/ viernes 2 de agosto de 2024

Curandero... / Cuando la tristeza entra en tu vida

La depresión se puede vestir con una sonrisa, con alegría y aparente felicidad decía mi maestro de Psiquiatría, por ello es tan difícil detectarla o diagnosticarla, todos imaginamos a una persona triste gris, apática y aislada, pero un amigo de mi generación que era el más amigable, el que aconsejaba a todo mundo, quien no faltaba a ninguna fiesta, sonriendo con todos, le hacía plática a una piedra, esa persona que era el mejor amigo, quien apenas haberte conocido podía ir por ti a rescatarte de una ponchadura aún cuando no supiera cambiar una llanta pero estaba presente, ese mejor amigo fue quien en un instante decidió quitarse la vida, sin que los demás nos diéramos cuenta que tenia un problema hasta que nos enteremos del resultado de su decisión y asistiéramos a velarlo, donde surgieron mil teorías, pero ni aun sus amigos más íntimos pensaron que tomaría esa decisión.

La tristeza puede ser por cualquier evento, aun cuando a los ojos de los demás piensen que tienes la vida perfecta, como un niño que se le cae su helado, para él ese instante será catastrófico, pero todos los demás dirán “no pasa nada” te compro otro, pero era su helado, en evento que lo hizo sentirse mal por un instante debemos aprender a permitirnos sentir y permitirles a nuestros seres queridos tener esas sensaciones, apoyar sin calificar como insignificante una situación, porque esa es una de las raíces que de adultos nos sea complicado expresarnos o pedir ayuda. E incluso cuando no se identifica cuál es la raíz, puede que sea más complejo salir de la depresión.

Lo malo de la tristeza es que corroe el alma, como el agua que se filtra una casa hasta que haya un daño mayor, como pasaría en una filtración en el techo de una casa, al principio no nos damos cuenta, luego, quizá veamos solo vemos una gota ocasional, que se hace más frecuente y puede caerse el techo, la tristeza es conveniente detectarla oportunamente, avisar a nuestros seres queridos o cercanos que nos sentimos así o buscar ayuda, pero no tratar de contener ese sentimiento solos.

La ayuda puede ser con un profesional de la salud mental psicólogo o psiquiatra, quien nos ayudará a detectar el motivo que en ocasiones no es tan fácil encontrarlo, incluso, a pesar de haber un evento que pueda justificar esa depresión como un duelo, pero puede que la situación reciente haya despertado recuerdos en nuestro inconsciente, el psiquiatra lo puede complementar con algún medicamento y en ambas ocasiones se debería llevar terapia.

El acercarnos a nuestra religión también ayuda siempre, Dios es como la abuelita incondicional que no nos reclamará aun cuando no hayamos ido en un tiempo prolongado, pero siempre reconforta el espíritu ese ser querido sin reprocharnos, cualquier grupo religioso nos arropará, buscar a Dios siempre dará paz.

Si ya tienes un sentimiento de tristeza es posible que se reaccione de manera agresiva o irritable hacia nuestros seres cercanos, y se alejen; si ves un comportamiento hostil de un ser querido quizá sea el momento de preguntarle si le puede apoyar de algún modo en lugar de alejarte. Es posible que cambies el destino de una mala decisión con unas palabras de aliento o un abrazo oportunamente, e incluso acompañar a un consultorio con un psicólogo o un médico, en mi consultorio he tenido muchos pacientes que buscan la raíz de su tristeza en alguna enfermedad del cuerpo, pero al descartar esa parte se sorprenden de que con el psicólogo descubran el porqué se sienten mal y comience un periodo de recuperación.

Dr. Odín Isaac Gerónimo / Médico Cirujano Militar

La depresión se puede vestir con una sonrisa, con alegría y aparente felicidad decía mi maestro de Psiquiatría, por ello es tan difícil detectarla o diagnosticarla, todos imaginamos a una persona triste gris, apática y aislada, pero un amigo de mi generación que era el más amigable, el que aconsejaba a todo mundo, quien no faltaba a ninguna fiesta, sonriendo con todos, le hacía plática a una piedra, esa persona que era el mejor amigo, quien apenas haberte conocido podía ir por ti a rescatarte de una ponchadura aún cuando no supiera cambiar una llanta pero estaba presente, ese mejor amigo fue quien en un instante decidió quitarse la vida, sin que los demás nos diéramos cuenta que tenia un problema hasta que nos enteremos del resultado de su decisión y asistiéramos a velarlo, donde surgieron mil teorías, pero ni aun sus amigos más íntimos pensaron que tomaría esa decisión.

La tristeza puede ser por cualquier evento, aun cuando a los ojos de los demás piensen que tienes la vida perfecta, como un niño que se le cae su helado, para él ese instante será catastrófico, pero todos los demás dirán “no pasa nada” te compro otro, pero era su helado, en evento que lo hizo sentirse mal por un instante debemos aprender a permitirnos sentir y permitirles a nuestros seres queridos tener esas sensaciones, apoyar sin calificar como insignificante una situación, porque esa es una de las raíces que de adultos nos sea complicado expresarnos o pedir ayuda. E incluso cuando no se identifica cuál es la raíz, puede que sea más complejo salir de la depresión.

Lo malo de la tristeza es que corroe el alma, como el agua que se filtra una casa hasta que haya un daño mayor, como pasaría en una filtración en el techo de una casa, al principio no nos damos cuenta, luego, quizá veamos solo vemos una gota ocasional, que se hace más frecuente y puede caerse el techo, la tristeza es conveniente detectarla oportunamente, avisar a nuestros seres queridos o cercanos que nos sentimos así o buscar ayuda, pero no tratar de contener ese sentimiento solos.

La ayuda puede ser con un profesional de la salud mental psicólogo o psiquiatra, quien nos ayudará a detectar el motivo que en ocasiones no es tan fácil encontrarlo, incluso, a pesar de haber un evento que pueda justificar esa depresión como un duelo, pero puede que la situación reciente haya despertado recuerdos en nuestro inconsciente, el psiquiatra lo puede complementar con algún medicamento y en ambas ocasiones se debería llevar terapia.

El acercarnos a nuestra religión también ayuda siempre, Dios es como la abuelita incondicional que no nos reclamará aun cuando no hayamos ido en un tiempo prolongado, pero siempre reconforta el espíritu ese ser querido sin reprocharnos, cualquier grupo religioso nos arropará, buscar a Dios siempre dará paz.

Si ya tienes un sentimiento de tristeza es posible que se reaccione de manera agresiva o irritable hacia nuestros seres cercanos, y se alejen; si ves un comportamiento hostil de un ser querido quizá sea el momento de preguntarle si le puede apoyar de algún modo en lugar de alejarte. Es posible que cambies el destino de una mala decisión con unas palabras de aliento o un abrazo oportunamente, e incluso acompañar a un consultorio con un psicólogo o un médico, en mi consultorio he tenido muchos pacientes que buscan la raíz de su tristeza en alguna enfermedad del cuerpo, pero al descartar esa parte se sorprenden de que con el psicólogo descubran el porqué se sienten mal y comience un periodo de recuperación.

Dr. Odín Isaac Gerónimo / Médico Cirujano Militar