/ viernes 5 de julio de 2024

Curanderos... / La tristeza en ocasiones se viste de alegría...

La tristeza es un sentimiento común que tenemos todos los seres humanos a lo largo de nuestra vida, pero cuando ese sentimiento se tatúa en el alma se convierte en depresión, pero la depresión no viene sola, comúnmente se hace acompañar de ansiedad, de miedo, de angustia y con ellas malos pensamientos con las consecuentes malas decisiones.

Esos pensamientos que corroen no solo nuestra mente también causaron malestar en nuestro cuerpo, como le conocemos los médicos: somatizar, donde surgen síntomas (lo que siente el paciente), pero no lo justifica directamente alguna causa médica o enfermedad, pero el síntoma persiste.

Algo muy común son las palpitaciones, donde el paciente refiere sentir que el corazón se le sale o le pega en el pecho, lo cual le provoca una angustia e incluso hasta miedo a morir, puede provocar una sensación de dolor, que incluso ha terminado en el hospital dentro de los servicios de urgencias al pensar que se está infartando, donde al llegar algún hospital, de inicio le toman un electrocardiograma que se reporta sin alteraciones, quizá sólo una taquicardia que no justifica las molestias.

Le toman estudios de sangre donde se buscan unas sustancias que produce el corazón al infartarse (enzimas cardiacas), pero están dentro de los rangos normales, para ese momento ya le pusieron un suero al paciente y quizá le pasaron en la vena un medicamento para el dolor, con lo que disminuyeron los síntomas que le llevaron al servicio de urgencias.

Se le indica a los familiares erróneamente que “no tiene nada”, mensaje que no tranquiliza a los familiares e indigna al paciente que sabe que sintió algo malo e inusual, está consciente que no inventó la molestia y se pregunta si no tenía nada para que le pusieron medicamento o por qué le tomaron los estudios; cuando el mensaje debiera ser “físicamente no encontramos una causa que justifique la molestia con la que llegó y con las pruebas que realizamos tenga la tranquilidad que su cuerpo estará bien, quizá sea necesario una valoración psicológica complementando lo que encontramos”.

En ocasiones ahí comienza una peregrinación entre médicos, estudios de laboratorio, estudios de imagen, visitas a médicos especialistas, donde quizás alguno nos recomiende visitar a un psicólogo o a un psiquiatra, pero eso en ocasiones genera enfado. ¿Piensan que estoy loco o loca? o cuando nos proponen un medicamento para la ansiedad o antidepresivo nos negamos por la idea de que vamos a ser adictos.

Por ello es muy importante la comunicación con su médico, no solo lo que le diga él, también es conveniente preguntar recordando que la comunicación es bilateral, para comprender varias cosas, por ejemplo que tenemos una situación que se nos salió de las manos, que el cuerpo funciona a través de sustancias químicas y cuando estamos estresados, preocupados, ansiosos o tristes, disminuye la cantidad y la calidad de esas sustancias importantes para nuestro organismo, por ello es más difícil salir de una situación de depresión.

Es cierto que es muy importante nuestra actitud, pero debemos evitar algunas frases al querer dar apoyo como: “échale ganas o no pasa nada”, claro que pasa y no todo se trata de las ganas, pero con el favor de Dios, quizá algún tratamiento, familiares, amistades y apoyo psicológico se saldrá de la crisis.

Dr. Odín Isaac Gerónimo / Médico Cirujano Militar