todo marcha adecuadamente para el secretario de Hacienda del Gobierno del Estado y que se pueden presumir finanzas sanas, siempre existen factores que estropean el buen curso de las cosas: el ajuste de personal oportuno y los funcionarios inamovibles, plenipotenciarios, amigos de la Gobernadora en turno, todopoderosos, nada preparados, sin experiencia y peligrosamente sobrados, con una excelente capacidad de iniciativa para destrozar las relaciones, alianzas y acuerdos que ella genera.
Además, pareciera que la leyenda “Generar por acto u omisión daño a la Hacienda Pública” fuera parte de su encargo como funcionarios, a contrario sensu de lo que dicta el artículo 50 de la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos. No solo causan detrimento a la Hacienda Pública Estatal con el simple hecho de cobrar y no realizar sus funciones, sino que la falta de pericia de muchos directores administrativos genera al Gobierno del Estado costos y gastos financieros que debieran convertirse en ahorros para las finanzas del gobierno.
Ojalá el Secretario de Hacienda, José de Jesús Granillo Vázquez, convoque a todos los directores administrativos para alinearlos en esa sintonía de inteligencia y estrategia financiera. Existen dependencias, como la Dirección Administrativa de Servicios de Salud o la Subsecretaría Administrativa de la Secretaría de Seguridad Pública, donde hay múltiples áreas de oportunidad que atender.