La columna pasada empecé con la importancia que va tomando cada día el que los sectores productivos busquen e implementen estrategias que les permitan ser más sostenibles y por lo tanto más respetuosos con el entorno o sistema ambiental; abordé datos de un estudio realizado a más de 5,800 empresas, dentro de las que se incluyen las cien empresas con mayores ingresos de cada uno de los países incluidos en el análisis y las 250 empresas de mayores ingresos alrededor del mundo.
Dentro de los hallazgos, hay muchos datos interesantes que merecen la pena compartirlos, uno de ellos es que del grupo de las 250 empresas de mayores ingresos a nivel mundial el 96% comunican sobre sostenibilidad o cuestiones de ESG por sus siglas en inglés, que abarca medio ambiente, sociedad y gobernanza; de este mismo grupo el 64% reconocen el cambio climático como un riesgo para sus negocios; menos de la mitad de las empresas informan sobre pérdida de biodiversidad, es decir, realmente no lo conocen y/o no lo consideran importante para sus negocios, así como menos de la mitad reconoce al componente social como un riesgo para sus actividades y menos de la mitad tienen representación de nivel de liderazgo para sostenibilidad.
Con respecto a las empresas que se encuentran en América Latina, el 69% genera reportes de sustentabilidad pero sólo el 39% reconoce al cambio climático como un riesgo para sus negocios y actividades, sin embargo y en comparación con el grupo de las 250, aquí el 50% si reconoce y reporta la pérdida de biodiversidad como un riesgo para su negocio, esto puede deberse, entre algunos otros aspectos, que se encuentran en una región con una riqueza de biodiversidad elevada; sólo el 35% identifica y reconoce el componente social como un riesgo potencial para sus actividades productivas y únicamente un 26% tiene un liderazgo en las cuestiones de ESG en la alta dirección o en su consejo de administración.
Estos hallazgos marcan tendencias, una de ellas es que los reportes de sustentabilidad se incrementan de manera gradual y cada vez con mayores y nuevos estándares que puedan verse reflejados con más fuerza en los hechos y no sólo de manera documental; otra, es que se registra un aumento en la información sobre los riesgos relacionados con el clima, esto permitirá en un futuro cercano que se pueda visualizar al cambio climático de manera más real y transversal a todas las actividades productivas y por ende que estas mismas se adapten y promuevan estrategias de resiliencia ante el mismo; se registró un incremento en la conciencia sobre la problemática de la biodiversidad, pero éste aún no es suficiente para que las actividades productivas internalicen los costos ambientales, aún hay mucho trabajo qué hacer al respecto, porque se sigue visualizando a la biodiversidad y los servicios ecosistémicos que nos brinda como un componente externo y un tanto lejano cuando en realidad representa la base de toda actividad productiva. Continuará…
Líder de sustentabilidad y medio ambiente de Chihuahua Futura.
Profesora en la Facultad de Zootecnia y Ecología de la UACh. Integrante de la Asociación de Editorialistas de Chihuahua A.C.
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