/ viernes 12 de julio de 2024

Curandero... / El perdón sana, perdón hijas...

A mis hijas, perdón si en algún momento planee su vida justificado en que todo fue desde el amor y mi experiencia, cegado ante un espíritu protector basado en mis escuetos conocimientos de la vida buscando evitarles golpes, raspones y dolores o por lo menos que fueran en una cantidad menor a la recibida en carne propia, porque el tiempo me enseñó lo que es tener hambre, sed y frío a la mala.

Sin embargo la vida no es así, ustedes deben de aprender sobre sus propias experiencias, les romperán el corazón, fracasaran en algún emprendimiento, quizá en un negocio, un amigo o familiar es probable les lastime, no puedo evitar los embates de la vida, pero si puedo aconsejarles, si ustedes me lo permiten, mientras estemos vivos, ya después será demasiado tarde.

Porque lo natural sería irme yo antes que ustedes, a entregar cuentas al Creador, donde pediré por cada una desde donde esté, esperando haber dejado su caja de herramientas para la vida lo suficientemente completa para responder a cualquier imprevisto, aún cuando pensaron que alguna de esas herramientas de vida jamás las iban a ocupar, creo que es mejor tenerla y no ocuparla, a necesitarla y no contar con ella.

No duden que las amo y al no darles ese permiso, una negativa e incluso ese castigo fue desde mi perspectiva de ser lo mejor para ustedes, yo las veo grandiosas, pero ahora solo son un potencial que a cada una le toca explotar, quizá desde nuestro hogar o fuera de él, donde estén confio en ustedes y les pediría confíen en mí, como les digo: “tengan confianza en su viejo que las ama”.

Alguna ocasión les dije que el sitio donde vivimos no es su casa, por la disputa que visto al faltar los padres por unos ladrillos, las he preparado para que cada una tenga su propio lugar, haciéndoles hincapié que no es su casa donde vivimos, pero si su hogar aun cuando cuando salgan de sus paredes, siempre serán vistas con amor y si quieren regresar a ocupar su cama por el motivo que sea , estará listo para recibirlas su cuarto o simplemente una taza con café para escucharlas.

Les pido perdón en vida, porque no tenemos el futuro comprado y no sabemos qué nos espera, he visto la muerte más cerca de lo que me gustaría, así como más veces de lo que me agradaría contar y por ello se que el día de mañana podemos faltar, por ello: perdón hijas… He tratado de ser lo idóneo y lo mejor para ustedes, quienes han sido mi inspiración, mi fuerza y temple, para vencer miedos, flojera y derrotas, como les dije: si te caes, te sacudes y vas una vez más y otra o las que sean necesarias, para que venzas o aprendas.

Me gustaría que se vieran con mis ojos, para que apreciaran cuán grandes las imagino en su futuro dentro de la historia que decidan escribir, eso me da paz, me genera algo de tranquilidad para cuando tenga que partir, no sé en qué momento Dios detenga el cronómetro pero confío que me iré con calma y pleno, ante las experiencias transmitidas desde el amor que les tengo a cada una.

Doy gracias a Dios por se su padre, porque me dio la bendición de tener cinco hermosas hijas que el dia de mañana quizá lloren por mi, me recuerden con cariño en la eternidad o quizá si desean solo ver lo malo me juzguen, pero mis acciones a través de ustedes trascenderán a pesar de que mi apellido quizá no siga mas.

Dr. Odín Isaac Gerónimo / Médico Cirujano Militar

A mis hijas, perdón si en algún momento planee su vida justificado en que todo fue desde el amor y mi experiencia, cegado ante un espíritu protector basado en mis escuetos conocimientos de la vida buscando evitarles golpes, raspones y dolores o por lo menos que fueran en una cantidad menor a la recibida en carne propia, porque el tiempo me enseñó lo que es tener hambre, sed y frío a la mala.

Sin embargo la vida no es así, ustedes deben de aprender sobre sus propias experiencias, les romperán el corazón, fracasaran en algún emprendimiento, quizá en un negocio, un amigo o familiar es probable les lastime, no puedo evitar los embates de la vida, pero si puedo aconsejarles, si ustedes me lo permiten, mientras estemos vivos, ya después será demasiado tarde.

Porque lo natural sería irme yo antes que ustedes, a entregar cuentas al Creador, donde pediré por cada una desde donde esté, esperando haber dejado su caja de herramientas para la vida lo suficientemente completa para responder a cualquier imprevisto, aún cuando pensaron que alguna de esas herramientas de vida jamás las iban a ocupar, creo que es mejor tenerla y no ocuparla, a necesitarla y no contar con ella.

No duden que las amo y al no darles ese permiso, una negativa e incluso ese castigo fue desde mi perspectiva de ser lo mejor para ustedes, yo las veo grandiosas, pero ahora solo son un potencial que a cada una le toca explotar, quizá desde nuestro hogar o fuera de él, donde estén confio en ustedes y les pediría confíen en mí, como les digo: “tengan confianza en su viejo que las ama”.

Alguna ocasión les dije que el sitio donde vivimos no es su casa, por la disputa que visto al faltar los padres por unos ladrillos, las he preparado para que cada una tenga su propio lugar, haciéndoles hincapié que no es su casa donde vivimos, pero si su hogar aun cuando cuando salgan de sus paredes, siempre serán vistas con amor y si quieren regresar a ocupar su cama por el motivo que sea , estará listo para recibirlas su cuarto o simplemente una taza con café para escucharlas.

Les pido perdón en vida, porque no tenemos el futuro comprado y no sabemos qué nos espera, he visto la muerte más cerca de lo que me gustaría, así como más veces de lo que me agradaría contar y por ello se que el día de mañana podemos faltar, por ello: perdón hijas… He tratado de ser lo idóneo y lo mejor para ustedes, quienes han sido mi inspiración, mi fuerza y temple, para vencer miedos, flojera y derrotas, como les dije: si te caes, te sacudes y vas una vez más y otra o las que sean necesarias, para que venzas o aprendas.

Me gustaría que se vieran con mis ojos, para que apreciaran cuán grandes las imagino en su futuro dentro de la historia que decidan escribir, eso me da paz, me genera algo de tranquilidad para cuando tenga que partir, no sé en qué momento Dios detenga el cronómetro pero confío que me iré con calma y pleno, ante las experiencias transmitidas desde el amor que les tengo a cada una.

Doy gracias a Dios por se su padre, porque me dio la bendición de tener cinco hermosas hijas que el dia de mañana quizá lloren por mi, me recuerden con cariño en la eternidad o quizá si desean solo ver lo malo me juzguen, pero mis acciones a través de ustedes trascenderán a pesar de que mi apellido quizá no siga mas.

Dr. Odín Isaac Gerónimo / Médico Cirujano Militar