/ miércoles 7 de agosto de 2024

Cuando el diablo pase la factura 

Esta colaboración es el final de “Hacia dónde va México” y utilizó una frase de la canción “Sobreviviré” del dueto español, el “Dúo Dinámico”, que me parece muy ad hoc a los tiempos que estamos viviendo en nuestro querido país. El desastre de estos últimos 6 años no solo destruyó mucho de lo que se tardaron décadas en construirse; infraestructura, fideicomisos, programas, organizaciones de la sociedad civil, pero sobre todo instituciones. Si no que también se violentó la ley y ha sido el único gobierno en la historia, desde que se tiene registro, que ha incrementado el número y porcentaje de personas; en pobreza extrema, con carencias por rezago educativo y las de con carencias por acceso a servicios de salud. En otras palabras, AMLO es el único presidente que ha incrementado el número y porcentaje de personas que tienen violentados los derechos humanos.

Pero ¿Cuál es el destino final de esta nueva época populista del país?, la última fue la de Echeverría hasta Miguel de la Madrid, al contrario de aquel PRI, Morena y su Gobierno amenazan con no evolucionar hacia instituciones democráticas y autónomas, sino a una dictadura autoritaria y absoluta.

Lo que no ven venir, es la debacle económica. Este año el Presupuesto de Egresos de la Federación, fue de $9.066 billones de pesos, de los cuales $1.737 billones de pesos son deuda pública nueva y además para cubrir el costo de la deuda pública es $1.023 billones de pesos, esto significa que del PEF, la tercera parte son deuda e intereses, esa espiral de gasto público ineficiente e improductivo no tiene otra salida que la quiebra económica del país. El populismo siempre termina en más inflación, alza de intereses, devaluación, disminución del poder adquisitivo, quiebra de empresas, sobre todo las micro y pequeñas que son las que dan más empleo, pobreza y falta de productos.

El destino nos alcanzó, el uso de los recursos de los fideicomisos y un endeudamiento desproporcionado el último año, son económicamente mortales, lo malo del asunto, es que no van a existir los contrapesos, ni las instituciones que nos permitan una transición a una democracia nuevamente.

De nada servirán los programas sociales dados sin ninguna estrategia, ni control, que se entregan de manera universal, esto es, a muchas personas que no los necesitan y con un aparato burocrático que consume cientos de miles de millones para otorgarlos.

La única esperanza es que la Presidenta electa de un golpe de timón y se deslinde del programa populista del partido, inicie un Gobierno realmente socialdemócrata que permita la coexistencia con la oposición, que no permita el “Plan C” que amenaza con terminar con la división de poderes y la destrucción de las instituciones.

Se han mandado mensajes que hay la voluntad de trabajar con los Estados gobernados por la oposición, ese es un rayo de esperanza, en medio de un horizonte oscuro. México merece esa convivencia pacífica y de política moderna.

En los próximos meses se decidirá el futuro de la nación.

Esta colaboración es el final de “Hacia dónde va México” y utilizó una frase de la canción “Sobreviviré” del dueto español, el “Dúo Dinámico”, que me parece muy ad hoc a los tiempos que estamos viviendo en nuestro querido país. El desastre de estos últimos 6 años no solo destruyó mucho de lo que se tardaron décadas en construirse; infraestructura, fideicomisos, programas, organizaciones de la sociedad civil, pero sobre todo instituciones. Si no que también se violentó la ley y ha sido el único gobierno en la historia, desde que se tiene registro, que ha incrementado el número y porcentaje de personas; en pobreza extrema, con carencias por rezago educativo y las de con carencias por acceso a servicios de salud. En otras palabras, AMLO es el único presidente que ha incrementado el número y porcentaje de personas que tienen violentados los derechos humanos.

Pero ¿Cuál es el destino final de esta nueva época populista del país?, la última fue la de Echeverría hasta Miguel de la Madrid, al contrario de aquel PRI, Morena y su Gobierno amenazan con no evolucionar hacia instituciones democráticas y autónomas, sino a una dictadura autoritaria y absoluta.

Lo que no ven venir, es la debacle económica. Este año el Presupuesto de Egresos de la Federación, fue de $9.066 billones de pesos, de los cuales $1.737 billones de pesos son deuda pública nueva y además para cubrir el costo de la deuda pública es $1.023 billones de pesos, esto significa que del PEF, la tercera parte son deuda e intereses, esa espiral de gasto público ineficiente e improductivo no tiene otra salida que la quiebra económica del país. El populismo siempre termina en más inflación, alza de intereses, devaluación, disminución del poder adquisitivo, quiebra de empresas, sobre todo las micro y pequeñas que son las que dan más empleo, pobreza y falta de productos.

El destino nos alcanzó, el uso de los recursos de los fideicomisos y un endeudamiento desproporcionado el último año, son económicamente mortales, lo malo del asunto, es que no van a existir los contrapesos, ni las instituciones que nos permitan una transición a una democracia nuevamente.

De nada servirán los programas sociales dados sin ninguna estrategia, ni control, que se entregan de manera universal, esto es, a muchas personas que no los necesitan y con un aparato burocrático que consume cientos de miles de millones para otorgarlos.

La única esperanza es que la Presidenta electa de un golpe de timón y se deslinde del programa populista del partido, inicie un Gobierno realmente socialdemócrata que permita la coexistencia con la oposición, que no permita el “Plan C” que amenaza con terminar con la división de poderes y la destrucción de las instituciones.

Se han mandado mensajes que hay la voluntad de trabajar con los Estados gobernados por la oposición, ese es un rayo de esperanza, en medio de un horizonte oscuro. México merece esa convivencia pacífica y de política moderna.

En los próximos meses se decidirá el futuro de la nación.