/ viernes 18 de octubre de 2024

Curanderos / El Eterno aprendiz

Si alguien preguntara: ¿A quién le gusta sentirse ignorante? De primera instancia la mayoría contestaremos que a nadie, pero esa respuesta te lleva también a no querer aprender, ¡¿Cóoomooo?! Pero así es, cuando a una persona le gusta adquirir nuevos conocimientos debe arriesgarse a ser un aprendiz, es decir ser el que menos sabe, el que menos comprende, así como el que tiene menos habilidades de eso que busca emprender.

A mi me gusta sentirme ignorante para ver la diferencia conforme adquiero el conocimiento o una nueva habilidad, siempre he buscado tomar cursos, leer, aprender cosas nuevas y cuando detecto que no se nada, emprendo un nuevo camino; la curva de aprendizaje en la escuela médico militar nos obligaba a un aprendizaje tutorado a reforzar el conocimiento, teníamos la premisa: veo uno, hago uno y enseño uno; esto requería a estudiar antes de ver cómo se realizaba una técnica, al momento de verla nos pedían que explicaremos la manera de realizarla y la forma de manejar las posibles complicaciones, eso nos daba el boleto para realizarla (siempre con un doctor con más experiencia que está al pendiente) y por último nos tocaba ser ese médico que guiaba el procedimiento a un compañero con menor experiencia, eso hacía generaciones unidas, donde nos veíamos con respeto y afecto entre los distintos años. Esta forma de aprender prácticamente garantizaba no solo que aprendiéramos, también reducía bastante las complicaciones, el paciente se sentía muy seguro (jamás se le decía que era la primera ocasión que realizaba el procedimiento el médico novel) pero si algo se entorpecía el tutor seguía con el procedimiento, esto pasaba pocas ocasiones pero antes de que sucediera una complicación se cambiaba al ejecutante, a mi me dio mucha confianza mientras aprendía pero también fortaleció mi compromiso al enseñar.

El buscar un aprendizaje constante mantiene ágil la mente, siempre se gana y el conocimiento se reproduce, no se gasta, se mantiene vigente e incluso al momento de tener más aprendices se llegan a generar en ocasiones nuevos procedimientos o formas de resolver una situación por distintos medios, algo que me agradaba en la escuela es que mis maestros no pensaban que su conocimiento era ley, cuando alguien llegaba con un artículo reciente que refutaba lo aprendido, el felicitaba a quien había llevado el nuevo conocimiento pero a todos nos pedía que estudiáramos y viéramos las cosas positivas o negativas, en caso que se considerara que era mejor, se instituía el procedimiento nuevo como el oficial.

La mente es como un lienzo donde vamos plasmando lo que queramos, ocupemos con cosas productivas o divertidas, seamos eternos aprendices, hay personas que a los 90 años han terminado la primaria o un doctorado, han tomado un curso de cocina, comenzaron a tocar un instrumento, en fin el conocimiento es infinito, actualmente es más fácil acceder a él, incluso hay que filtrarlo para no meter mucha información basura en nuestra memoria.

Sigamos aprendiendo todo el tiempo que podamos, mientras tengamos conciencia, aún cuando nuestro cuerpo no responda igual, si la mente sigue podríamos adquirir nuevos conocimientos, los pretextos o causas para no aprender algo nuevo cada vez pierden más firmeza, por ejemplo sino podemos leer por alguna discapacidad visual, la cantidad de audiolibros va en aumento.

Pido a Dios nos permita conocer todos los días algo nuevo, y en algún momento lo pudiéramos aplicar e incluso enseñar a alguien más lo aprendido, el ciclo del conocimiento no tiene fin y es perfectible.

Dr. Odín Isaac Gerónimo / Médico Cirujano Militar

Si alguien preguntara: ¿A quién le gusta sentirse ignorante? De primera instancia la mayoría contestaremos que a nadie, pero esa respuesta te lleva también a no querer aprender, ¡¿Cóoomooo?! Pero así es, cuando a una persona le gusta adquirir nuevos conocimientos debe arriesgarse a ser un aprendiz, es decir ser el que menos sabe, el que menos comprende, así como el que tiene menos habilidades de eso que busca emprender.

A mi me gusta sentirme ignorante para ver la diferencia conforme adquiero el conocimiento o una nueva habilidad, siempre he buscado tomar cursos, leer, aprender cosas nuevas y cuando detecto que no se nada, emprendo un nuevo camino; la curva de aprendizaje en la escuela médico militar nos obligaba a un aprendizaje tutorado a reforzar el conocimiento, teníamos la premisa: veo uno, hago uno y enseño uno; esto requería a estudiar antes de ver cómo se realizaba una técnica, al momento de verla nos pedían que explicaremos la manera de realizarla y la forma de manejar las posibles complicaciones, eso nos daba el boleto para realizarla (siempre con un doctor con más experiencia que está al pendiente) y por último nos tocaba ser ese médico que guiaba el procedimiento a un compañero con menor experiencia, eso hacía generaciones unidas, donde nos veíamos con respeto y afecto entre los distintos años. Esta forma de aprender prácticamente garantizaba no solo que aprendiéramos, también reducía bastante las complicaciones, el paciente se sentía muy seguro (jamás se le decía que era la primera ocasión que realizaba el procedimiento el médico novel) pero si algo se entorpecía el tutor seguía con el procedimiento, esto pasaba pocas ocasiones pero antes de que sucediera una complicación se cambiaba al ejecutante, a mi me dio mucha confianza mientras aprendía pero también fortaleció mi compromiso al enseñar.

El buscar un aprendizaje constante mantiene ágil la mente, siempre se gana y el conocimiento se reproduce, no se gasta, se mantiene vigente e incluso al momento de tener más aprendices se llegan a generar en ocasiones nuevos procedimientos o formas de resolver una situación por distintos medios, algo que me agradaba en la escuela es que mis maestros no pensaban que su conocimiento era ley, cuando alguien llegaba con un artículo reciente que refutaba lo aprendido, el felicitaba a quien había llevado el nuevo conocimiento pero a todos nos pedía que estudiáramos y viéramos las cosas positivas o negativas, en caso que se considerara que era mejor, se instituía el procedimiento nuevo como el oficial.

La mente es como un lienzo donde vamos plasmando lo que queramos, ocupemos con cosas productivas o divertidas, seamos eternos aprendices, hay personas que a los 90 años han terminado la primaria o un doctorado, han tomado un curso de cocina, comenzaron a tocar un instrumento, en fin el conocimiento es infinito, actualmente es más fácil acceder a él, incluso hay que filtrarlo para no meter mucha información basura en nuestra memoria.

Sigamos aprendiendo todo el tiempo que podamos, mientras tengamos conciencia, aún cuando nuestro cuerpo no responda igual, si la mente sigue podríamos adquirir nuevos conocimientos, los pretextos o causas para no aprender algo nuevo cada vez pierden más firmeza, por ejemplo sino podemos leer por alguna discapacidad visual, la cantidad de audiolibros va en aumento.

Pido a Dios nos permita conocer todos los días algo nuevo, y en algún momento lo pudiéramos aplicar e incluso enseñar a alguien más lo aprendido, el ciclo del conocimiento no tiene fin y es perfectible.

Dr. Odín Isaac Gerónimo / Médico Cirujano Militar